Ezequiel Kopel

Medio Oriente, lugar común


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Kopel, EzequielMedio Oriente, lugar común : siete mitos sobre la región más caliente del mundo / Ezequiel Kopel. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Capital Intelectual, 2021.Libro digital, EPUB - (Claves del siglo XXI)Archivo Digital: onlineISBN 978-987-614-630-21. Política Internacional. I. Título.CDD 327.109

      © de la presente edición, Capital Intelectual S.A., 2020.

      Director: José Natanson.

      Coordinadora de la Colección de libros de Capital Intelectual:

      Creusa Muñoz.

      Diseño de tapa: Emmanuel Prado.

      Diagramación: Daniela Coduto.

      Edición: Carlos Alfieri.

      Corrección: Brenda Decurnex.

      Comercialización y producción: Esteban Zabaljauregui.

      © Capital Intelectual, 2020.

      Primera edición en formato digital: abril de 2021

      Versión: 1.0

      Digitalización: Proyecto 451

      Paraguay 1535 (C1061ABC), Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

      Teléfono: (54-11) 4872-1300

      www.editorialcapitalintelectual.com.ar

      ISBN 978-987-614-630-2

      Hecho el depósito que ordena la Ley 11.723.

      Todos los derechos reservados.

      Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento sin el permiso escrito de la editorial.

      Existen ciertas palabras que con su mera enunciación poseen el poder de desatar un torrente de ideas preconcebidas acerca de su significado. En ese sentido, Medio Oriente constituye un ejemplo privilegiado. El entrecruzamiento de noticias formateadas por los grandes medios de comunicación, la propaganda política, los prejuicios, las visiones superficiales difundidas por buena parte de los comentaristas internacionales, y la iconografía modelada por el cine y la televisión han depositado un espeso sedimento sobre un concepto que denota una realidad geopolítica, cultural, social y religiosa de extraordinaria complejidad hasta convertirlo en un estereotipo empobrecedor. El problema de los clichés que se forman para caracterizar determinados fenómenos es que, en vez de erigirse como puntos de partida para un posterior análisis que desentrañe la naturaleza profunda de su objeto, se asumen como puertos de llegada que clausuran toda posibilidad de conocimiento.

      Cuando se dice Medio Oriente, la primera imagen que surge en las mentes de millones de personas, particularmente en Occidente, es la de una región castigada por el terrorismo, por guerras incesantes, por el fanatismo musulmán y la incompatibilidad del islamismo con formas de sociedad democráticas, por un atraso secular y por el eterno conflicto entre Israel y los palestinos, cuyos verdaderos motivos se ignoran. Se trata de una suma de ideas confusas que desembocan en un sistema de preconceptos, de lugares comunes y de simplificaciones que no hacen más que escamotear la realidad.

      El propósito de este libro es, precisamente, desmontar varios de los mitos sobre Medio Oriente que se tienen por verdades incontrastables, revelar la endeblez de ciertas simplificaciones, iluminar los procesos históricos que condujeron a este presente, y resaltar la complejidad y las innumerables aristas que contienen fenómenos aparentemente unívocos. Por ello, los títulos entrecomillados de cada uno de sus siete capítulos hacen alusión a algunos de esos mitos o falsas verdades, cuya impugnación y deconstrucción se irán desarrollando en las páginas que siguen.

      Pero cabe preguntarse: ¿qué se entiende por Medio Oriente? ¿Qué países lo componen?

      Tratar de responder qué significa Medio Oriente, y principalmente dónde empiezan o terminan sus límites, parece una proeza imposible. En términos culturales, es difícil limitar el Medio Oriente a un área geográfica de fronteras rígidas. El término Medio Oriente –tal como lo conocemos hoy– es significativamente nuevo y fue articulado por visitantes extranjeros: siempre existieron viajeros occidentales en la región, tanto comerciantes, peregrinos o diplomáticos como cautivos o sirvientes de los gobiernos islámicos. Hoy, la definición más difundida extiende geográficamente la zona hasta Egipto al oeste, Irán en el este, Yemen en el sur y Turquía en el norte (aunque ocasionalmente se omite a Turquía encuadrándola dentro de Europa). Es decir, todo el territorio situado entre estos dos extremos: la península arábiga, Mesopotamia y las tierras de Persia y Asia central.

      El “Medio Oriente” ha sido una construcción occidental inestable (y eurocéntrica) durante más de un siglo. En la década de 1890, según Europa, solo había “Cercano Oriente” y “Lejano Oriente”. Asia occidental, donde se encuentran la mayoría de los países del Medio Oriente moderno, solía llamarse “Cercano Oriente” (regiones del Mediterráneo oriental más cercanas a Europa) en contraposición con la zona del “Lejano Oriente” (China, Japón, Corea y otros territorios de Asia oriental distantes del continente europeo). En 1902, D. G. Hogarth, un arqueólogo y viajero inglés, publicó un libro con el nombre de El Cercano Oriente, el que ayudó a fijar los límites del título empleado. Según Hogarth, el Cercano Oriente estaba compuesto por un área integrada por Albania, Montenegro, el sur de Serbia, Bulgaria, Grecia, Egipto, todas las tierras otomanas de Asia y, por último, pero no menos importante, la península arábiga.

      No obstante, la primera vez que el término Medio Oriente apareció impreso fue dos años antes, en 1900, dentro de un artículo del general sir Thomas Gordon, un oficial de inteligencia británico y director del Banco Imperial de Persia. Gordon, que estaba preocupado principalmente por proteger de las amenazas rusas a una India gobernada por los británicos, localizó el Medio Oriente en Persia (actual Irán) y Afganistán. Luego, en septiembre de 1902, el marino e historiador estadounidense Alfred Thayer Mahan popularizó el término, que utilizó en su artículo “El golfo Pérsico y las relaciones internacionales”, aparecido en la publicación conservadora británica National Review. Allí escribió: “El Medio Oriente, si puedo adoptar un término que no he visto, algún día necesitará su Malta, así como su Gibraltar (...) La armada británica debería tener la capacidad de concentrarse en la fuerza, si surge la ocasión, sobre Adén [hoy Yemen], India y el Golfo…”. Mahan empleó Medio Oriente para designar un área no especificada a lo largo de la ruta marítima que va desde Suez a Singapur. La vía era de importancia crítica para el entonces Imperio británico, y Mahan instó a los ingleses a fortalecer su poder naval en el área por esa misma razón.

      Desde entonces y con el transcurrir del tiempo, el concepto de “Medio Oriente” fue modificándose sin cesar, a