pero no podrían desconocer o diferir en cuanto a los datos más relevantes de dicha realidad. De allí la necesidad de contar con buenos estudios, análisis y estadísticas adecuadas que permitan diagnosticar realidades político-sociales diversas y evaluar el impacto de las políticas aplicadas sobre dichas realidades. La mala información, la sesgada, la insuficiente, o distorsionada, lleva al diseño de políticas erradas.
Cuando no se cuenta con modelos y datos empíricos de validez aceptada, cada actor puede diagnosticar, proponer o rebatir prácticamente cualquier cosa con relación a la presunta realidad, esgrimiendo cosmovisiones, posiciones y argumentos con insuficiente rigor para sustentar políticas públicas eficaces.
Frente a las divergencias básicas sobre los distintos aspectos de la realidad, la naturaleza de sus problemas, sus alcances y su magnitud, no es posible siquiera convenir un conjunto de ejes de política del Estado –más que de gobierno– que permitan garantizar la gobernabilidad.
Si bien los organismos formuladores de políticas no constituyen cuantitativamente la parte más significativa de la totalidad del sector público (ya que los organismos de administración y ejecución de la política suelen ser más importantes en dimensión y presupuesto), sí lo son en términos de la sustantividad de la gestión de gobierno. Es por ello que se recomienda que tengan un nivel jerárquico adecuado en la pirámide de toma de decisiones para poder ejercer el contralor sobre los descentralizados ejecutores de las políticas públicas.
Es recomendable que los organismos de formulación de políticas diseñen e implementen planes estratégicos, y aprueben los planes-programas y establezcan acuerdo-programa con los organismos de ejecución de la política e intervengan en la supervisión de la asignación de recursos presupuestarios y en el control de la ejecución de actividades y recursos.
Una de las características a tener en cuenta en la formulación de los planes es que en el ámbito de la formulación de políticas, resulta difícil dimensionar objetivos y resultados tal como ocurre en organismos que prestan servicios o tienen productos más mensurables.
Pero esto no significa que no puedan medirse metas intermedias, el impacto de las políticas y la calidad del diseño de las mismas (77).
Dotar de calidad y consenso al proceso de formulación de políticas públicas, buscando garantizar la gobernabilidad significa:
Detectar, identificar, anticipar, articular, sintetizar y procesar eficazmente problemáticas claves para la calidad de vida y el desarrollo de la Sociedad.
Convocar y concitar la participación de los distintos actores relevantes en la política.
Concertar y establecer los estados deseados.
Obtener y procesar la información para el análisis de escenarios relevantes.
Generar, elaborar, seleccionar e instrumentar opciones de políticas públicas.
Evaluar la viabilidad y el impacto de las opciones de política entre los beneficiarios, interesados, afectados, grupos de presión y factores de poder.
Implantar las opciones seleccionadas con eficaces mecanismos de coordinación inter-organizacional.
Monitorear y controlar el desempeño de las políticas, así como evaluar sus resultados e impactos, a fin de realimentar el ciclo de formulación y proceder oportunamente a los ajustes, modificaciones y replanteos pertinentes.
Lograr acuerdos relativos a los ejes centrales de las políticas públicas, que sean eficaces para garantizar la gobernabilidad por encima de quienes, en el marco de la alternancia democrática, tengan a su cargo el gobierno.
Lograr una adecuada asunción de responsabilidades por parte de la gerencia pública en la implementación de las políticas diseñadas.
Lograr que las políticas desciendan por la estructura del estado de los organismos encargados de su implementación, hasta alcanzar a los equipos y al último agente público, a los efectos de garantizar su correcta implementación con responsabilidad, eficiencia y eficacia.
Las políticas públicas requieren de la construcción de consenso y legitimidad social que las torne viables. De una organización pública que convierta a los enunciados de políticas en actos de gobierno y mecanismos de administración moderna que las pongan en práctica y de organizaciones públicas efectivas que las implementen con eficiencia y eficacia.
De aquí surgen varios problemas sobre los que ya llamáramos la atención anteriormente (78) y que siguen siendo asignaturas pendientes en materia de gestión pública.
a) El de construir consenso y hallar legitimidad política la formulación e implementación de políticas públicas. Obligación a cargo de gobernantes, opositores, actores sociales y gobernados a los efectos de garantizar la gobernabilidad.
b) Aumentar los estudios previos y los diagnósticos que lleven a una mejor calidad en el diseño de políticas públicas. La política más viable es la que combina eficazmente racionalidad técnica con consenso político.
c) Lograr una adecuada implementación de las políticas diseñadas: Ver el punto siguiente.
d) Medir el impacto de las políticas públicas: para evaluar si se han alcanzado los objetivos propuestos.
4) Implementar adecuadamente las políticas públicas diseñadas
Cómo implementar mejor las políticas públicas ha sido un tema de reflexión constante, desde los orígenes de la disciplina de la administración pública, al igual que cómo servir mejor al ciudadano. Distintos contextos sociales y momentos históricos determinados han dado distintas respuestas a esta problemática permanente.
En el modelo burocrático clásico, la sujeción a normas es una garantía para los derechos del ciudadano, cualidad ésta que no debe perderse. Pero cuando se habla de “burocracia” en el sentido no weberiano y peyorativo del término significa una administración pública autoreferida, autista, lenta, farragosa, con grandes oportunidades de corrupción, donde las políticas no se aplican bien y los ciudadanos no encuentran adecuado cauce a sus demandas ni satisfechos con los servicios prestados.
El interrogante actual no es si es viable o no un modelo gerencial donde se asimile la administración pública a la privada, ya fracasado en los 90; sino cómo hacer que las decisiones de políticas públicas que los gobiernos toman como mandantes a término del soberano sean correctamente ejecutadas, con eficiencia, eficacia, fidelidad a las políticas diseñadas y garantías al ciudadano (ver el capítulo “Políticas públicas y gestión pública para satisfacción de la población”).
5) Desarrollar un mejor vínculo con la ciudadanía a través de mecanismos participativos y de gobierno electrónico y de mejora continua, gestión de la calidad y carta compromiso con el ciudadano. La Responsabilidad Social Pública
Mientras se produce la transformación del modelo de gestión, es necesario desarrollar mejoras en los organismos con impacto inmediato y visible en la ciudadanía a los efectos de lograr legitimidad y consenso para las reformas de fondo de mediano plazo.
Es preciso fortalecer las formas democráticas de relacionamiento entre el Estado y la sociedad, aumentando el grado de responsabilidad “accountability” de parte del sistema. Por esta vía, se procura capacitar a los ciudadanos para controlar las actividades públicas, pudiendo hacerlas, simultáneamente, más eficientes y de mejor calidad.
Las técnicas de mejora continua, mejora de procesos, gestión de la calidad, calidad total, carta compromiso con el ciudadano son algunas que pueden coadyuvar a este proceso.
Respecto a la carta compromiso con el ciudadano, las mismas deben no sólo establecer compromisos efectivos de calidad de la gestión, sino que también auto imponerse penas por no cumplimiento. De lo contrario