Grand Canyon
Hay momentos, por lo general esquivos o fugaces, en los que el paisaje se muestra especialmente bello y sobrecogedor. El fotógrafo de naturaleza, buen observador y sensible a estos momentos de gran trascendencia, se beneficia de la fotografía y de su capacidad para registrar ese instante crítico con gran realismo y profusión de detalles.
Prácticamente desde su nacimiento, la fotografía ha tenido siempre un gran valor como representación de la realidad. También como objeto para admirar y conservar. Aunque en la actualidad se haya perdido gran parte de este valor como objeto, las decisiones en cuanto a la presentación de una fotografía como obra material, (tamaño, soporte, montaje, etc.), no solo sirven como realce de la imagen, sino también como expresión plena y final de una obra.
Manuel Lemos
Germinal
Las imágenes de esta colección se inspiran en la pintura oriental Sumi-e, y se materializan en consonancia a esta técnica pictórica. Las fotografías se imprimen en papel de algodón, cálido y con textura. La serie impresa en pequeño formato y en edición limitada le acerca más al concepto de fotografía como objeto de valor artístico.
Nikon D810, Nikkor 70-200 mm, f/4 @ 190 mm f/2,8, ISO 100, f/5,6, 1/250 s.
A lo largo de la historia, la fotografía ha demostrado sobradamente su importancia como recuerdo y memoria. Por otro lado, el poder evocador de la fotografía es una faceta poderosa e influyente, y que se manifiesta en muchos motivos y acontecimientos, donde tienen cabida reflexiones como el paso del tiempo o la realidad cambiante.
Manuel Lemos
Río Louzara, O Courel
El puente, en tiempos paso habitual de lugareños, ha desaparecido prácticamente por causa de una meteorología adversa y el abandono. La fotografía, realizada varios años atrás, resulta ahora un registro que es memoria patrimonial, pero también una imagen evocadora de un tiempo y modo de vida integrada con la naturaleza.
Nikon FM2, Nikkor 50 mm f/1,2, Fujichrome Velvia ISO 50, f/16, 1 s. Trípode. Filtro polarizador.
Quizás la cualidad más fascinante, pero también la más compleja. Como podemos deducir de los puntos anteriores, la fotografía es una forma de expresión única, con un lenguaje que le es propio. Pero inevitablemente este lenguaje necesita de la intervención del autor que crea y el espectador que interpreta. Ambos dan sentido y continuidad a la obra, tanto intelectual como emocionalmente.
José Miguel Palao
Frío, soledad, fortaleza, estoicismo… Esta imagen captada en condiciones extremas, es un buen ejemplo del potencial que poseen algunas fotografías para generar en el espectador distintas ideas, sensaciones y sentimientos.
Canon 1DX Mark ll, Canon 70-200 mm, f/2,8 @ 120 mm, ISO 50, f/14, 1/15 s.
Adriana Sanz
El humor es un buen ejemplo de peculiaridad narrativa y de comunicación inmediata con el espectador. Aunque la exploración de cualquier fotografía es infinita puesto que admite múltiples lecturas, la presencia de un componente insólito o humorístico nos lleva a una lectura que suele ser más prosaica, o incluso inocente, pero que casi siempre encierra un doble sentido. Además de su incontestable impacto visual, el humor irrumpe como otra realidad que la mayoría de nosotros reconocemos y compartimos; algo así como un factor que apela a nuestra inteligencia y sentimiento de grupo, pero que puede estar muy alejada del propio sentido común. Como ocurre con esta simpática imagen de la fotógrafa Adriana Sanz, la imagen no solo se adapta y transmite muy bien este doble sentido, sino que también, muestra una visión humorística del medio natural.
Nikon D500, Nikon AF-S FX NIKKOR 200-500 mm, f/5.6E ED @ 440 mm f/5.6 1/1250 s, ISO 2000, + 0.7EV. Sin flash ni trípode.
Fotografía y narrativa
“Mientras la estética se asocia a sensaciones, la narración lo hace a significados”.
Al recorrer estas dos primeras etapas, hemos podido constatar que, ya desde su propia idiosincrasia, la fotografía es una poderosa forma de representación, y que también habla por sí sola, con su propio lenguaje. Es posible entender la fotografía como forma de representar los objetos o motivos en función de la contemplación de sus cualidades externas. Pero también podemos hacerlo, y a mi modo de entender esto la hace más apasionante, sobre la base de un relato que nace de nuestras ideas e inquietudes. Cualquiera de los atributos o cualidades que acabamos de ver puede ser válido como punto de partida para elaborar y justificar nuestro discurso. Pero el lenguaje fotográfico esconde otras posibilidades que permiten potenciar una imagen, añadiéndole impacto y transcendencia. Nos queda entonces recorrer una última etapa donde la narrativa puede ser aprovechada por el autor, ya no solo como método para articular una historia con imágenes, sino también como medio de conseguir imágenes más atractivas y elocuentes.
La narrativa tiene como principales objetivos comunicar, persuadir y entretener al espectador y, aunque tiene su origen en la descripción oral o escrita, tiene su equivalencia en otras formas de comunicación, como la fotografía.
Ante una fotografía es posible reaccionar sin más referentes que la percepción estética o sensorial. Por otro lado, como muchos autores defienden, aceptar que toda fotografía es narrativa y, que en ella, esta cualidad es espontánea. En un tercer supuesto podemos considerar una narrativa recreada: el fotógrafo planifica una fotografía o serie con la intención de contarnos una historia. De hecho, la fotografía narrativa es de por sí una especialidad concreta, que se define como aquella que integra imágenes que guardan dentro de sí una historia, real o ficticia. Tiene que ver con cuestiones tan diversas como la interpretación de la imagen, la composición, la elaboración de una serie o proyecto o la elección de un género o forma de presentación.
En este caso valoraremos lenguaje visual y narrativa en cada fotografía, para poder preguntarnos qué elementos narrativos pueden intervenir en ella y darle el tratamiento visual y protagonismo que le corresponda. Cuando, como espectadores, observamos una fotografía, pasamos fundamentalmente por dos fases: un reconocimiento formal y estético que suele ser lo más inmediato y una parte más narrativa donde, además de la intención del autor, entra en juego nuestra propia lectura e interpretación. Con esto en mente, y ahora como creadores de imágenes, puede sernos de gran utilidad considerar el potencial narrativo de los posibles elementos que intervienen o que podemos incluir en una determinada escena o motivo.
Revisaremos algunos elementos narrativos que en mayor o menor medida son comunes en la fotografía y que pueden darnos algunas claves para estimular nuestra mirada y creatividad.