Maria Hebenstreit

La oposición al franquismo en el Puerto de Sagunto (1958-1977)


Скачать книгу

izquierda

       Curas progres y equipo sacerdotal. El papel de la iglesia

       La iglesia en los años cincuenta

       Las organizaciones obreras Cristianas y el Concilio Vaticano II

       «Un nuevo compromiso de luchar contra las fuerzas de explotación». El equipo sacerdotal

       IV. ENCIERROS Y HUELGAS DURAS: LOS ÚLTIMOS AñOS (1973-1976)

       «¡Una siderúrgica integral para sagunto!»

       «¿Amplia acción solidaria?». La huelga de Ferroland 1969 y el cierre de sierra Menera en 1973

       Los conflictos laborales de la IV Planta

       El encierro de los obreros en la Iglesia de san Pedro, Mayo 1976.

       EPíLOGO

       «¡No al cierre de AHM!». La reconversión

       CONCLUSIONES

       ABREVIATURAS

       FUENTES

       BIBLIOGRAFÍA

       Tabla 1. Evolución del número de habitantes en Puerto de Sagunto

       Tabla 2. Origen de los habitantes de Puerto de Sagunto, 1951

       Tabla 3. Convenios Colectivos y NOC en AHV de Sagunto (19611976)

       Tabla 4. Los Jurados de Empresa de AHV de Sagunto (1961-1967)

       Tabla 5. Constitución del Jurado de Empresa (1961-1966)

       Tabla 6. Trabajadores involucrados en la huelga de abril 1964

       Tabla 7. Conflictos Colectivos en AHV de Sagunto (1965)

       Tabla 8. Enlaces votados de la Comisión Unitaria en las elecciones de AHV de Sagunto

       Tabla 9. Jurado de Empresa y Vocales nombrados por la empresa, 1968-1970

       Tabla 10. Datos Reconversión Siderúrgica (Diciembre 1984)

      Sagunto, Sagunto. Tu nombre no deja de escribirse en las páginas de nuestra historia valenciana. En el año 219 a. C. fue tu epopeya contra las fuerzas cartaginenses de Aníbal, que preferistes [sic] morir antes que ser tomada. Defendistes [sic] y participastes [sic] en las Germanías, estuviste por la Constitución de Cádiz y contra el invasor francés. Y en este siglo xx continuamos estando en lucha contra los tiranos y opresores […]. Sagunto, Sagunto [… ] De tu suerte depende en gran parte la suerte y la lucha de toda Valencia. Tus luchas en estos «25 años de paz» no nos son indiferentes […]. Sagunto, Sagunto. Tú nos marcas hoy el camino de lucha en ese potente movimiento de 7.000 huelguísticas de la Oposición Sindical.

      Carta manuscrita firmada con el pseudónimo Joan de l'Horta, enviada a Radio Pirenaica a raíz de las huelgas en Puerto de Sagunto de 1965, junio de 1965.1

      Junio de 1965, en el vigésimo sexto «Año de Paz» tras el final de una guerra civil rebautizada por Franco como «Cruzada de Liberación», a las 14 horas de un caluroso mediodía del inicio del verano en Puerto de Sagunto. Con el sonido de la sirena de fábrica que marcaba el fin del primer turno de la planta siderúrgica el joven trabajador auxiliar J.2 abandonó su puesto de trabajo en la calderería, una de las numerosas secciones en las que trabajaban los 5.000 empleados de los Altos Hornos de Vizcaya (AHV) de Sagunto. La fábrica, situada a veinticinco kilómetros al norte de Valencia, en la llanura costera ante el antiguo castillo de Sagunto, era la filial mediterránea de la mayor empresa siderúrgica privada de la España de Franco, la vasca AHV. En aquella época representaba una de las empresas más importantes de la Región y con sus barrios obreros uno de los puntos socialmente conflictivos en el entorno mayoritariamente agrario del Camp de Morvedre. Aquel día el obrero J., cuya sección había sido a principios de aquel mes el foco inicial de un conflicto laboral de diez días de duración, que se había transformado en una huelga general extendida a toda la localidad industrial, no había llegado, como de costumbre al trabajo a pie, sino en bicicleta. Tenía prisa puesto que, como había relatado en casa y en el trabajo, quería visitar a unos parientes en Sagunto, a cinco kilómetros de distancia. En su bolsa de cuero, escondida en el interior del forro, llevaba una carta sin remitente, doblemente sellada y dirigida a una prima lejana que vivía exiliada con su marido, un antiguo anarcosindicalista, en el sur de Francia. Camuflada en la tarjeta de felicitación por el cumpleaños de la prima se hallaba un sobre para Radio Española Independiente, la emisora comunista clandestina, más conocida como «la Pirenaica», por ser los Pirineos el lugar donde generalmente se suponía el origen de sus emisiones. J. esperaba que sus parientes franceses harían llegar la carta a una de las direcciones de contacto en Praga o en París.

