Lora Pavilack

Manual de la postura


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que una buena postura puede aportar a tu vida

      Una buena postura mejora todos los aspectos de tu vida. Nuestra cultura no contribuye al derecho innato a una postura natural, pero con las técnicas adecuadas, podemos recuperar la capacidad para sentarnos, ponernos de pie, trabajar y jugar con una postura que nos permita sostenernos y no nos provoque dolor. Estos son algunos de los beneficios físicos y mentales de una postura natural.

       Te protege de las lesiones

      Cuando intentas realizar un determinado movimiento, pero tu mala postura hace que los músculos necesarios estén demasiado tensos o demasiado débiles, el cuerpo lo compensa activando otros músculos que, quizá, no estén en la situación adecuada para hacer aquello que se les está pidiendo. Es posible que te lesiones cuando, tarde o temprano, acabes obligando por accidente a ese músculo a hacer algo para lo que, simplemente, no está preparado. Una postura eficiente te protege de estas lesiones.

       Te hace sentir y ser más alto

      Adopta la postura natural y te sentirás más alto. Practica a diario y, de hecho, serás más alto porque la columna vertebral estará menos curvada y comprimida. Y cuando empieces a ver los cambios positivos que se producen al practicar estos ejercicios diarios, te sentirás motivado para seguir adelante y conseguir resultados aún mejores.

       Aumenta la confianza

      Una buena postura equivale a confianza en uno mismo. Estarás mejor preparado para enfrentarte al día a día si te mueves con mayor facilidad y no sientes dolor. Alterar el lenguaje corporal y la postura influyen a nivel subconsciente en la forma de pensar y en el proceso de toma de decisiones. Sin duda, tus amigos y familiares percibirán esta nueva y mejorada actitud.

       Te hace más fuerte

      La tensión es el enemigo del movimiento. Un cuerpo desequilibrado utiliza la tensión en vez de la fuerza y la flexibilidad para mantenerse erguido. Cuando el cuerpo está alineado, te puedes mover con libertad, utilizando los músculos adecuados para cada movimiento en vez de activando los incorrectos para compensar las debilidades. Esto significa que cualquier entrenamiento de fuerza que hagas será más efectivo y hará que sea menos probable que se produzcan lesiones.

       Mejora el equilibrio

      El sentido del equilibrio depende en buena medida de la información que los nervios de todo el cuerpo envíen al cerebro a través de la médula espinal. Una buena postura mantiene la columna estirada y con una curva natural, lo que permite que esos mensajes puedan ascender y bajar con mayor libertad por la médula. Además, desde el punto de vista mecánico, resulta mucho más fácil mantener el equilibrio cuando se está bien alineado que cuando una cadera sobresale o un hombro se encuentra excesivamente adelantado.

       Duermes mejor

      Resulta más fácil quedarse dormido y seguir durmiendo cuando no te duele nada ni la tensión muscular te mantiene despierto. La sensación general de relax que se consigue gracias a una postura general también marca la diferencia. Dormir en una posición bien alineada te ayuda a despertarte descansado y lleno de energía.

       Vives sin dolor de espalda

      La práctica acaba haciendo que seas bueno en aquello que se repite, y la postura no es una excepción. Trabajar en una buena postura fortalece los músculos y ligamentos de la columna, lo que permite mantener sus curvas naturales con mayor facilidad. Cuanto más practiques, mejor serás, hasta deshacerte por completo de esa mala postura encorvada que una vez hizo que esos músculos y ligamentos se debilitaran y que acabó generando el dolor de espalda.

       Mejora tu rendimiento deportivo

      Para rendir al máximo en los retos deportivos, debes estar equilibrado, con una buena base y concentrado. Una buena postura puede hacer que eso pase. Con los pulmones trabajando a plena capacidad y la circulación en su máxima eficiencia, te beneficiarás de una mayor resistencia. También serás capaz de chutar un balón de fútbol o golpear la pelota de tenis con mejor estilo, lo que hará que las lesiones sean menos frecuentes y que sea más probable que rindas como es debido.

