Josef Pieper

Introducción a Tomás Aquino


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regresa a Nápoles con el encargo de fundar una escuela en el lugar de su primera decisión. Allí, después de pasado un año, le llega de nuevo un encargo pontificio de tomar parte en el Concilio Ecuménico que iba a inaugurarse en Lyon en la primavera de 1274. En el camino hacia allí enferma y muere a poco, el 7 de marzo de 1274, sin haber cumplido los cincuenta años de edad.

      Ya varios meses antes de ponerse en viaje para Lyon había cesado de escribir, aun cuando el opus magnum, la Summa Theologica, aún no estaba terminada y aun cuando discípulos y amigos le instan a ello. Pero Tomás se niega a escribir o a dictar una sola línea. Y permanece en su decisión. «Todo lo que he escrito me parece paja», responde a Reginaldo de Piperno, el amigo, secretario y compañero de viajes de tantos años. De todas formas, más tarde completa la frase: «Todo... me parece paja, comparado con lo que he contemplado». En estas palabras se pone de manifiesto algo de lo que no se va a hablar expresamente en estas lecciones pero que, no obstante, no puede silenciarse: el hecho de que Tomás no sólo fue un filósofo y un teólogo, no sólo un profesor universitario, sino también un místico, un santo.

      * * *

      En lo que sigue, volveremos a rastrear cuidadosamente esta biografía para percibir con más claridad cómo se realiza el destino y la obra de Santo Tomás insertos en las exigencias de su tiempo y en sus respuestas a estas exigencias.

      [1] FERNAND VAN STEENBERGHEN, Le XIIIe siècle, en: Forest-V. Steenberghen-De Gandillac, Le Mouvement doctrinal du XIe au XIVe siècle. FLICHEMARTIN, Histoire de l’Eglise. Vol. XIII (París 1951), p. 303.

      [2] ETIENNE GILSON, History of Christian Philosophy in the Middle Ages (Londres 1955), 325. [Trad. española, Madrid, Gredos, 1958.]

      [3] FRIEDRICH HEER, Europäische Geistegeschichte (Stuttgart, 1953), p. 147.

      [4] MARIE-DOMINIQUE CHENU, Introduction à l’étude de St. Thomas d’Aquin (París-Montreal, 1950), p. 13.

      [5] GUSTAV SCHNÜRER, Kirche und Kultur im Mittelalter (Paderborn, 1926), II, p. 441.

      [6] Liber primus Posteriorum Analyticorum, tract. I, cap. 1. Opera Omnia. Ed. A. Borgnet. París, 1890. Tom. 2, p. 3.

      [7] C.G. 1, 2.

      [8] GILSON, History, p. 325.

      [9] JOSEPH LORTZ, Die Reformation in Deutschland (Freiburg i. B. 1939), I, p. 352.

      [10]HEIDELBERG, 1956. [Trad. española, Madrid, Espasa Calpe, Colección Austral, 20.]

      [11] MAISIE WARD, Gilbert Keith Chesterton (Regensburg, 1956), p. 523 s.

      [12] La última (octava) edición apareció en 1949, Ed. Kösel (München). [Trad. española, Barcelona, 1930.]

      [13] París, 1950.

      [14]La edición francesa apareció en su 5.ª edición en 1948 en París. La inglesa, que es la que se citará de aquí en adelante, es de 1957 en Londres. [Trad. española, Buenos Aires, Desclée, 1951.]

      [15] Cf. Les poésies de Rinaldo d’Aquino (ed. O. Tallgren); en «Memoires de la Société Néophilologique de Helsingfors», T. 6 (1917).

      [16] Contra retrah. 9; n.º 803.

      [17] Mittelalterliches Geistesleben (München 1926), I, p. 261.

      [18] Reg. princ. 1, 8-10.

      II

      A la primera y rápida ojeada, necesariamente sumaria, de la biografía y obra hay que añadir aún algunas observaciones sobre determinados hechos que, cronológicamente considerados, ya no pueden ser llamados «biográficos», pero que, no obstante, pertenecen a la historia del hombre, Tomás de Aquino.