Jean E Jackson

Gestionando el multiculturalismo


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la siguiente: dado que cerca del 30 % de los ciudadanos colombianos son de ascendencia africana y solo una muy pequeña minoría, menos del 4 % son indígenas, ¿se debería escribir un libro sobre la indigenidad en Colombia? Las respuestas que incluyen, entre otras, un importante cambio constitucional, un amplio apoyo nacional a los derechos indígenas y una situación excepcional en lo que respecta al pluralismo jurídico, se hacen evidentes en las páginas a continuación. A través del examen de cuatro nociones fundamentales para las luchas indígenas en todo el hemisferio (multiculturalismo, cultura, derechos e indigenidad), de la forma en que estas nociones se han desarrollado en un país determinado, en una época específica de cambio transformador y tal como fue visto y entendido por una etnógrafa en particular, abarco esta historia y estos conceptos clave de dos maneras: en primer lugar, a través de una serie de casos etnográficos, cada uno objeto de un comentario histórico y teórico; en segundo lugar, a través de una mirada reflexiva sobre mi propio trabajo de campo y mi trabajo investigativo y analítico, es decir, de la trayectoria profesional de una antropóloga que trabaja para darle sentido a lo que ha observado a lo largo de cincuenta años en un país que llegó a importarle profundamente. Inevitablemente, son inseparables las historias de los casos y el cómo llegué a conocerlos.

      Notas

      1 Un departamento colombiano es equivalente a un estado en Estados Unidos.

      2 Véase Sieder 2002, 4-5 y Yashar 1996 y 2005.

      3 Nótese que Colombia, considerada una democracia, no pasó por este proceso.

      4 Múltiples movilizaciones y otras formas de protesta tuvieron lugar más temprano en el siglo XX; véase por ejemplo, Becker 2008.

      5 Neoliberal se refiere a la noción que parte de la presunción que limitar la interferencia del Estado en el mercado aumenta la libertad personal.

      6 Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela. Véase Hooker 2005, 285.

      7 Aquí discurso se refiere a la noción de Foucault de modos de representación que él argumenta construyen realidades sociales. “Las formaciones discursivas constituyen (más que simplemente limitan) las formas que tienen las personas de concebir el mundo, a ellas mismas y a otros a su alrededor […] formas más o menos coherentes de representación de un ámbito dado de actividad y experiencia” (Wade 1997, 97).

      8 En 1993 tuvo lugar un tercer encuentro en Río de Janeiro.

      9 Varios autores han analizado este vínculo: por ejemplo, Varese 1996; Brysk 2000; Conklin y Graham 1995; Conklin 1997 y 2002; Ramos 1998 y Ulloa 2004.

      10 Véase “Los 82 pueblos indígenas de Colombia: Por la autonomía, la cultura y el territorio” 1996, 25. Por ejemplo, en 1997 el proyecto de recolección de muestras de sangre de la Pontificia Universidad Javeriana fue fuertemente criticado como biopiratería (“No patentamos genes: U. Javeriana” 1997).

      11 Un Estado corporativista negocia con grupos de interés, como sindicatos y empresas para manejar una economía política nacional. Además, es mucho más intervencionista que un Estado neoliberal y a través de la asimilación busca lograr una identidad nacional homogénea.

      12 Véase, por ejemplo, Warren 1998.

      13 Véase Hooker 2005, 285.

      14 Entre los acuerdos posteriores está la Declaración de las Naciones Unidas del 2007 sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

      15 Van Cott 2000.

      16 Postero 2013, 108.

      17 Turner 1999, 69.

      18 Yo uso la palabra pueblo, una palabra que puede significar tanto “grupo” como “población” para indicar tanto una comunidad indígena local como un grupo más grande y oficialmente reconocido. Este término es reconocido internacionalmente; véase Lucero 2006, 41.

      19 “Ojo a los indígenas” 2004.

      20 Véase Bergquist, Peñaranda y Sánchez 2001.

      21 Véase Jackson 2005; Villa y Houghton 2005 y Mercado 1993.

      22 Las convenciones para usar el término indio varían en los estudios latinoamericanos. Muchos autores evitan la palabra porque sigue siendo altamente peyorativa en distintos contextos. Canessa usa la palabra indian (cognado de indio) —y él no escribe la palabra con mayúscula— precisamente para recordarles a los lectores la larga historia de opresión colonial y arguye que mientras indigenous (indígena) puede adquirir cada vez más un valor simbólico, muchas personas no tienen acceso a este y permanecen indios (2012, 7). La última palabra la tiene Clifford: “no hay un nombre universal satisfactorio: indígena, nativo, aborigen, tribal, Indio, Nativo Americano, Primera Nación […] Dependiendo de dónde uno se encuentre y de quién esté prestando atención, uno se arriesga a ofender o a parecer culturalmente insensible” (2013, 10).

      23 Rathgeber 2004, 115: “Resguardo indígena cierra sus puertas a los violentos” 1999.

      24 “Tregua indígena con ‘paras’” 1998.

      25 Kirk, 2003.

      26 En ese momento el Vaupés colombiano era una comisaría con un gobierno designado por el gobierno central. Hoy es un departamento.

      27 Téngase en cuenta que “grupo del complejo cultural tukanoano” se refiere a una unidad social, un clan patrilineal. Algunos de estos grupos (por ejemplo, el tukano, el bará, el siriano, el tatuyo, el cubeo, el carapana) están afiliados a la familia lingüística tukanoana oriental; otros, por ejemplo, el tariana, a la familia arawak.

      28 No por falta de intentos; véase de Friedemann 1984b, 412-414.

      29 También se pueden encontrar contraataques por parte de antropólogos que critican el movimiento de recuperación cultural de los Native Americans en Estados Unidos. Véase, por ejemplo, Clifford 1990.

      30 Nótese que los antropólogos también han ayudado a los pueblos indígenas en muchas luchas largas y sangrientas por los derechos a la tierra y a la autodeterminación. William Sturtevant declaró a favor de los wampanoag en un juicio que discute Clifford (1998). Además, algunas veces el historiador o etnógrafo es también un miembro del grupo que se está estudiando. La problemática y compleja naturaleza de la oposición entre los conceptos nativo y antropólogo, a menudo se examina mejor mirando las instancias en las que se superponen; véase por ejemplo, Sanjek 1983.

      31 Westerman 1969.

      32 Deloria 1969.

      33 Clifford 1968. James Howe aborda este tema en un libro sobre las numerosas personas de afuera (y más recientemente, de adentro) que han escrito sobre los guna de Panamá (2009, 238-251).

      34 Friedman 1994, 140.

      35 Field 1999.

      36 Algunos académicos, entre ellos Ruth Benedict y Margaret Mead (quienes pertenecían a una escuela de pensamiento surgida en Estados Unidos y conocida como cultura y personalidad) abordaron algunos aspectos de la identidad, pero bajo la rúbrica de la personalidad.

      37 Véase Lawler 2008, 7.

      38 Lawler 2008, 2.

      39 Brubaker y Cooper 2000, 8.

      40 Bucholtz y Hall 2004, 374.

      41 Brubaker y Cooper 2000, 8

      42 Clifford 1997, 48.

      43 Véase Hall 1996, 4.

      44 Lawler 2008, 3.

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