José María García Baudín

Capitanes generales de Ejército en la Restauración (1874-1923)


Скачать книгу

de diciembre del mismo año.

      Juan de la Pezuela y Manuel Pavía y Lacy, pasan, después de Alcolea, a no ejercer cargo alguno en el Ejército, siendo el primero de ellos dado de baja en él, antes de la elección como rey de Amadeo de Saboya.75 Ambos fueron dados posteriormente de baja por negarse a cumplimentar el juramento como rey a este último.76 Es al menos curioso que ambos generales, los más adictos a Isabel II y de un gran monarquismo, fuesen dados de alta en el Ejército por un sistema republicano, como lo fueron ambos con motivo de la ley de amnistía proclamada por la Primera República.77

      El tercero de los leales a Isabel II, y último presidente del Consejo de ministros durante el reinado de esta, José Gutiérrez de la Concha, pasó a no tener colocación después del triunfo de la Gloriosa, situación en donde continuó, a pesar de jurar a Amadeo I, hasta que fue nombrado el 14 de marzo de 1874 —después de que el duque de la Torre acceda al puesto de presidente del Poder Ejecutivo de la República— gobernador general y capitán general de la isla de Cuba, puesto que ocupa hasta el 10 de febrero de 1875, poco tiempo después del triunfo del pronunciamiento de Sagunto.78

      En el Sexenio, en relación con la dignidad de capitán general de Ejército, ocurren importantes eventos, como son las promociones de Juan Prim y Prats, marqués de los Castillejos, y Juan Zavala y de la Puente, marqués de Sierra Bullones, en los años 1868 y 1874, respectivamente, cuando el duque de la Torre, era en el caso de Prim, presidente del Consejo de ministros y presidente del Poder Ejecutivo de la República, en el caso de Juan Zavala. El marqués de los Castillejos no llegó a ver la Restauración, y por ese motivo no lo tenemos en cuenta en nuestro estudio.

      El teniente general Juan Zavala de la Puente, se encontraba de cuartel y confinado en la provincia de Soria cuando ocurrió el triunfo de la Gloriosa, continuando en dicha situación, hasta qué después de la jura de Amadeo I como rey de España fue nombrado primer ayudante y jefe del Cuarto militar del citado monarca, el 4 de enero de 1871. También en este reinado fue nombrado ministro de la Guerra, puesto que ocupó durante poco más de un mes. Dicho general, asimismo fue nombrado director general de Artillería por la primera República, y ya bajo la presidencia del general Serrano, ministro de la Guerra (03/01/1874 a 26/02/1874), presidente del Consejo de ministros y ministro de la Guerra (26/02/1874 a 21/06/1874),capitán general del Ejército,79 y general en jefe del ejército del Norte (21/07/1874 a 03/09/1874), encontrándose sin colocación en la fecha que ocurrió el pronunciamiento de Sagunto.

      Baldomero Espartero, continúa retirado en Logroño, recibiendo el honor de que Alfonso XII, le visite en su domicilio al final de la tercera guerra carlista, continuando en la citada ciudad hasta su fallecimiento, el 8 de enero de 1879, a los 85 años de edad.

      Francisco Serrano Domínguez, no desempeña cargo alguno en el Ejército, aunque continúa su actividad política, en los diez años siguientes, hasta su fallecimiento, tiempo casi idéntico de la duración del reinado de Alfonso XII, puesto que fallece un día después del citado rey. El general Serrano, durante el reinado de dicho monarca, representa a España como embajador en Paris ante la República Francesa, en un corto período de tres meses de duración, entre el 12 de noviembre de 1883 y el 5 de febrero de 1884, siendo presidente del Consejo de ministros José Posada Herrera, Izquierda dinástica, partido fundado por el duque de la Torre. El duque de la Torre continuó su trayectoria política, siendo fundador del partido citado, presidente del Senado en las legislaturas de 1883 y 1884. Este capitán general de Ejército, fallece el 25 de noviembre 1885, a la edad de setenta y cinco años, siendo el último de los espadones románticos.80

      Juan de la Pezuela y Ceballos, de ideología ultraconservadora, no recibió colocación alguna en el Ejército durante los más de treinta años que vivió durante el período considerado, El conde de Cheste se dedicó a la literatura, siendo un `poeta admirado por algunos y criticado por otros, presidiendo la Real Academia de la Lengua hasta su fallecimiento, el 1 de noviembre de 1906, a la venerable edad de 97 años.

