José María García Baudín

Capitanes generales de Ejército en la Restauración (1874-1923)


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edición, así como diversas conferencias sobre el tema. También en el citado Instituto se encuentra la Biblioteca Militar Central, en Madrid, con una buena colección de obras de tema militar.14

      En primer lugar, antes de entrar en los estudios realizados sobre el generalato, debemos citar los estudios sobre el Estado Mayor General, necesarios para conocerlo, realizados por Fernández Bastarreche, con título El Ejército en el Sexenio Revolucionario (1868-1874),15 y el de Manzano Ruzafa, sobre el Ejército español durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena.16

      En relación con el estudio individual de los componentes del generalato, hay que señalar el clásico trabajo sobre Estado Mayor General del Ejército, obra dirigida por Chamorro,17 basada en una serie de biografías, dividida en tres tomos, a saber: a) Los capitanes generales del Ejército; b) Tenientes generales; c) Mariscales de campo y d) Brigadieres. Entre los capitanes generales observamos allí Baldomero Espartero, Manuel Godoy,18 Prudencio Guadalfajara, Ramón Narváez y Manuel Gutiérrez de la Concha, y se encuentran en la sección de tenientes generales Pedro Villacampa, Leopoldo O’Donnell, Francisco Serrano, Juan de la Pezuela, Manuel Pavía y Lacy y José Gutiérrez de la Concha, que posteriormente serían promocionados a la más alta jerarquía del Ejército Español.

      Otros trabajos, más modernos, basados también en las biografías de generales del Ejército español, son los de Gabriel Cardona,19 en los que estudia una veintena de militares que han marcado la Historia de España, y en donde cita siete capitanes generales de Ejército: Baldomero Espartero, Ramón Cabrera,20 Ramón Narváez, Leopoldo O’Donnell, Juan Prim, Arsenio Martínez de Campos y Valeriano Weyler, y el de German Rueda,21 como editor, titulado Los generales de Isabel II, en el que diversos especialistas se encargan de las biografías de los capitanes generales de Ejército: Baldomero Espartero, Ramón Narváez, Leopoldo O’Donnell y Francisco Serrano, y donde el editor realiza un esquema de la vidas comparadas de dichos generales.

      Otra publicación en donde nos encontramos datos sobre el generalato es la de Alonso Baquer,22 Franco y sus generales, en la que se citan 120 semblanzas sobre generales, aunque puede resultar engañosa por el título, puesto que entre la mayoría de ellos, que sirven a las órdenes del dictador, se encuentran el teniente general Sanjurjo, los generales de división Rodríguez del Barrio, López Ochoa, Fanjul, y Goded, así como el de brigada Balmes, fallecidos antes de que alcanzase el poder. También la inclusión de los generales de división Batet y Núñez de Prado, como el de brigada Campins, parece macabra, puesto que Batet fue fusilado siendo ya Jefe del Estado, y los otros dos también muertos por los sublevados.

      Otros trabajos, biográficos sobre militares, en este caso republicanos, son los de M.ª Teresa Suero Roca,23 García Fernández,24 y Juan Barba Lagomazzini,25 que comprenden biografías muy completas los dos primeros, y de muy diverso tamaño el de Barba. Hay que señalar que en las obras de García Fernández y Barba figuran los generales de división Batet y Núñez de Prado, así como el de brigada Campins.

      Otras obras en las que podemos encontrar biografías sobre militares, son las de Isabel Sánchez,26 Isabel Sánchez, Puente y Ceballos-Escalera27 y Carrillo de Albornoz.28

      Un trabajo que recopila biografías de los generales y brigadieres, en los reinados de Carlos IV y Fernando VII, es sumamente interesante si queremos conocer el generalato en dicha época, antesala del «régimen de los generales».29

      Otra obra que, aunque no específicamente militar, contiene multitud de biografías de militares, es el diccionario biográfico de la Real Academia de Historia, en el que se consignan los 16 capitanes generales de Ejército de la Restauración.