      La postura de pie

      Para corregir la postura, lo primero que necesitas hacer es averiguar qué no está alineado correctamente. Aunque la postura afecta a todo lo que haces, la mayoría de las personas ni siquiera saben cuál es su postura. Para solucionarlo, hazte dos fotos de pie y en posición neutra, una de frente y otra de lado. Estúdialas detenidamente y responde a las preguntas siguientes para evaluar el estado actual de tu postura.

      ■¿Dónde está tu cabeza con relación al torso? Debería estar bien equilibrada sobre la columna vertebral, como una pelota de golf colocada sobre su soporte (o te), con el mentón levemente hacia atrás a medida que vas subiendo hacia la coronilla.

      ■¿Tienes los hombros caídos hacia delante? Los hombros deberían estar alineados con los lóbulos de las orejas, abriendo levemente el pecho.

      ■¿Hacia dónde miran las palmas de las manos? Ambos huesos de la parte superior del brazo deberían estar girados hacia fuera, con las palmas de las manos mirando hacia arriba para ayudar a alinear los hombros y a abrir el pecho.

      ■¿Tienes un hombro más alto que el otro? Las clavículas deberían estar a la misma altura y equilibradas sobre la caja torácica.

      ■¿La parte superior de tu espalda parece arqueada? El esternón y el pecho deberían estar abiertos, con las costillas regularmente apiladas sobre la pelvis y bajo los hombros.

      ■¿Tienes la región lumbar curvada? La parte superior de la pelvis debería estar alineada verticalmente con el pubis, sin inclinarse demasiado hacia delante o hacia atrás.

      ■¿Está tu pelvis al mismo nivel vista desde delante? La parte superior de ambos huesos pélvicos deberían estar alineados horizontalmente.

      ■¿Tienes las rodillas hiperextendidas o flexionadas, o las piernas en forma de K o arqueadas? Las piernas deberían estar alineadas desde la articulación de la cadera, con la rodilla centrada sobre el segundo dedo del pie.

      ■¿Tu peso está distribuido de forma homogénea sobre tus pies? Deberías tener el peso distribuido de igual forma por todo el trípode formado por el dedo meñique, el nudillo del dedo gordo y el talón. Los tobillos no deberían sobresalir hacia dentro ni hacia fuera.

      La alineación corporal

      Ya sabes lo que se siente al adoptar una postura incorrecta, pero ¿cómo se sentiría tu cuerpo si estuviera bien alineado? Para averiguarlo, ponte de pie y apóyate en la pared en posición neutra. La cabeza, los omóplatos y los glúteos deberían tocar la pared, con los talones a 5-10 centímetros de ella. Una vez en esta posición, hazte las preguntas siguientes y realiza los ajustes necesarios.

      ■¿Qué parte de la columna no toca la pared? Respuesta ideal: cuello y región lumbar.

      ■¿Cuánto espacio queda entre la región lumbar y la pared? Debería quedar suficiente espacio como para poder poner la mano en la pared y deslizarla detrás de la región lumbar. Si sobra espacio, retrae los abdominales para reducir el espacio. Si no hay espacio, inclina la pelvis hacia delante para crear un pequeño espacio (sin dejar que el vientre sobresalga).

      ■¿Tienes las rodillas bloqueadas? Flexiona levemente las rodillas (dóblalas solo un poco) y activa suavemente los músculos de los muslos hasta que sientas que las rótulas suben un poco. Deberías notar una pequeña activación en la zona de las rodillas sin llegar a percibir resistencia.

      ■¿Tus omóplatos sienten la pared? Deberían poder tocar la pared sin tensar el cuello ni la espalda.

      ■¿Tienes la parte de atrás de la cabeza cómodamente apoyada en la pared? Debería tocar suavemente la pared.

      Ahora intenta alejarte de la pared manteniendo esta alineación. Así es como debería estar el cuerpo todo