Gabriela Grosores

Reflexiones sobre Historia Social desde Nuestra América


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para una agenda de investigación sobre los orígenes y desarrollo del capitalismo en Argentina (2011).

      Fabiola Escárzaga, socióloga, maestra y doctora en Estudios Lati­noamericanos (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, 1987,1997 y 2006) mexicana, nacida en 1960. Es profesora-investiga­dora en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco desde 1997, adscrita al Departamento de Política y Cultura, Área Pro­blemas de América Latina, con el proyecto de investigación “El campe­sinado indígena y la nación en México, Perú y Bolivia”. Donde imparte docencia en licenciatura y posgrado. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I desde 2008. Sus temas de investigación son: Insurgencias armadas de base indígena en México, Perú y Bolivia; Mo­vimiento indígena en América Latina; Gobiernos progresistas y movi­mientos sociales en América Latina; Pensamiento indianista en Améri­ca Latina; Educación indígena en México y América Latina; y Sistemas educativos comparados en América Latina. Con Raquel Gutiérrez ha creado el Centro de Estudios Andinos y Mesoamericanos A.C. (CEAM) desde 2005. Desde el cual han organizado tres Jornadas Andino-meso­americanas: resistencia y proyecto alternativo (2003, 2006 y 2011) y co­ordinado los libros derivadas de ellas Movimiento indígena en Améri­ca Latina: resistencia y proyecto alternativo. Vol. I (2005) y II (2006) y el Vol. III que se encuentra en prensa. Ha publicado numerosos artículos en libros colectivos y revistas en México, Perú, Bolivia, Chile, Alemania y Estados Unidos. Es profesora en el Posgrado en Estudios Latinoame­ricanos de la UNAM desde 2007, donde ha impartido seminarios so­bre Movimiento indígena en América Latina, mismos que ha replicado en la Universidad Arcis en Chile, y en Universidades Nacionales de San Martín , Salta y Jujuy, en Argentina.

      Rubén Laufer, historiador (Filosofía y Letras, UBA, 1992). Nació en Buenos Aires en 1953. Desde 1986 ejerció la docencia en el Ci­clo Básico Común y en las materias Historia Argentina (Carrera de Ciencia Política), Historia Económica y Social Argentina (Ciencias Económicas) e Historia Social General (Filosofía y Letras), todas de la UBA. En esta última facultad, desde 2007 dicta el Seminario “Argenti­na y las grandes potencias (1966-2001). Relaciones internacionales y conflicto interno”. Es también docente de posgrado en Historia Eco­nómica Mundial en la Fac. de Cs. Económicas. Se desempeña como investigador en Historia de las Relaciones Internacionales en el Ins­tituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales (IDEHESI) dirigido por Mario Rapoport. Integra también el Proyecto de Estudios Históricos de Relaciones Internacionales de América La­tina (PEHRIAL). Como tal ha realizado estudios y publicaciones en el país y en el extranjero sobre diversos temas (orígenes y evolución de la Comunidad Económica Europea, las luchas sociales en la Argenti­na durante la década de 1990, etc.). Desde hace casi 10 años, como parte de diversos proyectos de investigación sobre la historia de la dependencia argentina respecto de las grandes potencias, desarrolla estudios acerca de la República Popular China en sus distintas etapas (socialismo, restauración capitalista, transformación en gran poten­cia mundial) y sobre la naturaleza de sus relaciones económicas y políticas actuales con la Argentina y con América latina.

      Horacio Ciafardini, destacado economista marxista argentino, do­cente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA (1970-1976), en el Departamento de Economía de la Universidad Nacional del Sur y otras universidades del país. Investigador de la economía política e intelectual revolucionario, en los años de su formación, fue dirigente estudiantil y Secretario General de la Federación Universitaria del Lito­ral. Profundizó sus estudios de economía en Europa donde trabajó con Charles Bettelheim. Desarrolló importantes aportes a la teoría econó­mica marxista en relación con las crisis y la teoría del valor. Director de la revista Teoría y Política del Partido Comunista Revolucionario, militante antidictatorial, fue encarcelado en 1976 durante 6 años en los que sufrió represalias y ensañamiento contra su capacidad intelec­tual, con la prohibición casi absoluta de lecturas. Lograda su libertad acompañó y sostuvo la lucha de las Madres de Plaza de Mayo por los derechos humanos e impulsó la plena reincorporación de todos los docentes exonerados por la dictadura. Así también retomó una inten­sa actividad intelectual y docente. En 1984 acababa de ser reincorpo­rado en la UBA a sus tareas de investigador, aunque se le negó su cargo docente, cuando falleció tempranamente.

