la trasmisión del conocimiento y la orientación adecuada, para que lo hicieran si no lo habían hecho, o lo siguieran haciendo si ya lo hicieron.
»De Normandía se sigue hacia la Sacra de San Miguel en Val de Susa en Italia, que es un monasterio situado en lo alto de un escarpado cerro rocoso, y aquí la aparición habría sido a un monje ermitaño que construyó una primera ermita entre las rocas.
–¡Nuevamente alguien que profundiza e interioriza, padre!
–¡Tú lo has dicho! Siguiendo con la Línea Sacra llegamos al santuario de Monte Sant’Angelo en Gargano, en la provincia de Foggia, al norte de la región de Apulia, que es el quinto santuario en la Línea Sacra, donde en el año 490 se produjo la aparición del arcángel Miguel a san Lorenzo Maiorano dentro de una cueva. Y la cueva es el lugar de aislamiento del santo o ermitaño.
»El sexto santuario es el monasterio de Symi, una pequeña isla rocosa griega situada a cuarenta y un kilómetros al noroeste de Rodas, donde se encuentra una efigie milagrosa del arcángel con armadura chapada en plata. En este lugar, quien tuvo el encuentro con una reliquia del arcángel y con el propio ser angélico fue una fervorosa mujer.
–¡Y la isla simboliza también el aislamiento o recogimiento!
–¡Cierto!
»La Línea Sacra termina en Israel en el monasterio del Monte Carmelo en Haifa, cuya construcción se remonta al siglo XII. Allí, en ese monte hace casi 3.000 años el profeta Elías retó a los sacerdotes de Baal a demostrar quién era el Dios verdadero. Tiempo después, cerca del Jordán, subió al cielo delante de su discípulo Eliseo en un carro de fuego, representando la invitación al hombre a concretar su ascensión.
»La Línea Sacra está perfectamente alineada con el ocaso del sol el día del solsticio de verano, una advertencia del santo arcángel para que se tengan siempre presentes las leyes de Dios y los fieles mantengan la rectitud. La Línea Sacra de San Miguel Arcángel marca el antes y el después de los ángeles disidentes.
»Sorprende ver la disposición de tres de los santuarios más importantes, como son Mont Saint Michel en Normandía, la Sacra de San Miguel en Val de Susa y el santuario de Monte Sant´Angelo en el Gargano, porque todos están a una misma distancia de 1.000 kilómetros entre uno y otro.
–¡Uhm, qué interesante! Eso no puede ser producto de la casualidad; debe estar queriéndonos decir algo importante. Excelente, padre Dante. Gracias por ilustrarme. Le mantendré avisado de mis planes de viaje para encontrarnos en Roma.
–¡Perfecto, querida; avísame cuando tengas confirmada tu llegada y estaré en el aeropuerto para recibirte! ¡Un abrazo a Jürgen!
Esperanza colgó el teléfono, quedándose pensativa con lo conversado. ¿Cómo podía ser que de pronto estuviera involucrada y participando en una aventura que partía de un conflicto cósmico e interdimensional generado miles de años atrás? Cuando se encontraba abstraída en sus pensamientos fue interrumpida por su novio, reaccionando de inmediato.
–¿Quién llamaba, Esperanza? –preguntó Jürgen, saliendo del baño mientras se secaba la cabeza con una toalla.
–¡Era el padre Dante Antonioni! Te envía saludos.
–¡Ah, muchas gracias! Supongo que se los devolviste de mi parte.
–¡Sí y ya le conté que me propusiste matrimonio!
–¿Y qué dijo él?
–Se puso muy contento y nos deseó todo lo mejor.
»También le conté el viaje que voy a hacer a Egipto y ¿sabes que me contestó con una pregunta?: ‘¿Qué sabes tú de la Línea Sacra?’ me dijo.
–¿Y qué es eso, Esperanza? No lo había escuchado antes.
