Soy tu discípulo; a tu protección me acojo y, postrado a tus plantas, te suplico que me instruyas. ¿Cuál es el camino de mi deber?
8 Nada veo que pueda disipar la angustia que embarga mis sentidos, aun cuando obtuviera yo una amplía y sin rival soberanía de la tierra y aun el supremo dominio de los dioses.
Sañjaya:
9 Luego que en tales términos se hubo expresado ARJUNA, dirigiéndose a KRISHNA añadió: “No quiero pelear”, y guardó silencio.
10 Entonces KRISHNA, sonriente, así le habló al príncipe que tan desalentado y pesaroso se mostraba entre ambos ejércitos:
Krishna:
11 Te lamentas por lo que no debieras lamentarte, si bien sensatas son tus palabras. El sabio21 no se angustia por los vivos ni por los muertos22, pues vida y muerte se desvanecen.
12 Ni yo23 ni tú, ni estos caudillos24, en tiempo alguno hemos dejado de existir, ni dejaremos de ser en adelante.
13 Así como el Espíritu que mora en el cuerpo pasa en él la infancia, la juventud y la vejez, así también pasa más tarde a otro cuerpo: el sabio no abriga de esto la menor duda.
14 Del mundo de los sentidos procede el calor y el frío, el placer y el dolor: son efímeros y transitorios; van y vienen. Sobreponte a ellos con valentía.
15 El hombre a quien ni el dolor ni el placer conturban, y permanece inalterable en toda circunstancia, es merecedor de la inmortalidad.
16 Lo ilusorio nunca es; lo real nunca puede dejar de ser, verdad percibida por quienes han penetrado la esencia de las cosas.
17 Indestructible es Aquel25 que desplegó el Universo y cuya esencia todo lo penetra. ¿Quién puede aniquilar a este imperecedero Ser?
18 Estos cuerpos que aquí ves, frágiles y sujetos a la disolución, no son otra cosa que simples envolturas del Espíritu eterno, indestructible e inconmensurable. Por lo tanto, decídete a combatir, ilustre sucesor de BHARATA26.
19 Están en un error quienes opinan que el Espíritu mata o se le puede matar, pues ni mata ni puede ser matado.
20 Nunca ha tenido nacimiento, ni tampoco está sujeto a la muerte; no habiendo sido, jamás dejará de ser. Eterno, no-nato, imperecedero, sin principio ni fin, no se aniquila ni experimenta quebranto alguno cuando se destruye su envoltura mortal.
21 Sabiendo, pues, que el Espíritu del hombre es indestructible y perpetuo, y que no está sujeto al nacimiento ni a la muerte ¿cómo creer que puede aniquilar o ser aniquilado?
22 De la propia manera que el hombre desecha sus viejas vestiduras para ponerse otras nuevas, así también el Espíritu, después de abandonar su gastado cuerpo mortal, toma posesión de otros nuevos.
23 Arma ninguna puede herirle, ni fuego quemarle, ni agua humedecerle, ni viento orearle.
24 Porque es invulnerable, incombustible, impermeable e insensible al aire. Es eterno, omnipresente, inmutable, permanente, siempre uno.
25 Sabiendo, ARJUNA, que Él es invisible para el ojo mortal y que se halla más allá del pensamiento y de todo cambio, cesa de dar rienda suelta a tu dolor.
26 Pero, aun cuando lo creyeras de continuo nacido y de continuo muerto, tampoco así, oh guerrero de potente brazo, debieras afligirte.
27 Porque de igual manera que todo cuanto ha nacido debe morir, todo lo que ha muerto debe infaliblemente renacer. No te apesadumbres, pues, por lo inevitable.
28 Los seres únicamente se conocen en su estado intermedio: son inescrutables en su origen, antes de nacer, y en su condición final, después de morir. ¿Por qué entristecerte?
29 Unos consideran al Espíritu como una maravilla827, otros hablan de Él como un portento, y otros oyen hablar de Él como un prodigio, pero nadie después de oír es capaz de comprender.
