la portería, que busca la colocación de uno o de dos jugadores en posiciones propicias para la preparación/el relanzamiento del ataque, obligando incluso al equipo contrario a aplicar medidas preventivas que originan una disminución del número de atacantes involucrados en los esquemas tácticos ofensivos. Además, los jugadores que no están directamente implicados en los esquemas tácticos defensivos (o en algunos) deben conocerlos con la misma exactitud y responsabiliad que el resto de compañeros, pudiendo en cualquier momento del partido, en cualquier circunstancia, asumir una misión más preponderante (en términos defensivos) en la organización de los esquemas tácticos defensivos.
PARTE 2
UNIDAD LÓGICA DE ESTRUCTURACIÓN Y PROGRAMACIÓN DEL ENTRENAMIENTO EN FÚTBOL
Centrando únicamente nuestra reflexión sobre la eficacia del sistema de entrenamiento, podemos afirmar que el rendimiento deportivo está determinado por un estado dinámico complejo que se caracteriza por un elevado nivel de eficiencia física y psicológica y por el grado de perfeccionamiento de las aptitudes técnicas, tácticas, estratégicas y por los conocimientos teóricos del juego del fútbol. La dimensión «resultado» en cualquier circunstancia tomada como punto de análisis e independientemente de los otros factores que influyen en ella se concreta en la base de un denominador común, el ejercicio de entrenamiento, que es en este contexto el medio (léase herramienta) fundamental del entrenador para definir, orientar y modificar el proceso de formación y desenvolvimiento de la transformación del jugador, sin el cual no es posible que responda de forma adecuada y eficaz a las exigencias que el juego del fútbol encierra en sí. Desde esta perspectiva vamos a desarrollar tres presupuestos básicos intrínsecos de la relación del entrenamiento con el ejercicio: el ejercicio como elemento determinante del proceso de entrenamiento, la relación metodológica entre el proceso de entrenamiento y el ejercicio y la determinación del ejercicio óptimo.
EL EJERCICIO COMO ELEMENTO DETERMINANTE DEL PROCESO DE ENTRENAMIENTO
Para numerosos autores ligados a los deportes individuales y colectivos, tales como Ulatowski, Weineck, Bompa, Teodorescu, Matveiv y Palfai, entre otros, resulta inequívoco que el ejercicio de entrenamiento constituye el medio prioritario y operacional de preparación de los jugadores de los equipos.
En efecto, el ejercicio de entrenamiento consustancia la unidad estructural del entrenamiento deportivo en el cual se potencian y maximizan las adaptaciones físicas, técnicas, tácticas, psicológicas y sociales fundamentales para la consecución de un elevado desempeño del jugador o del equipo en el enfrentamiento directo. El ejercicio es, en último término, la unidad lógica de base de programación y estructuración del entrenamiento deportivo y el proceso responsable para elevar, mantener y reducir el rendimiento del jugador o del equipo. Naturalmente, el producto obtenido en entrenamiento y competición está en relación directa con la eficacia del propio ejercicio. De lo referido no se puede extrapolar que el entrenamiento deportivo no tenga otros medios de preparación de los jugadores distintos de la práctica sistemática de ejercicios, como las observaciones en vídeos, formas de recuperación física (baños y masajes), etc. Todavía lo que resulta más importante es analizar y comprender que la base estructural del entrenamiento deportivo está constituido por un sistema de ejercicios subordinados a las exigencias de un aprendizaje, perfeccionamiento, desenvolvimiento y superación óptimos. Luego el ejercicio de entrenamiento como método prioritario y operacional de mejoras del rendimiento deportivo individual y colectivo se basa en un cuadro referencial complejo que abarca varios campos, como el reglamento de la modalidad, de su estrategia, de su táctica, de sus acciones técnicas, de su dinámica biológica y de sus características psicológicas, todo ello en una convergencia real, sin la cual el ejercicio de entrenamiento hará que el partido quede disminuido y que se reduzcan las prestaciones deportivas de los jugadores y de los equipos.
LA RELACIÓN METODOLÓGICA ENTRE EL PROCESO DE ENTRENAMIENTO Y EL EJERCICIO
Parece que no existen dudas sobre que el aspecto nuclear de cualquier proceso de planificación y organización en la preparación competitiva de los jugadores o equipos en sus diferentes niveles temporales (a corto, medio o largo plazo) y en sus distintos niveles de perfeccionamiento (aprendizaje, desenvolvimiento y especialización) se aligera en la práctica sistemática de un conjunto (más o menos largo) de ejercicios de entrenamiento de carácter dinámico e innovador cuya estructura determina muy concretamente:
1. La orientación de la actividad del jugador y del equipo en una dirección cuyos objetivos son válidos y preestablecidos.
2. El concepto de contenidos de entrenamiento que concilien convenientemente el nivel del jugador con la lógica interna del juego del fútbol.
3. La aplicación de formas de entrenamiento apropiadas relativamente a la contextualización de situaciones competitivas.
4. La elaboración coherente de los niveles de prestación que debe desarrollar el jugador o el equipo en cada momento de su preparación deportiva.
5. La creación de elevados niveles de motivación que supongan el interés, el empeño y la voluntad del jugador por recorrer «caminos» y «soportar» tareas que se elaboran en parte como construcciones hipotéticas (incluso cuando ya fueran anteriormente probadas), que no garantizan la eficacia/eficiencia de forma para impedir el fracaso o, en otras palabras, para garantizar siempre el éxito que de ese proceso podrá resultar.
El fundamento metodológico del entrenamiento deportivo se afirma de hecho en una repetición lógica, sistemática y organizada de diversos ejercicios que determinan la línea de orientación y la profundidad de las adaptaciones de los jugadores a la especificidad del juego del fútbol, o sea, a su lógica interna. Desde esta perspectiva, partiendo del supuesto de que los equipos y los jugadores son entrenables, el entrenamiento deportivo se desarrolla según un programa constituido por un conjunto de ejercicios esenciales para atender un modelo individual y colectivo óptimo, conceptualizado en una dirección que se establece en la unidad del jugador orientada en el sentido de su totalidad y en el enriquecimiento de su personalidad, y que se expresa en la prestación de las capacidades:
1. Motoras, donde se integran la coordinación motora, la fuerza muscular máxima, rápida y de resistencia, la velocidad de reacción y de ejecución, etc., la resistencia general y específica, y la flexibilidad de carácter activo o pasivo.
2. Técnicas. La acción técnica deportiva es la forma más eficaz y racional de solucionar cualquier situación competitiva, en la cual se exige el cumplimiento de un determinado objetivo previamente determinado. Esta resolución está condicionada interiormente por los procesos cognitivos, fisiológicos, afectivos y motores, y exteriormente por las condiciones del medio y de los reglamentos de la competición inherentes al juego del fútbol.
3. Estratégico-tácticas. El comportamiento estratégico-táctico de los jugadores presupone una actividad cognitiva y es el resultado de complicados mecanismos de recepción, transmisión, evaluación y elaboración de la respuesta, relacionando el resultado de esa acción con la memoria. Es esta actividad cognitiva o intelectual, que amplía significativamente la capacidad de respuesta adaptativa de los jugadores a las situaciones competitivas, la que permite que éstos reconozcan, orienten y regulen su acción motora.
4. Psicológicas, donde se integran la percepción, la atención, la concentración, la memoria, la anticipación, la emoción, etc. Los factores de orden psicológico pueden tener una influencia positiva (alegría o entusiasmo) o negativa (miedo o incertidumbre) sobre la actividad del jugador porque ejercen una influencia decisiva sobre la solución mental adecuada a un determinado problema establecido por el contexto de entrenamiento