El asesino en su salsa. Pino Imperatore

es una reproducción de la embarcación del rey de Ítaca. Él está aquí, mire —en la reproducción había un Ulises en miniatura atado al mástil—. Ahora coloco la barca sobre las olas de la fuente y la hago circunnavegar alrededor de Parthenope. Hago esta operación todos los meses desde hace once años. Dentro de nueve años la interrumpiré.

      —¿Por qué dentro de nueve años? —preguntó Scapece para satisfacer las paranoias del excapitán.

      —Porque once más nueve hacen veinte. Y como narra Homero, Odiseo regresó a su isla luego de veinte años de vicisitudes y peripecias.

      —Es justo —dijo el inspector alzando un pulgar.

      Los dos agentes de la policía científica que intervinieron para retirar la azadilla y tomar fotos en la caja de herramientas encontraron a Scapece y a Fabozzi ocupados admirando a Pappalepore que con potentes soplos inflaba las velas de la nave y la hacía navegar alrededor de la sirena.

      —¿Qué está haciendo este tipo? —preguntó uno de ellos al inspector.

      —Está ayudando a Ulises a regresar con Penélope. Una empresa nada fácil: se necesitarán otros nueve años para completarla.

      —Interesante —dijo el agente, sin saber si considerar más loco a Scapece o a Pappalepore.