30 Siendo el Espíritu sempiterno e indestructible, no puede recibir el menor daño. Así, no te aflijas por ninguna criatura viviente.
31 Por otra parte, no eches en olvido tus obligaciones como guerrero, y no vaciles; para un CHATRIA28 no hay deber más sagrado que el pelear por una causa justa.
32 ¡Felices y afortunados quienes militan en ese glorioso combate que les abre de par en par las puertas del cielo!29
33 Pero, si olvidando las obligaciones de tu casta, te resistes a tomar parte en él, faltarás a tu deber, mancillarás tu honor y sobre ti pesará vergonzoso delito.
34 La gente pregonará tu perpetua deshonra, y para todo hombre bien nacido, la deshonra es peor que la misma muerte.
35 Los jefes creerán que rehúyes al combate por cobardía, y te verás menospreciado por aquellos mismos que más te ensalzaban.
36 Tus enemigos te recriminarán en tales términos, que la lengua se resiste a expresarlos, y harán escarnio de tu valor y de tus proezas. ¿Puede haber mayor ultraje?
37 Si sucumbes en la lid, se abrirán para ti las puertas del cielo; si triunfas, el señorío sobre la tierra será el galardón de tu victoria. Yérguete, pues, hijo de KUNTI, y decídete a luchar.
38 Acepta por igual el placer y el dolor, la ganancia y la pérdida, el triunfo y la derrota, y apréstate a la batalla. Así no caerás en pecado.
39 Acabo de exponerte la filosofía SANKHYA, el conocimiento que conduce a la visión de lo Eterno. Escucha ahora las enseñanzas referentes al YOGA30 o filosofía de la acción. Si llegas a entenderla, te librarás de las cadenas de todo obrar.
40 No hay esfuerzo estéril ni de consecuencias perjudiciales para quien huella este camino; hasta un leve progreso salva al hombre del nacimiento y de la muerte.
41 Uno es el objetivo del hombre que lo ha emprendido: alcanzarlo. Pero dispersos y mudables son los pensamientos de los irresolutos.
42 Los inconstantes de escaso discernimiento mucho hablan y se regocijan con la letra de los Vedas diciendo: “Nada hay sino esto”31.
43 Con egoísta deseo tienen el cielo por meta, y se representan el futuro nacimiento como recompensa de sus acciones. Así practican muchas y diversas ceremonias para gozar de riqueza y poderío.
44 Quien vive apegado a lo transitorio sigue los floridos discursos y prefiere el goce de la mansión celeste a la eterna absorción en la Divinidad32.
45 La enseñanza de los Vedas concierne a las tres cualidades o GUNAS33. Trasciéndelas, ARJUNA, así como supera los pares de opuestos34, y permanece firme en la Verdad eterna. Por encima de todo anhelo mundano, concéntrate en la plenitud de tu Yo.
46 Tan provechosos son los Vedas para el brahmán iluminado, como el agua de un estanque lleno hasta los bordes.
47 Haz que el móvil de tus actos sea el acto mismo y no sus ventajas; no te incite a la acción el aliciente del fruto, pero no permitas que tu vida se disipe en la inacción.
48 Firme y constante en el YOGA35 cumple tus deberes renunciando a todos los apegos y por igual sereno en el éxito que en el fracaso. Esta imperturbabilidad, este equilibrio se llama también YOGA36.
49 Toda acción es muy inferior al yoga del discernimiento: refúgiate en él. ¡Dignos de lástima son quienes obran en pos de la recompensa!
50 Aquel que consigue identificarse con el YOGA37 se abstrae de las buenas y malas acciones38. Aplícate, pues, al YOGA, que es sabiduría en acción.
51 El hombre verdaderamente sabio renuncia al fruto de sus actos y, libre de las ataduras del renacimiento, se encamina a la región bienaventurada39.
52 Cuando, gracias al discernimiento, hayas trascendido esta maraña de ilusiones, sentirás indiferencia por todas las doctrinas que te han sido reveladas, así como por las que se te revelaren.
53 Y cuando