Hilda Villanueva Lomelí

El modelo de listas de votación cerradas y bloqueadas en el sistema electoral mexicano y su carácter representativo


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      Las democracias actuales deben tener o incorporar, en sus legislaciones, instituciones electorales que garanticen que la voluntad del electorado se vea reflejada en la designación de diputados y senadores por el principio de representación proporcional, considerando o privilegiando la preferencia manifiesta y expresa del elector de unos candidatos sobre los otros, de entre los propuestos por los institutos políticos en sus listas.

      El actual sistema de representación proporcional del sistema electoral mexicano es un método en el que se le da un enorme poder a los partidos, el cual puede ser utilizado para castigar a quienes disientan de cualquier postura oficial, relegándolos a las posiciones más bajas de las listas, donde no se consiguen escaños. De igual manera, puede favorecer a políticos cuyo único mérito son las relaciones internas. La labor de elaboración de las listas es responsabilidad del secretario de organización, un cargo por el que todos se suelen matar dentro de los partidos.

      No obstante lo anterior, hay que reconocerle alguna ventaja: en un sistema de listas cerradas, los políticos de un partido no se apuñalan entre sí para lograr votos —al menos no durante la campaña electoral— porque la competencia es entre partidos, no entre sus miembros. Además, en momentos en los que se quiera apoyar la presencia de algún colectivo concreto en el Congreso (mujeres, minorías étnicas, etc.), el sistema permite garantizarles escaños entre los obtenidos por su partido.

      Muchas democracias nuevas han escogido sistemas de representación proporcional. Más de 20 democracias establecidas y casi la mitad de todas las democracias “libres” usan alguna variante de este sistema.

      Los sistemas de representación proporcional son predominantes en América Latina y en Europa occidental y representan un tercio de todos los sistemas en África. Si bien los escaños son a menudo distribuidos en distritos plurinominales regionales, en algunos países (como Alemania, Namibia, Israel, Holanda, Dinamarca, Sudáfrica y Nueva Zelanda) la distribución de escaños es efectivamente determinada por el voto a nivel nacional.

      En América Latina existen países que tienen un sistema de representación proporcional, tales como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela (Dieter, 2004, p. 31).

      Dieter Nohlen establece que el sistema de representación por mayoría tiene por objeto de la representación la formación de mayorías; en cambio, la representación proporcional, la de reflejar o representar al electorado (ibid., p. 100). La representación proporcional en circunscripciones electorales grandes se decide según la fórmula proporcional, permitiéndose una representación proporcional de los partidos políticos en el parlamento (ibid., p. 103).

      Los efectos del sistema de representación proporcional pueden reflejarse de manera empírica, estableciendo la relación entre votos y escaños obtenidos. En los países con sistemas de representación proporcional se busca que incluso los partidos pequeños logren estar representados en el parlamento.

      Se han discutido mucho las ventajas del sistema de representación proporcional. A continuación se señalan, de manera enunciativa y no limitativa, algunas de ellas:

      •Facilita la representación de todos los intereses y opiniones a nivel parlamentario, con arreglo a su fuerza respectiva en el electorado.

      •Impide la constitución de mayorías parlamentarias demasiado artificiales, que no corresponden a una mayoría real del electorado, al resultar la intervención institucional en el proceso de formación de voluntad política.

      •Facilita la negociación de mayorías y el compromiso político entre diversas fuerzas sociales y grupos étnicos o religiosos.

      •Impide cambios políticos extremos, producidos menos por cambios fundamentales de las actitudes políticas del electorado que por los efectos de distorsión de un sistema electoral.

      •Refleja el cambio social y el surgimiento de nuevas tendencias políticas, al facilitar la representación parlamentaria de estas.

      •Impide la formación de bloques de partidos establecidos o de los denominados sistemas de partidos dominantes, donde el partido dominante debe su posición básicamente al sistema electoral y se dificulta o incluso se impide el cambio democrático (ibid., p. 125).

      La representación proporcional no se da de la misma manera en todos los casos, razón por la cual se han ido generando subtipos de sistemas electorales de representación proporcional. Por ejemplo, para Sartori el sistema proporcional personalizado de Alemania es “sumamente desproporcional” (Sartori, 1998).

      En el ámbito del sistema de representación proporcional se debe distinguir lo siguiente:

      a)El sistema proporcional en circunscripciones plurinominales.

      b)El sistema proporcional compensatorio.

      c)El sistema proporcional personalizado con barrera legal.

      d)El single transferable vote.

      e)La representación proporcional pura (op. cit.).

      El sistema de representación proporcional tiene como principal objetivo que los resultados electorales que otorgan a cada partido tenga una importancia proporcional al número de votos que dicho partido hubiese obtenido en la elección.

      Este sistema requiere que se apliquen procedimientos para calcular el cociente electoral. En nuestros tiempos existen técnicas de cómputo, algunas de ellas complejas, para que el elector realmente entienda qué es lo que sucede con el voto que emitió (ibid.).

      En los países de América Latina las democracias tradicionalmente tienen un sistema presidencialista, lo que significa que los diputados dependen del partido al que pertenecen, y tienden a seguir los lineamientos de este o de su presidente, que a la postre será el candidato a la presidencia.

      Según Nohlen (2004, p. 121), los sistemas proporcionales con lista cerrada y bloqueada fomentan esta estructura. Es decir, este sistema fortalece el poder de los partidos políticos.

      La fórmula utilizada para calcular la distribución de escaños, una vez que los votos han sido contados, puede tener un efecto marginal en los resultados electorales de representación proporcional. Las fórmulas pueden basarse en el “promedio más alto” o en el “residuo mayor”. Sin embargo, la magnitud de los distritos y los umbrales de representación tienen mayor importancia para los resultados generales de representación proporcional. Entre más grande sea el número de representantes a ser elegidos en un distrito y más bajo sea el umbral requerido para la representación en la legislatura, más proporcional será el sistema electoral y más grande será la oportunidad de que los pequeños partidos minoritarios obtengan representación parlamentaria.

      En Israel, el umbral es de 1.5%, mientras que en Alemania es del 5%. En Sudáfrica no había umbral legal en 1994 para la representación, y el Partido Demócrata Cristiano Africano ganó dos de 400 escaños con sólo 0.45% del voto nacional. Otras elecciones importantes involucran el diseño de los límites de los distritos; la manera en que los partidos constituyen sus listas de representación proporcional, ya sean abiertas, cerradas o libres; la complejidad de la papeleta de votación (por ejemplo, si el votante debe escoger entre partidos o entre candidatos y partidos); los arreglos formales o informales para un “voto en paquete” y el alcance de los acuerdos entre partidos, como aquellos en los sistemas que utilizan las coaliciones electorales.

      El sistema de representación proporcional que tiene México es de listas cerradas y bloqueadas (González, 2004, pp. 30-31), lo que significa que el elector no tienen la posibilidad de establecer su preferencia respecto de los candidatos de la lista, lo que sí pudiera suceder si las listas fueran cerradas y no bloqueadas.

      Esta investigación en gran medida se centró en conocer a fondo las características de cada uno de los tipos de listas que existen en el mundo (con el fin de, posteriomente, valorar y analizar los sistemas de representación proporcional), particularmente los casos de los países que tienen incorporadas a su sistema las “listas cerradas y no bloqueadas” y