Rafael Rojas

Cuba: ¿Ajuste o transición?


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      Cuba: ¿Ajuste o transición?

      Impacto de la reforma en el contexto del restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos

      Velia Cecilia Bobes

      (editora)

      Carmelo Mesa-Lago

      Armando Chaguaceda

      Marie Laure Geoffray

      Haroldo Dilla Alfonso

      Velia Cecilia Bobes

      Rafael Rojas

      Índice

       Portada

       El futuro está aquí. (Introducción al análisis de los impactos de la reforma)

      Velia Cecilia Bobes

       1. Las reformas estructurales de Raúl Castro: análisis y evaluación de sus efectos macro y micro

      Carmelo Mesa-Lago

       2. Cuba: dimensiones y transformaciones político-institucionales de un modelo en transición

      Armando Chaguaceda, Marie Laure Geoffray

       3. Buenos y malos: los usos políticos de la migración cubana

      Haroldo Dilla Alfonso

       4. Del hombre nuevo a una socialidad gentrificada. Impacto social de la reforma

      Velia Cecilia Bobes

       5. La democracia postergada. Pluralismo civil y autoritarismo político en Cuba

      Rafael Rojas

       Acerca de los autores

       Notas

       Créditos

       Contraportada

      Velia Cecilia Bobes

      El 17 de diciembre de 2014 se hizo pública la noticia de que los gobiernos de Cuba y Estados Unidos iniciarían conversaciones para restablecer las relaciones diplomáticas entre ambos países y así avanzar hacia una “normalización” de las mismas. Este hecho histórico viene a romper la lógica de enfrentamiento y conflicto que ha prevalecido durante más de cincuenta años en las relaciones de Cuba con su vecino más próximo, por lo que conviene analizar a fondo el escenario en que se produce el acercamiento.

      Muchos son los factores que han cambiado desde que inició el diferendo entre los dos gobiernos: en la coyuntura internacional la desaparición de la URSS y del campo socialista marcaron el final de la Guerra Fría; mientras en América Latina hoy conviven gobiernos democráticos tanto de derecha como de centro e izquierda, que buscan no sólo coexistir pacíficamente, sino establecer mecanismos de integración que potencien la cooperación por encima de las diferencias y donde la exclusión de Cuba es vista como un anacronismo totalmente inoperante.

      Desde el punto de vista bilateral, el gobierno de los Estados Unidos ha reconocido el fracaso de su política hacia Cuba y se dice dispuesto a buscar nuevos modos de ayudar al empoderamiento de la sociedad civil cubana, a través de la flexibilización de un conjunto de medidas restrictivas contenidas en la ley del embargo y ha propuesto aumentar los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba (y el uso de sus tarjetas de crédito y débito), eliminar los límites a los envíos de remesas, elevar el flujo de información y de comercio, facilitar las transacciones financieras, y potenciar las tecnologías de la comunicación.

      Es bueno remarcar que entre los objetivos de estas medidas —declarados por el presidente Obama en su discurso de anuncio de la nueva política hacia Cuba— ocupa un lugar destacado el fortalecimiento del sector privado emergente surgido en el marco de “las reformas [que ha hecho Cuba] para abrir gradualmente su economía”, por esta razón, las medidas de cambio y actualización de la reforma constituyen la base mínima para la fundamentación del cambio en la relación bilateral, ya que sin ellas no sería posible implementarlas.

      El nuevo modelo de actualización del socialismo emprendido por el gobierno cubano, representa una transformación del escenario interno que contrasta con la situación en que inició el diferendo entre los dos países. Mientras que, al inicio de la década de los sesenta, la ruptura de relaciones diplomáticas y las primeras medidas del embargo se plantearon como respuesta a los procesos masivos de nacionalización de las grandes empresas estadounidenses y estatalización de las cubanas, con la reforma de Raúl Castro inicia un proceso de desestatalización de la economía que incluye también la promulgación de nuevas leyes de inversión extranjera que posibilitan y legitiman la “desnacionalización” de algunos sectores de la economía estatal. Esto implica grandes cambios, no solamente en la esfera de la economía, sino también sociales, ideológicos y políticos, y por lo tanto se muestran (en su conjunto) como un acontecimiento crucial que puede definir el futuro de Cuba en más de un aspecto.

      El libro que presentamos aquí ofrece elementos para entender el contexto interno del proceso de normalización de las relaciones diplomáticas entre los dos países y su nueva propuesta de convivencia en la diferencia, ya que nuestro trabajo busca analizar y comprender el alcance de los cambios internos que genera la reforma en las diferentes dimensiones y dinámicas de la sociedad cubana.

      El inicio de este proceso de transformación puede ubicarse en el 31 de julio de 2006, cuando, debido a una grave enfermedad, Fidel Castro transfirió (provisionalmente) el poder a su hermano Raúl, designando además expresamente a un grupo de altos funcionarios para dar seguimiento a ciertos planes priorizados; circunstancia que generó una renovada expectativa acerca del fin del inmovilismo y el inicio del período del cambio para el sistema cubano. En esos momentos, la interrogante principal refería a las posibilidades de permanencia o cambio del statu quo y la mayor incertidumbre apuntaba hacia las condiciones y los modos en que una eventual transformación se produciría. Hoy, transcurrida ya casi una década, la reforma que se ha puesto en marcha permite responder ambas cuestiones.

      Debido a que esta reforma incluye la expansión del sector privado y del mercado, así como de la inversión extranjera y un nuevo modelo de gestión empresarial, junto con mínimos cambios en la organización política y un nuevo contexto migratorio, la reforma en curso ha sido considerada por diversos analistas como la más importante y profunda que ha tenido lugar en más de medio siglo de revolución. Por ello no es casual que el proceso de “actualización del socialismo” que se está llevando a cabo despierte multiplicidad de opiniones y análisis tanto dentro como fuera de Cuba; unos señalan la lentitud y limitaciones de las medidas económicas, otros cuestionan su cautela e inmovilismo en lo político; algunos llaman a detenerlas y otros a acelerarlas, pero todos coinciden en que el proceso actual está transformando al país.

      Para analizar y comprender los impactos de estas reformas sobre las diferentes dimensiones y dinámicas de la sociedad cubana, no sólo es necesario describir el estado actual del proceso, sino avanzar hacia una reflexión que permita entender sus repercusiones en la economía, la política, la sociedad