puede explicarse por las condiciones vigentes en los tipos de actividad comunicativa en que ocurren (Van Eemeren y Garssen, 2014), tienen un interés especial para el investigador en pragma-dialéctica que se enfoque en determinar la dependencia respecto del contexto que tiene el discurso argumentativo.29 Los patrones argumentativos estereotípicos por los que se interesa un pragma-dialéctico resultan de usar modos de maniobrar estratégicamente que sirven para alcanzar el propósito institucional de acuerdo con las precondiciones institucionales de un cierto tipo de actividad comunicativa y para responder a las preguntas críticas específicas que son pertinentes a la luz de las convenciones institucionales del tipo de actividad comunicativa.
En la práctica, puede haber diversos patrones argumentativos que son estereotípicos de tal o cual tipo particular de actividad comunicativa. Algunos de estos patrones argumentativos pueden ocurrir con mayor frecuencia que otros y en casos específicos un patrón puede ser dominante. La investigación pragma-dialéctica sobre el maniobrar estratégico apunta actualmente a la detección de patrones argumentativos que emergen como consecuencia de aquellas precondiciones institucionales para el maniobrar estratégico que son estereotípicas de las diversas clases de prácticas argumentativas en los dominios jurídico, político, médico y académico. Al descubrir tales patrones argumentativos funcionales que ocurren en la realidad argumentativa mediante investigación empírica cualitativa, los investigadores pueden hacer uso de los diversos instrumentos teóricos desarrollados en la pragma-dialéctica, tales como tipologías de puntos de vista, diferencias de opinión, esquemas argumentales y estructuras de argumentación (Van Eemeren y Grootendorst, 1992). Los patrones argumentativos que se manifiestan en constelaciones específicas de jugadas argumentativas se describen en términos de las categorías que tales tipologías distinguen.
En la investigación empírica cualitativa sobre patrones argumentativos estereotípicos que hemos llevado a cabo Corina Andone, Eveline Feteris, Bart Garssen, Francisca Snoeck Henkemans, Jean Wagemans y yo, se identifican patrones argumentativos que son funcionales en tipos específicos de actividad comunicativa dentro de los dominios jurídico, político, médico y académico, y se hace claro cómo y por qué ocurren. Esta investigación cualitativa será seguida más tarde por investigación empírica cuantitativa de corpora representativos del discurso argumentativo en los que determinemos las frecuencias con que ocurren los diversos patrones argumentativos estereotípicos y hagamos comparaciones entre los varios tipos y dominios de actividad comunicativa. Documentar la diversificación institucional de las prácticas argumentativas de esta manera sistemática proporciona una comprensión basada empíricamente en la proliferación de prácticas argumentativas. Prepara también el camino para una explicación de la relación entre dependencia e independencia del contexto que tiene el discurso argumentativo que resulte más completa que la que han dado otros teóricos de la argumentación (por ejemplo, Toulmin, 2003).
1 Cuando elegimos la argumentación como nuestro tema de investigación, lo que de hecho nos motivaba era el deseo de dedicarnos a una empresa académica que superara los (en ese entonces) estrechos límites disciplinarios de la lingüística (Van Eemeren) y la comunicación verbal (Grootendorst), así como nuestro común interés en estimular la participación amplia y razonable en las diversas prácticas argumentativas que son importantes para una sociedad abierta y democrática.
2 Véase Van Eemeren, Grootendorst y Kruiger (1978, 1981, 1986a, así como sus equivalentes en inglés, 1984b, 1987).
3 Una diferencia de opinión existe cuando el punto de vista de alguien no es compartido con otro y se requiere de argumentación para resolver la diferencia de opinión de una manera razonable. Una diferencia de opinión no implica necesariamente dos puntos de vista opuestos; basta que un punto de vista se vea confrontado con una duda.
4 La doble dimensión de proceso [el argumentar] y producto [el argumento] constituye en nuestra opinión una característica fundamental de la argumentación (Van Eemeren et al., 2014, pp. 3-4). El enfoque procedimental que une las dimensiones de proceso y producto es formal en el sentido de que trata la argumentación como sujeta a regulación o regimentación (según Van Eemeren et al., 2014, p. 303).
5 En una conferencia inaugural que di en Estados Unidos en 1987 explicaba yo que el reconciliar las preocupaciones descriptivas y normativas es en mi opinión el principal desafío de la teoría de la argumentación (Van Eemeren, 1987). En el programa de investigación que necesita llevarse a cabo para lograr este fin, distinguía yo cinco componentes: el filosófico, el teórico, el analítico, el empírico y el práctico [véase cap. 3 de este libro]. Los investigadores en pragma-dialéctica regularmente se concentran en componentes específicos.
6 Los puntos de partida meta-teóricos de la pragma-dialéctica, que sirven como sus premisas metodológicas, pueden de hecho verse como respuestas constructivas frente a las principales desventajas de otros enfoques (Van Eemeren y Grootendorst, 1984, pp: 4-18; Van Eemeren et al., 2014, pp. 523-527).
7 Nota del traductor: En lo que sigue no traduzco la frase effectiveness through reasonableness literalmente como “efectividad mediante razonabilidad”, que resulta complicada y difícil de procesar, sino como “efectividad razonable”, cuya mayor llaneza parece conservar todas las connotaciones del original.
8 Una discusión crítica refleja el ideal dialéctico socrático de poner a prueba de forma racional cualquier convicción, no solamente aserciones sino también juicios de valor y puntos de vista prácticos sobre acciones.
9 El hecho de que las reglas de discusión crítica sean instrumentos para distinguir tales jugadas argumentativas contraproducentes demuestra su “validez respecto del problema” en cuanto código de conducta del discurso argumentativo (Van Eemeren y Grootendorst, 1988a). Para que en una práctica argumentativa estas reglas sirvan como herramientas para resolver diferencias de opinión mediante argumentos, es menester además que sean aceptadas intersubjetivamente, de forma que posean “validez convencional” (Van Eemeren, Garssen y Meuffels, 2009). [Nota del traductor: En la teoría de la argumentación en general y en la pragma-dialéctica en particular se busca siempre que los modelos propuestos sean válidos tanto “objetivamente” (o “con respecto al problema”, problem-validity) como “subjetivamente” o mejor dicho “intersubjetivamente” (o “de forma convencional”, conventional validity). Vale decir que el modelo debe, por un lado, resolver efectivamente la tarea misma atribuida a la argumentación (en pragma-dialéctica, resolver una diferencia de opinión), y por otro lado ser tal que los propios argumentadores humanos aceptarían la caracterización que da el modelo de lo que hacen y buscan cuando argumentan.]
10 Aunque ambos habíamos leído más ampliamente, yo venía primariamente de la lingüística y la filosofía del lenguaje mientras que Rob venía de los estudios de comunicación verbal. En esa época yo enseñaba pragmática y sociolingüística mientras que Rob se especializaba en escritura académica y lectura crítica. Ambos habíamos también desarrollado un interés por la lógica.
11 Dependiendo del tipo de operación analítica implicado, podemos distinguir cuatro tipos de transformación: “omisión”, “adición”, “permutación” y “substitución” (Van Eemeren y Grootendorst, 1990; Van Eemeren et al., 1993, pp. 61-86; Van Eemeren y Grootendorst, 2004, pp. 100-110). [Nota del traductor: Se trata de las cuatro operaciones clásicas de la retórica antigua que Quintiliano agrupará luego como quadripartita ratio o método cuatripartita para la