auxiliar. Al igual que el médico del primer equipo, debe tener conocimientos de Traumatología y Medicina del Deporte, y es el encargado de toda la plantilla filial y las bases del primer equipo en el caso de que las hubiese. Una de sus funciones es suplir al jefe del servicio médico por enfermedad o indisposición. En ocasiones, y debido a los ajustes de presupuesto en los clubes de fútbol, el médico auxiliar puede ser también el fisiólogo o el cardiólogo.
c)Cardiólogo. Se precisa un médico o una clínica externa relacionados con el club en el área de Cardiología. Por todos es conocida la reciente sensibilización acerca de la muerte súbita del futbolista y las crecientes patologías cardíacas, cuyo origen no tiene de momento explicación. El futbolista de élite requiere como mínimo cuatro revisiones cardiológicas al año en forma de electrocardiogramas, ecocardiogramas y test de esfuerzo.
NUTRICIONISTA
La nutrición es una parcela de gran importancia en un equipo de fútbol. El futbolista requiere revisiones periódicas de su índice de grasa y muscular, así como una dieta equilibrada y personalizada, ajustada a la competición según las distintas épocas del año. Debe ser un colaborador externo que tendrá que revisar a la plantilla y las bases del club.
PODÓLOGO
El podólogo es el especialista externo que se ocupa de la confección de plantillas y de la elaboración de los estudios de las huellas plantares de todos los futbolistas. Su presencia en el equipo médico es necesaria debido a la gran cantidad de patologías que pueden afectar al futbolista, como fracturas de estrés, uñas encarnadas, papilomas, fascitis plantares, etc.
FISIOTERAPEUTAS
Los fisioterapeutas son esenciales para el tratamiento de los futbolistas. Son los profesionales que tienen un contacto más estrecho con los futbolistas, trabajan día a día con ellos, y en ocasiones son los primeros profesionales de la parcela médica a los que el futbolista comenta sus dolencias o preocupaciones. Su presencia es obligada en todos los entrenamientos y deben estar formados en reanimación cardiopulmonar. En un club profesional se precisan:
–Tres fisioterapeutas, como mínimo, en la primera plantilla a tiempo completo (figura 1.2).
–Un fisioterapeuta en el equipo filial a tiempo completo.
–Varios fisioterapeutas a disponibilidad parcial para las bases del club.
Figura 1.2. Un fisioterapeuta realiza un vendaje funcional a un futbolista durante un entrenamiento.
CLÍNICAS CONCERTADAS
La asistencia médica inmediata y la realización de pruebas diagnósticas de todo tipo son básicas para el desarrollo del fútbol de élite. Y es que ante la lesión de un futbolista se requiere la mayor fiabilidad y rapidez en el diagnóstico y el tratamiento de la misma, y para ello se necesitan centros que las aporten con un trato eficaz y personalizado.
EQUIPO MÉDICO EN VIAJES
Los viajes de equipo son una de las tareas más importantes y difíciles del médico responsable del grupo (Krabak, 2008), ya que suponen la mitad de los partidos de toda la temporada y conllevan una serie de desventajas:
–ausencia del equipo completo,
–falta de instalaciones adecuadas,
–escasez de métodos de diagnóstico,
–problemas de urgencia,
–material limitado por el equipaje,
–cambios en el ciclo circadiano del futbolista (jet lag),
–alteraciones de las dietas y el sueño.
Por ello, para la organización de los viajes es básico disponer de un equipo completo (fármacos, vendajes, etc.) con todos los materiales necesarios para el tratamiento de los jugadores y el resto del equipo (Buettner, 1998). Aunque es opcional, resulta muy recomendable contar con un aparato de reanimación cardíaca del tipo desfibrilador semiautomático.
En cuanto al personal, lo habitual en un equipo profesional es viajar con un médico con experiencia y con uno o dos fisioterapeutas.
El equipo médico deberá informarse sobre las características del lugar de destino, así como el tiempo previsto (lluvia, calor extremo, frío…) y la duración del viaje o los medios de transporte (Hill, 1993). Asimismo, es necesario concertar las comidas del equipo a una hora determinada mediante un contacto previo con el restaurante u hotel para la elaboración correcta del menú de los jugadores. Convendrá establecer distinciones si la comida es antes o después del partido.
Además, si el viaje se realiza a algún país extranjero, es fundamental conocer las posibles necesidades de vacunación del grupo.
EJEMPLO DE ORGANIZACIÓN DE UN SERVICIO MÉDICO. UNA EXPERIENCIA PERSONAL
Aunque no es el objetivo de este libro, creo que mi historia profesional puede servir como ejemplo de la organización del servicio médico de un equipo de fútbol.
¿Cómo se llega a formar parte del servicio médico de un club? En mi caso no fue sencillo. En el año 2006 me licencié en Medicina y me propuse conocer este campo médico, que me parecía apasionante y básico para poder decidir mi futura especialidad. Gracias a amistades comunes, conocí al Dr. Salvador Castillo, especialista en Medicina Deportiva, que por aquel entonces era jefe del servicio médico del Real Murcia, en una época de grandes alegrías en lo económico y lo deportivo, con dos ascensos a Primera División. Con el Dr. Castillo pude aprender y vivir desde dentro esta profesión médica.
Posteriormente, con el paso de los años, el club siguió creciendo, con una gran apuesta por las bases deportivas, con más de 300 jugadores en todas las categorías. ¿Qué conllevó esta situación? Con esta gran cantera de futbolistas, las lesiones se multiplicaron y el Dr. Castillo necesitó colaboración médica, así que contó conmigo para ayudarle en las bases del club y con el filial, el Real Murcia B, que militaba en Segunda División B.
Fui aprendiendo poco a poco, y no fue fácil. La medicina de este deporte concreto significa tratar con entrenadores, representantes, periodistas, directivos, preparadores físicos, fisioterapeutas y, sobre todo, con los padres de los jugadores. Se necesita estar siempre al cien por cien, localizable las veinticuatro horas, y mantener una gran ilusión.
Como habitualmente se dice, estuve en el lugar adecuado en el momento oportuno. El Real Murcia B salvó la categoría, pero un penalti (injusto) en el descuento y una desgracia en el mismo (el balón resbaló de las manos del portero y le pasó entre las piernas) condicionaron el descenso del primer equipo del Real Murcia a la Segunda División B, y, por consiguiente, el Real Murcia B bajó a Tercera División. Junto a este varapalo deportivo, a las tres semanas tuve el revés personal más duro de mi vida con el fallecimiento repentino de mi padre.
Aunque fue una época de grandes recortes de presupuesto en toda la estructura deportiva del club por el infortunio deportivo, obtuve una recompensa personal y profesional que fue de gran ayuda en esos momentos de gran tristeza. El Dr. Castillo «colgó las botas» de la Medicina Deportiva profesional y me propuso como su sustituto, por lo que pasé a ser el jefe de los servicios médicos del Real Murcia C.F. en la Segunda División B.
La estructura de este servicio médico respondía a los parámetros organizativos de temporadas previas del club, y con todos los recortes asumidos, quedó de esta manera:
–jefe del servicio médico,
–médico fisiólogo,
–enfermero,
–dos fisioterapeutas,
–nutricionista.
La