      Radio Pirenaica, sita en Bucarest y dependiente directamente del Partido Comunista Español (PCE) en el exilio, radiaba diariamente desde los años cincuenta con ayuda de la Unión Soviética sus emisiones antifranquistas. Suponía una de las fuentes de información más importantes de la resistencia interior española y contribuyó persistentemente a conformar la conciencia política sobre todo de las clases obreras. Al contrario que Mundo Obrero, la publicación escrita igualmente comunista, la radio alcanzaba gracias a su variada programación, a su autenticidad y a sus actuales comentarios políticos una amplia audiencia que iba mucho más allá de los militantes del PCE. Desde principios de los años sesenta la emisora instaba activamente a sus oyentes a que, a través de canales de comunicación especialmente creados al efecto, le enviaran informes sobre la situación en el interior de España y sobre los progresos de la lucha opositora; cartas que, una vez recibidas, eran leídas en el marco de un programa específico.3

      Pese a no ser tampoco él miembro del Partido Comunista J. era, como la mayoría de sus compañeros de trabajo, un entusiasta oyente de Radio Pirenaica. Por su extremado sentido de justicia y su valiente comportamiento ante sus superiores en algunos conflictos en su lugar de trabajo, J. había llamado la atención de un viejo compañero y activista clandestino de su sección y había sido integrado paulatinamente en la organización de la protesta laboral colectiva. Ahora, a consecuencia de la gran resonancia de las fuertes oleadas huelguísticas de 1965, un compañero había animado a J., que tenía un cierto talento como escritor y todavía no resultaba sospechoso a la policía, a escribir una carta a Radio Pirenaica que transmitiera a los redactores y oyentes una imagen del ambiente de lucha que imperaba entre los habitantes de la ciudad obrera. El escrito, lanzado por J. finalmente a un buzón de la estación de Sagunto, dando múltiples rodeos, acabó llegando a la redacción en Bucarest y se encuentra actualmente en el Archivo del PCE en Madrid, en el cual puede consultarse su original manuscrito.4 La carta destaca por su estilo, de inusual exuberancia y rebosante heroicidad. Bajo el pseudónimo Joan de l'Horta, supara nosotrosdesconocido autor compuso un canto heroico a las luchas obreras sin parangón de los años precedentes que remontaba en una línea de tradición directa hasta los hechos heroicos de la resistencia saguntina a través de la historia: desde el legendario sitio que los cartagineses de Aníbal habían sometido a la ciudad durante ocho meses, pasando por la participación en la rebelión de las Germanies en el siglo XVI hasta llegar a la propugnación de la Constitución de Cádiz de 1812 y la lucha contra la ocupación napoleónica. Las fórmulas utilizadas presentan inconfundibles paralelos estilísticos con la primera gran obra de la historia antigua de Sagunto, escrita por el cronista Antonio Chabret y publicada por primera vez en 1888. En el prólogo de esta crónica, situada totalmente en el ambiente de exaltación nacional y de entusiasmo por la historia antigua propio de la época de su aparición,5 se afirma:

      ¡Sagunto! No hay nombre más ilustre en la historia de España, ni que haya tenido mayor resonancia en todas las edades.