      Manuel Pavía y Lacy fue presidente del consejo de administración de la Caja de Inútiles y Huérfanos de Guerra, desdesu creación, el 19 de marzo de 1876, hasta su fallecimiento el 22 de octubre 1896, a los 84 años de edad. También a Pavía y Lacy se le nombra jefe de la casa de la reina Isabel II en los períodos que ésta viajaba a España, sin duda alguna por la devoción que el marqués de Novaliches profesaba a dicha reina.

      También debemos reseñar que los generales, Cheste y Novaliches, fueron nombrados, en el inicio del reinado de Alfonso XII, caballeros de la Real e Insigne Orden del Toisón de Oro, la más alta condecoración española, como premio a su lealtad a la monarquía borbónica por la que incluso llegaron a perder su carrera, pero no se les concedió, especialmente al primero, puestos de responsabilidad en el Ejército.

      José Gutiérrez de la Concha alternó situaciones en las que no tenía colocación con la presidencia de la junta consultiva de Guerra en los primeros diez años de la Restauración, como queda reflejado en el resumen siguiente:

      — 10/02/1875 a 03/07/1875, sin colocación, cuatro meses y veintitrés días.

      — 03/07/1875 a 25/07/1876, Presidente de la junta Consultiva de Guerra, un año y veintidós días.

      — 25/07/1876 a 16/05/1881, sin colocación, cuatro años, nueve meses y veintiún días.

      — 16/05/1881 a 27/10/1881, Presidente del Tribunal Supremo de Justicia Militar, cinco meses y once días.

      — 27/10/1881 a 14/02/1883, sin colocación, un año, tres meses y diecisiete días.

      — 14/02/1883 a 05/11/1883, Presidente de la Junta Consultiva de Guerra, ocho meses y veintiuno días.

      — 05/11/1883 a 10/212/1883, General en jefe del Ejército del Norte, un mes y cinco días.

      — 10/12/1883 a 24/01/1884, sin colocación, un mes y catorce días.

      — 10/12/1883 a 24/01/1884, Presidente de la Junta Consultiva de Guerra, un año, un mes y quince días.

      Conviene señalar que los períodos en los que el marqués de la Habana tiene colocación figuran en el Ministerio de la Guerra, generales de ideas tan dispares como Jovellar, Primo de Rivera, Ceballos, Martínez de Campos, Quesada y López Domínguez, estando la presidencia del Consejo de ministros ocupada por los partidos conservador, fusionista e izquierda dinástica, resultando, por tanto, que los cargos ocupados por José de la Concha no están vinculados a idea política alguna. En los segundos diez años de la restauración, desde el 9 de marzo de 1885, cuando ya tiene setenta y cinco años de edad, hasta su fallecimiento el 5 de noviembre de 1895, con 86 años de edad, no tiene colocación alguna en el Ejército. El marqués de la Habana, además de los puestos militares indicados, ocupa la presidencia del Senado en dos legislaturas durante los primeros diez años de la Restauración, 1881-1882 y 1882-1883, alternando con sus obligaciones en el Ejército. En los segundos diez años, como se ha señalado anteriormente, que no tiene puestos en el ejército, ocupa la presidencia de esa Alta Cámara en cinco ocasiones, siendo la última en la legislatura de 1893-1894, manteniendo su actividad política hasta su fallecimiento un año después.

      Juan Zavala y de la Puente no tiene colocación en el momento del pronunciamiento de Sagunto, situación que dura hasta el 5 de agosto del año siguiente, día en el que siendo ministro de la Guerra Francisco de Ceballos y Vargas, es nombrado presidente de la Junta Consultiva de Guerra, en cuyo puesto estuvo casi tres años hasta que, a la edad de setenta y cinco años, el nuevo ministro de guerra Martínez de Campos lo dejó sin colocación, falleciendo en dicha situación ocho meses después sin haber cumplido los setenta y seis años.

      Las máximas órdenes en el ámbito civil y militar son la Real e Insigne Orden del Toisón de Oro y la Real y Militar Orden de San Fernando, respectivamente.