–La Línea Sacra son siete centros espirituales y energéticos que marcan el campo de batalla de las fuerzas de la luz contra las fuerzas de la oscuridad. Fue una batalla que se produjo hace decenas de miles de años y que estaría a punto de repetirse en un conflicto final y definitivo.
–Sé algo del arcángel Miguel, pero ¿quién fue, o podría haber sido, si es que en realidad existe?
–Nosotros como humanidad, querido Jürgen, vivimos en un universo material de siete dimensiones y poseemos siete cuerpos para actuar en esas siete dimensiones; cuando uno muere pierde algunos de esos cuerpos y luego los recupera en la siguiente existencia.
–Esperanza, el amor que nos tenemos… ¿durará hasta la siguiente existencia o solo será para esta?
–¡Cuando las relaciones entre las personas son muy buenas, o muy malas, se repiten o continúan de una vida a otra, Jürgen!
–¡Qué maravilla ¡Así que disfrutaré de tu compañía en la próxima también!
–¡Ya verás cómo sí!
»En este universo convivimos con los extraterrestres, los intraterrestres y los seres sutiles. Más allá de la séptima dimensión habría otro universo, pero mental; de este vendrían los verdaderos ángeles, arcángeles, tronos, principados, querubines y serafines. A estos seres se les llama ultraterrestres. Ese universo estaría entre la octava y décima dimensión. Y de la undécima dimensión hacia arriba habría un tercer universo, pero ya espiritual. El universo espiritual creó al mental, y el mental al material. Así que Dios no nos habría creado directamente, sino a través de una jerarquía de seres llamados los Hellel o Resplandecientes, o también llamados «Los Hijos de Dios».
»Uno de esos padres creadores del universo material habría sido uno de estos seres, llamado Miguel, jefe de los ejércitos de Dios. Su nombre significa «Quien como Dios». Él combatió en la primera guerra que arrojó a Satanás y a un grupo de oriones reptilianos disidentes a este mundo, y que ahora tomarían nuevamente parte en la batalla final, Apocalipsis o Juicio Final.
–¿Juicio final, Esperanza?
–Es una forma de denominar al final definitivo de un ciclo cósmico en el que todos estamos involucrados. Pero no tiene por qué ser el final de nada, sino el inicio de algo nuevo trascendental y positivo.
–Una pregunta: si Miguel es un ser ultraterrestre, como dices, ¿cómo pudo haber participado él en las batallas cósmicas, que fueron entre extraterrestres?
–Porque es una entidad capaz de incorporarse en seres del universo material, Jürgen. Un caso sería el del mismo Maestro Jesús.
–¿El arcángel Miguel se incorporó en Jesús? ¿Eso no es una posesión?
–Cuando los espíritus oscuros o bajos astrales buscan incorporarse a la fuerza en seres vivos se denomina posesión; los seres de luz piden permiso antes de hacer una incorporación o transmigración, y siempre es por un tiempo breve. En el caso de Jesús duró casi tres años.
–¡Ah, qué interesante! Pero entonces ¿también podría incorporarse Lucifer o el demonio en otros seres, Esperanza?
–¡Así es, querido! Lucifer se habría incorporado en Satanel, el ser reptiliano procedente de Orión.
–¿Y cuáles son los lugares de la Línea Sacra, Esperanza?
–El padre Dante me recordó los siete centros. Algo había leído al respecto hace tiempo. El trazo es realmente enigmático y un desafío geográfico, pues, a pesar de las grandes distancias existente entre cada lugar, permanecen alineados entre sí de forma perfecta.
»Déjame buscarlos en Internet.
»Sí mira, aquí están. Fíjate: el primero de los siete lugares de la Línea Sacra es Skellig Michael, situado a unos quince kilómetros de la península de Iveragh en Irlanda, en el condado de Kerry, y se alza unos 220 metros sobre el nivel del mar. En esta gigantesca roca hay un antiguo monasterio paleocristiano del año 580. En este lugar el arcángel se le apareció a san Patricio, el gran evangelizador, para darle pautas de cómo expulsar al demonio de Irlanda.
»Luego la línea se dirige hacia