Tracy K. Smith

Vida en marte


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de los motores, bocinas

      Que no dan tregua, el frenesí del ser. Lo quiero

      Rayando la locura, como una radio sin dial.

      Completamente abierto, para que todo se inunde de una vez.

      Y bien sellado, para que nada escape. Ni siquiera el tiempo

      Que ha de enrollarse sobre sí mismo y hacer un anillo como el humo.

      Entonces yo podría estar ahora sentada con mi padre

      Mientras pone un fósforo encendido en el hueco de su pipa

      Por primera vez en el invierno de 1959.

      4.

      En esas últimas escenas de 2001, de Kubrick,

      Cuando Dave es transportado al centro del espacio,

      El cual se despliega en una aurora de luz orgásmica

      Para luego abrirse ampliamente, como una orquídea salvaje

      Para una abeja perdidamente enamorada, y después diluirse

      Como la pintura en el agua, una gasa ondulando arrastrada por el viento,

      Y, finalmente, la marea de la noche, luminiscente

      Y confusa, se arremolina dentro, una y otra vez…

      En esas últimas escenas, mientras él flota

      Por encima de los grandes cañones y mares de Júpiter,

      En los llanos inundados de lava y en las montañas

      Congeladas, en todo ese tiempo, él no parpadea.

      En su pequeña nave, pilotando a ciegas, transportado

      A través de la pantalla panorámica del tiempo indivisible,

      ¿Quién sabe qué brillará en su mente?

      ¿Sigue siendo su vida a través de la cual se mueve,

      O termina ésta al final de lo que puede nombrar?

      En el plató, una toma tras otra hasta que Kubrick esté satisfecho,

      Después el vestuario vuelve a sus estantes

      Y la gran sala iluminada se apaga.

      5.

      Cuando mi padre trabajaba en el Telescopio Hubble, dijo

      Que trabajaban como cirujanos: desinfectados y vestidos

      De verde, un frío aséptico y luz blanca en la sala.

      Leía a Larry Niven en casa, y bebía whiskey escocés con hielo,

      Sus ojos exhaustos y enrojecidos. Eran los años de Reagan,

      Cuando vivíamos con el dedo sobre El Botón y nos esforzábamos

      Por ver a nuestros enemigos como a niños. Mi padre pasó temporadas enteras

      Postrado ante el ojo del oráculo, hambriento de hallazgos.

      Su rostro se iluminaba cada vez que alguien le preguntaba, y levantaba los brazos

      Como si flotara confortablemente en la interminable

      Noche del espacio. En el patio, atábamos a los globos mensajes

      De Paz. El príncipe Carlos se casó con Lady Di. Murió Rock Hudson.

      Aprendimos nuevos nombres para las cosas. Cambiamos de década.

      Las primeras imágenes llegaron borrosas, y me sentí avergonzada

      De todos aquellos alegres ingenieros, mi padre y su tribu. La segunda vez

      Las lentes acertaron. Vimos hasta el confín de todo lo que allí había–

      Tan brutal y tan vivo, que parecía observarnos.

      THE UNIVERSE IS A HOUSE PARTY

      The universe is expanding. Look: postcards

      And panties, bottles with lipstick on the rim,

      Orphan socks and napkins dried into knots.

      Quickly, wordlessly, all of it whisked into file

      With radio waves from a generation ago

      Drifting to the edge of what doesn’t end,

      Like the air inside a balloon. Is it bright?

      Will our eyes crimp shut? Is it molten, atomic,

      A conflagration of suns? It sounds like the kind of party

      Your neighbors forget to invite you to: bass throbbing

      Through walls, and everyone thudding around drunk

      On the roof. We grind lenses to an impossible strength,

      Point them toward the future, and dream of beings

      We’ll welcome with indefatigable hospitality:

      How marvelous you’ve come! We won’t flinch

      At the pinprick mouths, the nubbin limbs. We’ll rise,

      Gracile, robust. Mi casa es su casa. Never more sincere.

      Seeing us, they’ll know exactly what we mean.

      Of course, it’s ours. If it’s anyone’s, it’s ours.

      EL UNIVERSO ES UNA FIESTA

      El universo se expande. Mira: postales,

      Y bragas, botellas con restos de carmín en la boquilla,

      Calcetines huérfanos y servilletas exprimidas.

      Deprisa, en silencio, todo rápidamente archivado

      Con frecuencias diales de una generación anterior

      Arrastrándose hacia el extremo de lo que no tiene final,

      Como el aire dentro de un globo. ¿Brilla?

      ¿Entornarán nuestros ojos? ¿Es líquida, atómica,

      Una conflagración de soles? Parece esa clase de fiestas

      A la que tus vecinos olvidaron invitarte: graves sonidos que vibran

      A través de las paredes, y todos caminando pesadamente, borrachos

      En el tejado. Machacamos cristales con una fuerza imposible,

      Lanzándolos hacia el futuro, y soñamos con seres

      A quienes daremos la bienvenida con una infatigable hospitalidad:

      ¡Qué bien que hayáis venido! No vamos a retroceder

      Ante las bocas afiladas y las extremidades granosas. Nos alzaremos

      Gráciles, robustos. Mi casa es su casa. Nunca sonó tan sincero.

      Al vernos, sabrán exactamente lo que queremos decir.

      Por supuesto, es nuestra. Si es de alguien, es nuestra.

      THE MUSEUM OF OBSOLESCENCE

      So much we once coveted. So much

      That would have saved us, but lived,

      Instead, its own quick span, returning

      To uselessness with the mute acquiescence

      Of shed skin. It watches us watch it:

      Our faulty eyes, our telltale heat, hearts

      Ticking