de las Tradiciones de A.A. produjo más dolores de parto que ésta. La pobreza colectiva fue originalmente una cuestión de necesidad. Temor a ser explotados. La necesidad de distinguir entre lo espiritual y lo material. Decisión de subsistir sólo con contribuciones voluntarias de los miembros de A.A. Encargar directamente a los miembros de A.A. la responsabilidad de mantener la sede central de A.A. La política financiera de la sede es tener lo estrictamente necesario para cubrir los gastos de operación más una prudente reserva.
“A.A. nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio pueden emplear trabajadores especiales.”
No se puede mezclar el Paso Doce y el dinero. Línea divisoria entre el trabajo voluntario de Paso Doce y los servicios pagados. A.A no podría funcionar sin trabajadores de servicio de plena dedicación. Los trabajadores profesionales no son profesionales de A.A. Relaciones entre A.A. y la industria, la educación, etc. Nunca se paga por hacer el trabajo de Paso Doce, pero quienes trabajan a nuestro servicio merecen su sueldo.
“A.A. como tal nunca debe ser organizada; pero podemos crear juntas o comités de servicio que sean directamente responsables ante aquellos a quienes sirven.”
Juntas y comités de servicio especiales. La Conferencia de Servicios Generales, la junta de custodios y los comités de los grupos no pueden dar órdenes a los miembros y grupos de A.A. No se pueden imponer mandatos a los A.A.—individual o colectivamente. Esta falta de coacción funciona porque cada miembro de A.A., a menos que siga los Pasos sugeridos para la recuperación, firma su propia sentencia de muerte. Esta misma condición se aplica al grupo. El sufrimiento y el amor disciplinan a los A.A. Diferencia entre el espíritu de autoridad y el espíritu de servicio. El objetivo de nuestro servicio es poner la sobriedad al alcance de todos los que la deseen.
“A.A. no tiene opinión acerca de asuntos ajenos a sus actividades; por consiguiente su nombre nunca debe mezclarse en polémicas públicas.”
A.A. no toma partido en ninguna controversia pública. El evitar las luchas no es una virtud especial. La supervivencia y el crecimiento de A.A. son nuestros objetivos primordiales. Las lecciones aprendidas del movimiento Washingtoniano.
“Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción; necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio y el cine.”
Las relaciones públicas son importantes para A.A. Las buenas relaciones públicas salvan vidas. Queremos que se dé publicidad a los principios de A.A., no a los miembros. La prensa ha cooperado. El anonimato personal ante el público es la piedra angular de nuestra política de relaciones públicas. La Undécima Tradición nos recuerda constantemente que en A.A. no hay lugar para las ambiciones personales. Cada miembro llega a ser un enérgico guardián de nuestra Comunidad.
“El anonimato es la base espiritual de todas nuestras Tradiciones, recordándonos siempre anteponer los principios a las personalidades.”
La esencia espiritual del anonimato es el sacrificio. Supeditar los objetivos personales al bienestar común es la esencia de todas las Doce Tradiciones. Las razones por las que A.A. no podía ser una sociedad secreta. Principios antepuestos a personalidades. Cien por cien de anonimato personal a nivel público. El anonimato es la verdadera humildad.
Las Doce Tradiciones—Forma Larga
Introducción
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS publicó este libro, Doce Pasos y Doce Tradiciones, en 1953. Bill W., que, junto con el Dr. Bob S., fundó Alcohólicos Anónimos en 1935, escribió el libro para compartir 18 años de experiencia colectiva dentro de la Comunidad referente a cómo se recuperan los miembros de A.A. y cómo funciona nuestra sociedad.
En años recientes, algunos miembros y amigos de A.A. han preguntado si sería sensato actualizar el lenguaje, las locuciones y las referencias históricas para presentar así una imagen más contemporánea a la Comunidad. Pero ya que el libro ha ayudado a muchísimos alcohólicos a recuperarse, hay un fuerte sentimiento dentro de la Comunidad en contra de hacer cualquier cambio. De hecho, la Conferencia de Servicios Generales de 2002 consideró este asunto y “se recomendó por unanimidad que el texto del libro Doce Pasos y Doce Tradiciones escrito por Bill Wilson se quede tal como está, para así respetar el sentimiento de la Comunidad de que los escritos de Bill se mantengan como fueron publicados originalmente.”
Esperamos que la experiencia espiritual colectiva de los pioneros de A.A. captada en estas páginas siga ayudando a los alcohólicos y a los amigos de A.A. a entender los principios de nuestro programa.
Prólogo
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS es una comunidad mundial de más de cien mil1 hombres y mujeres alcohólicos que se han agrupado para resolver sus problemas comunes y ayudar a sus compañeros que sufren a recuperarse de esa antigua y desconcertante enfermedad, el alcoholismo.
Este libro trata de los “Doce Pasos” y las “Doce Tradiciones” de Alcohólicos Anónimos. Ofrece una clara exposición de los principios por los cuales se recuperan los miembros de A.A. y por los que funciona su Sociedad.
Los Doce Pasos de A.A. son un conjunto de principios de naturaleza espiritual que, si se adoptan como una forma de vida, puede liberar al enfermo de la obsesión por beber y transformarle en un ser íntegro, útil y feliz.
Las Doce Tradiciones de A.A. se aplican a la vida de la Comunidad en sí misma. Resumen los medios por los que A.A. mantiene su unidad y se relaciona con el mundo a su alrededor, la forma en que vive y se desarrolla.
Aunque los siguientes ensayos estaban dirigidos principalmente a los miembros, muchos amigos de A.A. creen que pueden suscitar interés y tener aplicación fuera de la Comunidad.
Muchas personas, no alcohólicas, dicen que, como consecuencia de practicar los Doce Pasos de A.A. han podido enfrentarse a otras dificultades de la vida. Opinan que los Doce Pasos pueden significar más que la sobriedad para los bebedores problema. Los consideran como un camino hacia una vida feliz y útil para muchas personas, sean o no sean alcohólicas.
También hay un creciente interés en las Doce Tradiciones de Alcohólicos Anónimos. Los que se dedican a estudiar las relaciones humanas empiezan a preguntarse cómo y por qué funciona A.A. como sociedad. ¿Cómo es posible, se preguntan, que en A.A. ningún miembro puede imponer su autoridad personal a otro, y que no existe nada que se parezca a un gobierno central? ¿Cómo es posible que un conjunto de principios tradicionales, que no tienen ninguna fuerza legal, puede mantener la unidad y la eficacia de la Comunidad de Alcohólicos Anónimos? La segunda parte de este libro, aunque destinada a los miembros de A.A., ofrece por primera vez a los interesados una perspectiva íntima y detallada de la Comunidad.
Alcohólicos Anónimos empezó en 1935 en Akron, Ohio, como resultado de un encuentro entre un bien conocido cirujano de esta ciudad y un agente de bolsa de Nueva York. Los dos eran graves casos de alcoholismo e iban a convertirse en los cofundadores de la Comunidad de A.A.
Los principios básicos de A.A., tal como quedan hoy, fueron tomados en su mayor parte de los campos de la medicina y la religión, aunque algunas de las ideas que tuvieron una importancia decisiva para nuestro éxito se adoptaron como resultado de observar el comportamiento