      Esta importancia del tema militar choca un poco con los escasos estudios realizados sobre el generalato, especialmente sobre su cúpula, los capitanes generales del Ejército y los tenientes generales, especialmente en lo que se refiere a estudios sociológicos o prosopográficos de los diferentes grupos de la citada cúpula.

      Conviene resaltar que en otros países de nuestro entorno y cultura, como es el caso de Francia, la importancia del estudio de los componentes de la más alta jerarquía de su Ejército se tiene muy en cuenta, señalando aquí, por su cercanía a la historia de nuestro país, la monografía de Chardigny,30 en la que analiza los 26 mariscales de Napoleón.

      Entre los escasos estudios prosoprográficos que existen en nuestro país sobre el generalato podemos citar el excelente trabajo de Pérez Frías,31 por el que obtuvo el grado de doctor, titulado Las élites del Ejército de Tierra de Alfonso XIII, en el que considera la élite de mando, al generalato, analizando de una manera global los militares que están presentes en ese reinado, entre los cuales encontramos siete de los dieciséis que son capitanes generales de Ejército en la Restauración.

      En otra época, la segunda República, en la que se había suprimido la dignidad de capitán general de Ejército y el empleo de teniente general, tenemos un análisis de La cúspide del generalato el 18 de julio de 1936, teniendo en cuenta los 24 generales de división presentes en actividad en dicha fecha.32

      Otro trabajo, sin duda alguna el más importante hasta la fecha, sobre algunos capitanes generales de Ejército es el realizado por Fernández Bastarreche,33 con el título Los espadones románticos, donde analiza a los más destacados que se encuentran en el «régimen de los generales», a saber: Espartero, Narváez, O’Donnell, Serrano y Prim.

      A la vista de lo expuesto, se comprueba la importancia del tema, como también la falta de un estudio sobre los militares de esta alta jerarquía en un período de tanta influencia en la Historia de España como es el de la Restauración, concretándolo en la duración de la Constitución, que estuvo en vigor en nuestro país cuarenta y ocho años desde el año 1876 hasta el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera, a finales del año 1923.

      En este período hemos encontrado que convivieron dieciséis capitanes generales de Ejército, que hemos dividido en dos grupos: los seis que fueron promovidos a dicha dignidad, antes del pronunciamiento de Sagunto —Espartero, Serrano, Pezuela, Pavía y Lacy, José Gutiérrez de la Concha y Juan de Zavala— y los diez que lo fueron a posteriori a dicho pronunciamiento: Quesada, Martínez de Campos, Jovellar, Pavía y Rodríguez de Alburquerque, López Domínguez, Blanco, Fernando Primo de Rivera, Weyler, García de Polavieja y Azcárraga.

      Todos ellos los podemos considerar capitanes generales en la Restauración, como se indica en el título de este trabajo, aunque solo los diez últimos los podríamos considerar de la Restauración.

      En este trabajo se realizará un análisis (demográfico, familiar, militar y político) por separado entre los dos grupos citados, pero, en lo que se refiere a su defunción, se realizará conjuntamente, puesto que ese evento se produce en el mismo período propiamente dicho de la Restauración para los dos grupos.34

      También se ha realizado una lista de los capitanes generales de Ejército desde su creación, como asimismo un estudio de la importancia de la familia Domínguez de Marbella en el generalato del siglo XIX.35

      NOTAS

      1 Cardona, 1983.

      2 Fernández Bastarreche, 2002.

      3 Moliner Prada, 2017; González Calleja, 2017.

      4 En esta obra, es conveniente señalar el tomo IV, «Edad Contemporanea» (2015), coordinada por Miguel Artola, por el interés de nuestro trabajo.

      5 Puell de la Villa, Historia del Ejército en España, Alianza Editorial, 2009.

      6 ruhm.es.

      7 [email protected].

      8 Ortuzar Castañer,