a autodefinirse y conservar su territorialidad. En otra palabras, el derecho a unos territorios que siempre han ocupado dichas poblaciones, que para el caso de la comunidad afrocolombiana, se trata de la legitimidad sobre los territorios que han habitado desde hace ya más de 200 años, una vez abolida la esclavitud. Esta situación puede entenderse, de algún modo, como un intento de resarcimiento para unas poblaciones que conforman, junto con los grupos indígenas, las minorías étnicas del país. Unos gestos desde las instituciones del Estado, que parecían llevar a un real reconocimiento de estos grupos como ciudadanos con plenos derechos.
Un argumento discrepante al interior de los dos grupos de minorías étnicas, indígenas y afrodescendientes, es el señalado por Arocha (1999) cuando afirma que ante las reformas propuestas en la Constitución, los afrocolombianos han quedado en situación de desventaja en relación con los grupos indígenas; ello debido a que la Carta Constitucional exaltó un modo de comunicación político ajeno para los afrocolombianos, como es el discurso basado en el esencialismo étnico3. Igualmente, para el autor, los afrocolombianos no han tenido los apoyos a la hora de presentar propuestas que redunden en reformas a la Constitución. Históricamente, los afrocolombianos han carecido de los soportes para enfrentar la exclusión, aunque el autor reconoce que los movimientos sociales afros e indígenas encarnan ya una politización y muestran un panorama diferente del tradicional.
Respecto de los afrocolombianos de la costa Pacífica, desde hace un par de décadas, con la llegada de la modernidad, o desde que, como dijo en su momento, el ahora expresidente, Belisario Betancourt4, “el Pacífico se puso de moda”, las nuevas dinámicas socioculturales, económicas y de calidad de vida de la población vienen mostrando cambios, pero en un sentido contrario al que se auguraba, dado el reconocimiento legal de estas poblaciones. Si bien estos cambios apuntan en distintas y diversas direcciones, la temática a tener en cuenta de manera específica en este estudio, es el relacionado con la situación de la atención a la salud materna de las mujeres afrocolombianas de Buenaventura en la etapa reproductiva, o propiamente, la salud materna desde una perspectiva contextual y situacional de dichas mujeres. Teniendo en cuenta el contexto de la salud a nivel nacional, la costa Pacífica viene presentando, desde hace algunas décadas, una situación que podríamos llamar de clara marginación5. Un componente que contribuye a que ello ocurra son las circunstancias, tanto geográficas como sociopolíticas, que presenta la región, es decir, las condiciones de difícil acceso, debido a su abrupta topografía y al hecho de tener un único acceso al interior del país6. Aunque no menos importante para que ocurran estas desventajas es la desatención económica y política por parte del Estado.7
Autoras como Viveros y Gil (2006), señalan tres aspectos que viven las minorías étnicas en el país respecto de la atención a la salud desde el sector público, y que vienen a constatar que “la raza incorpora elementos como el capital social, la ubicación geográfica, las creencias y tradiciones, así como el ejercicio de los derechos ciudadanos” (p. 93). Dichos aspectos, que pueden incidir en los problemas relacionados con el cuidado y cosmovisión de la salud entre los distintos grupos de población, y son los siguientes:
a. Las notables desigualdades que persisten entre los indicadores de calidad de vida de las minorías étnicas del país y el resto de la población nacional
b. La relacionada con la relevancia de las prácticas de salud de cuño europeo frente a las prácticas curativas tradicionales o autóctonas.
c. El tipo de “relación que sostiene la institución sanitaria biomédica, u oficial, con los grupos objeto de categorización étnica” Viveros y Gil (2006:94),
En general podríamos afirmar que la problemática de la salud en Colombia, dada su importancia, tiene capacidad de convocatoria en la sociedad civil, aunque aún no ha llegado a la situación de movilización requerida, sobre todo cuando se trata de acciones sostenidas (Franco, 2003; Navarro, 2012).
Buenaventura, municipio que se encuentra ubicado en la región del litoral Pacífico de Colombia, y territorio de interés de esta investigación, es el principal centro urbano de la región y puerto marítimo de Colombia. Este municipio pertenece al departamento del Valle del Cauca y es el primero en extensión del departamento y el quinto en extensión en el país; se caracteriza por ser una región selvática, de alta pluviosidad (Pérez, 2007).