      Elaboró y publicó numerosos textos de economía e historia, una parte de los cuales se encuentra editado en tres volúmenes de sus obras, incluyendo su investigación “El valor en la concurrencia” (Ro­sario, 2002-2004). El artículo que aquí se reproduce, “La Argentina en el mercado mundial contemporáneo” –sobre la base de clases dictadas en septiembre de 1984 en el Instituto Rosarino de Estudios Sociales (IRDES) – fue publicado en el libro Crisis, inflación y desindustrializa­ción en la Argentina dependiente (Editorial Ágora, Buenos Aires,1990) junto con otros trabajos en los que se estudian problemas clave de la historia y la economía argentina.

      Después de más de una década de trabajo en la Cátedra Paralela de Historia Social General en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, con este libro comenzamos a presentar materiales que fuimos armando como apoyatura de nuestra labor docente. Incluimos como proemio, a continuación de esta introducción, el texto de José María Arguedas que usamos habitualmente en el inicio de nuestras clases, porque encon­tramos en su discurso la química ajustada, tanto entre teoría y práctica social como entre los aprendizajes universales de los pueblos y las parti­cularidades americanas, que nos guió hacia la construcción de nuestra cátedra, mucho antes incluso de que pensáramos en la posibilidad de su realización.

      La Cátedra Paralela de Historia Social General se creó a partir de una convocatoria de la Junta de Historia con el fin de democratizar la cursada de esta materia, obligatoria para la carrera de Historia y varias otras de la Facultad y que hasta ese momento había sido el monopolio de quien encabezaba la nueva hegemonía en el campo histórico ar­gentino a partir de la caída de la dictadura, Luis Alberto Romero. Era el año 2003 y el marco general de esta demanda era el nuevo momento que se había abierto con el Argentinazo. Se presentaron dos propues­tas, con dos equipos muy diferentes, que a partir de acuerdos de base sobre la necesidad de una cátedra democrática y científica se unifica­ron. Así se creó la cátedra paralela que se mantuvo hasta el año 2008 cuando se dividió y se conformaron dos cátedras que aún continúan su trabajo.

      En ese momento diseñamos un programa a partir de una pregun­ta que nos parecía esencial: ¿Cuáles son las necesidades de los alumnos, qué formación requiere un científico social aquí y ahora?, ¿qué herramientas históricas son válidas para el análisis del presente de nuestro país y nuestro continente? Desde allí armamos un proyecto que recorre grandes líneas del pensamiento científico en las ciencias sociales, con una impronta fuerte de las contribuciones del materia­lismo histórico y el materialismo dialéctico; pero también a partir del desafío que implica pensar desde América Latina. Así surgió la idea de romper con lo que hasta entonces se había impuesto como la Historia Social General en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, pero que también se había generalizado en todas las universidades del país: la historia de la vía regia por la cual se habían impuesto el capitalismo europeo, entendido como cumbre de la civilización, y sus clases dominantes. Nosotros pensamos que la Historia Social General debía abarcar la historia de la Humanidad, y que si existen procesos universales, podemos estudiarlos en los procesos de Amé­rica Latina con igual eficacia que a través de los ejemplos europeos. Con el transcurso de los años se fue afirmando este eje americano, a partir de la experiencia, por el valor que tenía esta afirmación y su desarrollo en una práctica y también por el interés que despertó en los miles de alumnos que eligieron cursar con nosotros.

      Otro gran quiebre, tanto epistemológico como metodológico, implicó polemizar con la pretensión de neutralidad y su falsa apariencia objeti­vista y explicitar el punto de vista que tomaría la cátedra. El tema de la neutralidad científica (discusión filosófica y política de envergadura) ha­bía sido desplazado por un énfasis en el concepto de “profesionalización” como objetivo y divisoria de aguas en la actividad historiográfica. Nuestra cátedra rompió con este principio y se posicionó con base en las tradicio­nes de “la historia más