Guía para la preparación de profesionales en comercio exterior y operaciones internacionales.
de la teoría básica de comercio internacional.
3.Conocer los factores logísticos, administrativos, aduaneros y de verificación en los envíos de las mercancías.
4.Conocer los factores económicos, fiscales y jurídicos que permiten, condicionan y facilitan la realización de operaciones de comercio internacional.
5.Identificar potenciales riesgos en operaciones de exportación.
6.Seleccionar las ayudas de organismos institucionales más adecuadas.
Competencias Objetivo
Conocimientos jurídicos y legales en operaciones de comercio internacional.
Capacidades técnicas en las exportaciones.
Mecanismos de apoyo y fuentes de ayuda.
Detección de riesgos y alertas en el comercio internacional.
Estructura del Módulo
1.Bases operativas del comercio internacional. Organismos internacionales.
2.Modalidades operativas para acceder a mercados exteriores.
3.Condiciones de entrega. Incoterms, Orgalimes, Liner terms y Fosfa.
4.Gestión aduanera y fiscal.
5.Control de cambios, mercados de divisas. Medios de cobro y pago y productos para financiar operaciones internacionales.
6.Seguros y riesgo país. Seguridad en los envíos. Seguridad ante el impago o el pago.
7.Factores jurídicos. Riesgo jurídico: contratos tipo y formas de resolución de conflictos.
8.Instrumentos de apoyo a la exportación española.
1. Bases operativas del comercio internacional. Organismos internacionales
1.1. Introducción
Desde el punto de vista socioeconómico, se trata del proceso y gestión de transacciones comerciales, sujeto a normas nacionales e internacionales, que se realiza entre países, estados y o territorios aduaneros diferentes, que mantienen entre ellos acuerdos de bilateralidad comercial.
Supone un mayor grado de interdependencia e interrelación entre los países. Además de aumentar el comercio internacional de mercancías, servicios, capitales, valores y divisas, se desarrollan flujos de naturaleza física, financiera, cultural y la movilidad de personas. Todo esto se concreta en operaciones de inversión directa y transferencia de tecnología y de información.
Recuerde
La creación de la OMC en 1995 supuso un nuevo cambio en la forma de regular las normas internacionales.
Su finalidad es alcanzar más transacciones con más países, abrir mercados internacionales a productos o consolidar las posiciones de estos, para lo cual, conocidos sus recursos, se captarían las demandas o las ofertas y se ofertaría o demandaría a y en aquellos mercados potenciales y realmente consumidores o proveedores de nuestros productos.
Operativamente y desde el punto de vista comercial, la internacionalización la entendemos como: transacciones que ocurren entre dos países, dos territorios aduaneros diferentes, dos estados que mantienen entre ellos acuerdos de bilateralidad comercial. Su comercio se regula por normas nacionales de las partes intervinientes y por las internacionales que regulan el comercio internacional.
El derecho internacional es el que regula las relaciones entre las organizaciones internacionales o entre los estados, entre los nacionales de un país con otro país o entre súbditos de diferentes estados (el derecho internacional privado se aplica a las relaciones entre las personas privadas y el derecho internacional público se aplica a las relaciones entre los estados y las otras personas físicas o jurídicas de la sociedad internacional).
Referimos algunos párrafos del prólogo realizado por Pascal Lamy, Director General de la OMC, al informe sobre el comercio mundial, 2013, publicado por la OMC.
La transformación del comercio está en marcha desde hace algún tiempo y su manifestación más clara es la mayor participación geográfica en el comercio y el auge de la producción por medio de cadenas de suministro internacionales. El primero de estos fenómenos refleja el dinamismo de las economías emergentes. El segundo es un componente destacado de la historia reciente de la globalización. La tecnología ha sido la gran facilitadora de la globalización, pero esta es una obra humana y, por lo tanto, no es inevitable ni irreversible. Las previsiones y reflexiones contenidas en el informe no vaticinan una inversión de la globalización. Pero hay que recordar que las ganancias que esta aporta podrían desaparecer o al menos mermarse si se permite que las presiones a corto plazo se antepongan a los intereses a largo plazo y si no se tienen en cuenta sus consecuencias sociales en forma de desigualdad de los beneficios que de ella se derivan.
Además del comercio en sí, en tanto que consecuencia y causa del cambio, el informe identifica una serie de factores económicos, políticos y sociales que influirán de forma decisiva en el futuro, como la tecnología, la inversión, la energía y otros recursos naturales, el transporte, las tendencias demográficas, las instituciones, los factores socioeconómicos y el medioambiente. Las proyecciones numéricas presentadas en el informe tienen en cuenta algunos de estos factores, pero hay que subrayar que unas estimaciones que se proyectan varios decenios hacia el futuro pueden variar considerablemente si se modifican los supuestos de partida. Por lo tanto, es mejor interpretarlas como hipótesis comparadas para una reflexión más que como previsiones numéricas. Una cuestión que destaca claramente en el informe es la importancia que tiene el comercio para el desarrollo.
Describir un panorama tan amplio de nuestro futuro nos ayudará a ver el comercio en perspectiva y a comprender el lugar que ocupa en el mundo. Nos recuerda que no nos interesa el comercio per se, sino por su posible contribución a nuestro futuro. Como se ha señalado antes, el comercio mantiene una relación bidireccional compleja con muchos de los demás factores determinantes de ese futuro. Tenemos la responsabilidad de promover el comercio y crear las condiciones que le permitan realizar la contribución que le corresponde. El estancamiento de la Ronda de Doha y la incertidumbre que ello genera parecen indicar que probablemente no hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance en este sentido.
Es mucho lo que está en juego. Durante las últimas décadas, el comercio ha desempeñado un papel destacado en diferentes frentes como parte de un círculo virtuoso de crecimiento y desarrollo, precursor de oportunidades inimaginables hace tan solo unas décadas y factor facilitador de una mayor armonía social. El auge de las cadenas de suministro mundiales ha profundizado y ampliado las oportunidades derivadas de los intercambios internacionales.
Cuando se piensa en el comercio desde un punto de vista económico más racional (es decir, no solo en términos de corrientes de bienes y servicios, sino de la contribución de los diferentes países a las relaciones de producción conjunta), se empieza a apreciar la verdadera naturaleza de los intereses comunes que nos unen.
Recuerde
Hoy, la globalización se debe entender como la normalización y estandarización de procesos en los intercambios internacionales.
Las estructuras dependientes de las políticas, como la OMC, no se sostienen por sí solas. Por este motivo, es necesario renovar los esfuerzos a fin de reactivar la vitalidad del sistema mundial de comercio. Para ello, la OMC debe resolver cuestiones pendientes desde hace mucho tiempo, como los aranceles, las medidas no arancelarias, los servicios y la agricultura. Al mismo tiempo, en nuestro mundo cada vez más integrado hay que prestar atención a otras cuestiones, como la inversión, la competencia, las subvenciones y una gestión de las políticas públicas que facilite el comercio. Será cada vez más importante evitar la incoherencia y la fragmentación en el diseño y la gestión de las políticas.
La OMC debe buscar un compromiso constructivo sobre cuestiones fundamentales relacionadas con el equilibrio de derechos y obligaciones de sus muy diversos