Surf
Las playas de la costa vasca son populares entre los surfistas porque ofrecen excelentes condiciones para la práctica de este deporte. Entre los mejores spots se encuentra la playa de Zurriola, en San Sebastián, y las famosas olas de Sopelana, Zarautz y Mundaka.
Deportes de aventura
Los amantes del montañismo y la escalada tendrán multitud de opciones en las montañas de Euskadi, desde la práctica del barranquismo, escalada, espeleología... Dene tener en cuenta la tradición montañera de la región, que ha dado al deporte vasco grandes alpinistas como Juanito Oiarzabal, Edurne Pasaban o Alberto Iñurrategi.
Golf
Los exuberantes paisajes verdes del País Vasco ofrecen un escenario ideal para la práctica del golf, con campos de perfiles y categorías diversas. En total, hay unos diecisiete campos de distintas categorías repartidos por todo el territorio.
Senderismo
En el País Vasco no hay que perderse la Ruta del Flysch, que sigue los imponentes acantilados de Mutriku, Deba y Zumaia, testigos de sesenta millones de años de historia escrita en la roca.
Con nueve parques naturales, las posibilidades de la práctica del senderismo en la Comunidad son múltiples, especialmente en los espacios de Aralar, Gorbeia, principal punto de referencia del montañismo vasco, o Urkiola. Además, siempre podremos seguir los diferentes PR y GR que cruzan la comunidad, o animarnos a transitar por los caminos que conducen a Santiago de Compostela, bien sea siguiendo la ruta de la costa o las siete etapas que atraviesan el interior del País Vasco en un itinerario de 220 kilómetros.
Personajes ilustres
Cristóbal Balenciaga
Nacido en Getaria (Gipuzkoa) en 1895 y muerto en Valencia en 1972, fue uno de los más grandes diseñadores de moda españoles. Desde muy joven se familiarizó con el mundo de la moda observando el trabajo de su madre, costurera de los marqueses de Casa Torres. Balenciaga descubrió los gustos de la élite europea de la época a través del espléndido vestuario de la marquesa, que compraba en las más bellas boutiques de París y Londres. Entre 1907 y 1916 se formó en los talleres más prestigiosos de la época, primero en San Sebastián y luego en Burdeos. Abrió su casa de moda en San Sebastián en 1917 y pronto tuvo un gran éxito entre las clases pudientes, con la reina María Cristina y la infanta Isabel como fieles clientas. En 1936, cuando estalló la Guerra Civil, Balenciaga dejó San Sebastián y se trasladó a París. Ese mismo año presentó su primera colección de alta costura, que obtuvo un rotundo éxito. Durante la década de 1940, el estilo de Balenciaga se distinguió por sus reminiscencias del traje tradicional español y el uso de bordados. A partir de los años 1950, sus creaciones con líneas de fluidos alteraron los códigos de la época. Su estilo limpio le valió la admiración, y la fidelidad como clientes, de las familias reales española y belga, la princesa Gracia de Mónaco, Greta Garbo o Marlene Dietrich — esta última dijo que Balenciaga conocía su cuerpo perfectamente y que sus vestidos no necesitaban ser alterados—. Muchos de sus colaboradores crearon su propio sello, como en los casos especialmente famosos de André Courrèges y Emanuel Ungaro. El Museo Balenciaga, inaugurado en 2011 en Getaria, presenta una colección de unas 1200 piezas del modisto. La casa de moda Balenciaga está actualmente bajo la dirección de Nicolas Ghesquière.
