Kris Lane

Enigmas de las Américas


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agosto de 1520, al llegar a las costas de la Patagonia, Pigafetta, marinero de la expedición de Magallanes, narra cómo “de las entrañas de la tierra, presentase de improvisto en la playa un hombre casi desnudo, de talla gigantesca...”30. Más adelante agrega:

      En signo de paz seguramente, cantaba y danzaba al propio tiempo, echándose a la vez polvo sobre la cabeza. Magallanes sabía algo de aquella mímica primitiva, pues enseguida envió a tierra un marinero –con orden de hacer los mismos gestos, en señal de paz y amistad.31

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      También el famoso Mapamundi de Diego de Ribero incluye la inscripción de Tierra de Patagones, situación que refleja cómo Ribero estuvo familiarizado con la descripción de esta región presentada por los sobrevivientes de la expedición de Magallanes, quienes detallaron a los patagones como hombres corpulentos, casi gigantes, cubiertos de pieles (Imagen 4).

      La persistencia sobre el mito de los gigantes de la Patagonia se encuentra en mapas posteriores, como se ve en el mapa Magellanica de John Ogilby32 (Imagen 10), obra encargada por la Corona inglesa, donde se puede identificar la supuesta existencia de gigantes, seres monstruosos y columnas de fuego en el paso por el Estrecho. Tal vez la representación de los gigantes patagones se encuadra en la descripción del “buen salvaje”, aquel ser idólatra, semidesnudo, que para los europeos representaba la mezcla de salvajismo e ignorancia. En la iconografía de estos mapas también podemos encontrar la presencia de animales y monstruos marinos, una referencia mitológica presente en los relatos de marineros y por supuesto en la literatura que hacía referencia a las exploraciones por aquel paso Sur. Igualmente, en el mapa América, de John Ogilby, mediante la iconografía se introduce la dinámica relación entre el mundo conocido (Europa) y el registro etnográfico del Nuevo Mundo, cargado de la imaginación y fantasías de los primeros exploradores. En diciembre del año de 1770 Samuel Wallis, al mando de la corbeta Dolphin, al llegar al cabo Vírgenes:

      desembarcó con la determinación de aclarar de una vez para siempre las historias sobre los gigantes patagones, resucitada por Byron. Al medirlos, descubrió que los más altos eran simplemente personas de elevada estatura entre 1,80 y 2,05 metros, aproximadamente.33

      CONCLUSIONES

      Los mapas son una ventana al pasado, recogen no solo los conocimientos geográficos, sino también los imaginarios, la cultura y la construcción de identidades de una época, documentan los encuentros y desencuentros con otros, en este sentido los mapas son un registro etnográfico, de imaginarios y fantasías que llenaban los vacíos de las incomprensiones de los viajeros y cartógrafos, que no dudaron en incluir seres mitológicos, monstruos y sirenas y sugerían aguas torrentosas o temibles peces con cabezas de león para representar la geografía especulativa de lugares tan desconocidos y remotos para las mentes europeas como fue el paso por el Estrecho de Magallanes. Este constituyó un empeño por dar nombre a lo que descubrían, siempre en referencia a lo conocido por las mentes europeas, como si esos territorios hubiesen sido anónimos.

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      Con este trabajo se buscó aportar al conocimiento cartográfico del paso por el Estrecho de Magallanes y analizar la formación del imaginario europeo construido sobre las realidades y fantasías de aquel ansiado paso Sur, que permitía comunicar el Atlántico con el Pacífico. Se han examinado descripciones y mapas que registraron los primeros viajes marítimos que alcanzaron la circunnavegación del mundo y que conllevaron importantes consecuencias para la expansión de los imperios en el orbe terrestre del siglo XVI.34

      El análisis y la confrontación de las fuentes nos han permitido subrayar, en primer término, el significativo choque cultural entre el Viejo Mundo y el Nuevo Mundo, que en la cartografía se resuelve mediante la imposición de la versión europea basada en los paradigmas (modelos ideales) eurocentristas propios de la época; especialmente en la equívoca lectura del otro, donde los lugares y habitantes son representados como una expresión salvaje, un tanto fantasiosa del ser humano, como es el caso de las descripciones y representaciones de gigantes y figuras monstruosas que habitaban aquellas tierras incógnitas (Imagen 11).

      Fueron los imaginarios, sumados a la dificultad de comunicación a nivel del lenguaje y la simbología, como bien lo anotaba Todorov35, los que condujeron a un trágico final a algunos exploradores, víctimas de sus propios equívocos, como Magallanes, asesinado en Tidor. Fue así como los exploradores de la era del descubrimiento enfrentaron las peripecias de lo desconocido y las fronteras geográficas y culturales del Novus Mundus.

      En 1839 James Clark Ross y Robert Falcon Scott, exploradores y navegantes, se aventuraron a la tierra austral y en el corazón del mítico continente blanco (Antártida) afirmaron: “La Antártida es para el resto del mundo, todavía hoy, como la morada de los dioses para los antiguos caldeos: un gigantesco continente escarpado, mucho mas allá de los mares que circundan los lugares habitados por el hombre”36. Esta es una muestra más de que la curiosidad humana no se detiene, como señala Cherry-Garrard, y de que un descubrimiento invita a una nueva aventura. Para terminar, concordamos plenamente con la observación del capitán Scott: “El principal fin que tiene escribir la historia de un viaje al polo es proporcionar orientación para futuros viajes; el principal deber del escritor es para con sus sucesores”.37

      NOTAS

      1 Entre los años de 1507 y 1508 tal vez Vespucio realizó su último viaje, aunque la falta de documentación no permite determinar con certeza si este se llevó a cabo. Fue así como Vespucio describía las tierras, con el objeto de atraer el interés de un monarca europeo. Cita tomada de Letras Mundus Novus, de Americo Vespucio respecto a sus primeros viajes en America, al rey Manuel de Portugal. Citado en Dickson, Peter W. The Magellan Myth. Ohio: Printing Art Press Mount Vernon, 2009: pp. 35-36.

      2 Según las investigaciones de Guillemard, citado en Dickson. 2009: p. 76.

      3 La Brevísima relación de la destrucción de las Indias (1474-1566) de Bartolomé de Las Casas fue la obra en la que denuncia las primeras injusticias cometidas en contra de los indígenas durante el periodo colonial en América.

      4 Dickson. 2009: p. 91.

      5 Hessler, John W. The namig of America. London: Giles Editorial for the Library of Congress, 2008: p.54.

      6 Descripción registrada en una carta dirigida a Lorenzo Pietro di Medici, un banquero florentino, en el año de 1504. En Vespucci, Amerigo. Mondus Novus, Transcripción de G. Northrup, Princeton University Press, 1916, en Peter C. Mancall, Travel Narratives from de Age of Discovery, an Anthology. New York: Oxford University Press, 2006: p. 219.

      7 Matthiessen, Peter. El último Sur, en “Realidades Ajenas”. Madrid: Trama editorial, 2000: p. 32

      8 Noble Wilford, John. The Mapmakers. New York: Vintage books. 2001.

      9 Arteche, José de. Elcano. Madrid: Colección Austra, 1972: pp. 93-101.

      10 Williams, Glyndwr. The Great South Sea: English Voyages and Encounters, 1570-1750. New Haven, CT: Yale University Press, 1997: p.3.

      11 Según las investigaciones de Guillemard, quien fuera un prominente miembro de la Real