Este municipio, al igual que los otros municipios que conforman la costa Pacífica colombiana, no está exento al panorama desolador en salud. Si bien es verdad que han habido cambios en las últimas décadas, como se viene señalando, estos, además de tímidos, en muchas ocasiones tienen, o han hecho, el efecto contrario: perpetuar una situación de inequidad e ineficiencia en la prestación, calidad y acceso a la atención, o a la hora de requerir la población el uso de los servicios de salud, situación de la que no están exentas las mujeres a la hora de asumir el proceso de la maternidad.
Podría decirse que la situación anteriormente señalada es endémica, no solo para la ciudad de Buenaventura, sino para toda la región de la costa Pacífica colombiana en general.
En este estudio buscamos, desde un enfoque diferencial, abordar las prácticas de salud ancestrales de los grupos afrocolombianos en cuyo ámbito está inscrita la práctica de la partería. Por lo tanto, entre las razones que nos alentaron a realizar la presente investigación estuvo la búsqueda de una visibilización, y sobre todo, el estudio, análisis y conocimiento del entramado que propicia esta situación de desventaja frente a otros grupos de población, así como de la búsqueda de salidas en beneficio de la salud materna de las mujeres de la ciudad. Una información de primera mano que vendría a contribuir para que, en un futuro no lejano, la maternidad, un derecho legítimo de toda mujer en cualquier lugar del mundo, no signifique para las mujeres de Buenaventura jugarse la vida. Consideramos, además, que la realización del presente estudio nos llevará a la comprensión de las prácticas de salud materna de las mujeres afrocolombianas en un contexto sociocultural específico y en una situación concreta. Análisis que contribuirá, como se viene señalando, a dilucidar las barreras que impiden una eficaz implementación de los mecanismos que lleven al conocimiento de esta problemática. Un conocimiento que abriría las posibilidades de implementar mecanismos efectivos que conduzcan a una mejora en las condiciones de vida de las mujeres afrocolombianas de la ciudad.
Por otra parte, una condición que presentan las prácticas socioculturales entre la población de Buenaventura son los componentes de multiculturalismo y de interculturalidad, incluyendo las prácticas de atención a los problemas de salud. Ello, en la medida que se trata de una ciudad habitada por una población compuesta por un heterogéneo mosaico étnico cultural. No obstante, dada esta condición, los grupos afrocolombianos presentan el conglomerado étnico dominante, ya que aproximadamente el 80 % de su población presenta esta condición (Navarro, 2007). Si bien el multiculturalismo y la interculturalidad están presentes, aún no se ha llegado a su pleno reconocimiento o legitimación, tanto en la ciudad, como en el país en general.
Cuando se habla de interculturalidad en el ámbito de la salud, la alusión no queda circunscrita a las relaciones entre miembros de grupos amerindios y afrocolombianos y personal biomédico, sino que esta interacción va más allá, abarcando un espectro mayor a lo propiamente étnico; se trata del establecimiento de unas relaciones asimétricas producidas en situaciones diversas como la pobreza, la desigualdad social o la estigmatización8. Ningún grupo escapa a estos enfrentamientos, conllevando, por lo general, una posición etnocéntrica por parte de los grupos hegemónicos, propiciando la jerarquización de estos. Respecto de la interculturalidad, esta no se puede pensar tan solo en términos morales de respeto, tolerancia o cooperación, dado que también en los procesos de salud/enfermedad/atención funciona en un contexto desigual, donde se conjuga lo cultural, económico, social, e inclusive, biológico. Por lo anterior, para entender los diferentes sistemas de salud en las actuales sociedades, es central no perder de vista que estos obedecen y dependen de unos contextos culturales sociales y económicos que son los que han generado dichos modelos conceptuales, formando parte sustantiva de los procesos sociales dentro de los cuales se constituye colectivamente la subjetividad. Menéndez (2002) señala que “el sujeto desde su nacimiento se constituye e instituye al menos en parte a través del proceso de salud/enfermedad/atención”