Pío Baroja
Nacido en San Sebastián en 1872, su primera obra, Vidas sombrías, fue publicada en 1900 y constituyó una especie de preludio a la trilogía que dedicaría a la tierra de sus ancestros, Tierra vasca, que agrupa La casa de Aizgorri (1900), El mayorazgo de Labraz (1903) y Zalacaín el aventurero (1909). La trilogía se inscribe en el género novelístico, el que más cultivó, aunque también escribió teatro. Su obra más célebre es indiscutiblemente La lucha por la vida, una inmersión en los bajos fondos de Madrid que integra La busca (1904), La mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Brillante escritor, no dejó nunca de publicar. Entre 1913 y 1935 salieron a la luz los veintidós volúmenes de una saga histórica, Memorias de un hombre de acción, en la que retoma el género picaresco. También se dedicó pronto a escribir sus propias memorias, entre 1944 y 1948, que salieron bajo el título de Desde la última vuelta del camino. En total, publicó más de cien libros. Maestro del retrato realista, su estilo sobrio y poderoso influenció a escritores como Camilo José Cela o Ernest Hemingway. Representante de la Generación del 98, es considerado como uno de los grandes escritores españoles del siglo XX. Su novela El árbol de la ciencia (1911), en cierta manera autobiográfica, está considerada como su obra capital. Pío Baroja murió en Madrid en 1956.
Eduardo Chillida
Nacido en San Sebastián, Eduardo Chillida (1924-2002) comenzó los estudios de arquitectura pero los abandonó para instalarse en París en 1948 y consagrarse a su pasión: la escultura. Sus monumentales esculturas de acero le valieron pronto el sobrenombre de «el herrero». Estas obras abstractas de metal tienen a menudo una fuerte conexión con el entorno natural, como pone de manifiesto su famoso Peine del viento —erigido frente al mar en San Sebastián— y también esta frase que pronunció durante la inauguración del museo Chillida-Leku en 2000: «Un día soñé una utopía. Encontrar un espacio donde mis esculturas pudieran descansar y donde la gente se pasearía en medio de ellas como en un bosque». La creación de un museo dedicado a su obra supuso para Chillida la culminación de una larga carrera artística repleta de éxitos: en 1971 fue nombrado profesor de la Universidad de Harvard; en 1987 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes; en 1994 fue nombrado académico de Bellas Artes de Madrid, en 1999 el museo Reina Sofía y el Guggenheim de Bilbao le dedicaron una exposición retrospectiva. A lo largo de su vida, se le concedieron casi todos los premios de escultura existentes. Su obra puede verse en más de veinte museos de todo el mundo, y ha sido citada en los escritos de los filósofos Martin Heidegger y Emile Cioran, y del poeta Octavio Paz. Chillida falleció en 2002 en su villa natal, San Sebastián.
Lucía Etxebarría
Nacida en Valencia en 1966 pero de padres vascos, Lucía Etxebarria es un verdadero fenómeno literario en España, con centenares de miles de ejemplares vendidos. Traducida a una veintena de lenguas, sus novelas tratan principalmente de la complejidad del sentimiento amoroso entre hombres y mujeres. Su primera obra, Amor, curiosidad, prozac y dudas (1997), explora el tema predilecto de Etxebarría: la mujer del siglo XXI. Al año siguiente ganó el prestigioso premio Nadal con la publicación de Beatriz y los cuerpos celestes. En 2004 obtuvo el premio Planeta con Un milagro en equilibrio, el premio literario mejor dotado económicamente del mundo tras el Premio Nobel. A continuación publicó Cosmofobia (2007), que sería de nuevo un gran éxito de ventas.
Autodidacta y feminista, Lucía Etxebarria ha sabido conquistar a un público de fieles lectoras en todo el mundo. También ha trabajado en la escenificación de varias películas, especialmente para la adaptación de su best-seller Amor, curiosidad, prozac y dudas. También ha publicado ensayo y poesía.
Álex de la Iglesia
Realizador, guionista y productor cinematográfico nacido en Bilbao en 1965, Álex de la Iglesia comenzó su carrera en el mundo del cine gracias a Pedro Almodóvar, quien financió su primer largometraje, Acción mutante (1993). Su consagración llegó en 1995 con la película El día de la bestia, ganadora de numerosos premios Goya. Su estilo extravagante y su pronunciado gusto por el humor negro sedujeron a la crítica y al gran público. Películas como Mis queridos vecinos (2000), Crimen ferpecto (2004) y Balada triste de trompeta, que ganó en 2010 los premios a la mejor escenografía y al mejor realizador en la 67 Muestra de Venecia, completan su filmografía en esos primeros años. En 2009 alcanzó la presidencia de la Academia del Cine Español, cargo que abandonó la noche de la ceremonia de entrega de los premios Goya en 2011 como protesta