nuevo Perú. Tal vez sea hora de que prestemos atención a la influencia que los turistas, que también están buscando un inca, tuvieron en la construcción de Machu Picchu y de la identidad nacional peruana.
El lugar de Machu Picchu en la historia moderna
Este libro descubre la historia, antes desconocida, de la transformación de Machu Picchu en destino global de viaje y símbolo nacional del Perú. Machu Picchu ciertamente ha sido objeto de numerosas publicaciones6, las cuales tienden a caer dentro de dos categorías. El primer grupo examina su pasado arqueológico. La segunda categoría, mucho más amplia, incluye diversas publicaciones dirigidas fundamentalmente a viajeros interesados y lectores ocasionales; ellas lucen su actual belleza, atractivo y entorno ecológico. Es cierto que todas estas obras presentan información valiosa, pero ignoran la importante historia que se extiende entre el pasado precolombino de Machu Picchu y el presente. Algunos excelentes estudios académicos recientemente han vuelto a examinar el complejo legado de Bingham y las expediciones que condujo a Machu Picchu (Cox Hall, 2017; Heaney, 2010; Mould de Pease, 2003; Salvatore, 2016, pp. 75-104). Bingham ciertamente tiene un papel importante en la historia de este lugar; no obstante, concentrar nuestra atención únicamente en él, incluso de modo crítico, corre el riesgo de repetir la falsa narrativa turística que le pinta como el único protagonista en el ascenso de Machu Picchu a la fama7. Recurriendo a archivos en dos continentes que aún no se habían usado, este libro resalta el hecho de que las actividades llevadas a cabo por Bingham solo formaron parte de una narrativa histórica fascinante que se plasmó en los escenarios local, nacional y global. Aun más importante es que la historia moderna de Machu Picchu nos ayuda a rastrear giros políticos y culturales más amplios en el sur andino peruano y más allá.
Además de descubrir la historia moderna de Machu Picchu, el presente libro efectúa varias contribuciones importantes a las múltiples disciplinas que estudian temas relacionados con el turismo, el Perú y América Latina. En primer lugar, es una contribución al campo global de los estudios del turismo. Algunas de las primeras críticas académicas de este campo lo desecharon en general, caracterizándolo como un consumismo vulgar que distorsionaba y mercantilizaba la historia o que, en el mejor de los casos, era un pariente pobre de las ricas narrativas de viaje del Grand Tour del siglo XIX y temprano XX (Boorstin, 2012 [1962], pp. 77-117; Fussell, 1980). Sin embargo, a partir de la década de 1970, el sociólogo Dean MacCannell (1976) sostuvo que el consumismo del turismo no hacía que los significados que creaba fueran menos importantes. Los estudios sobre turismo afirmaban que la búsqueda de autenticidad por parte de los viajeros modernos y los esfuerzos realizados por la industria turística para presentar, crear y vender dichos deseos, eran algo crucial para la comprensión del mundo postmoderno y postindustrial (MacCanell, 1976). Los trabajos efectuados por otros sociólogos, liderados por John Urry (Urry & Larsen, 2011) y por antropólogos como Valene L. Smith (1989a), prosiguieron examinando las formas en las cuales los significados y narrativas se cuestionan, presentan e imaginan en las modernas economías del turismo. Dichos estudios hallaron que, si bien es cierto que los símbolos y narrativas del turismo son inventados, estos tienen una tremenda influencia sobre la forma en que tanto los anfitriones como los viajeros se ven a sí mismos. Considerando la creciente influencia que las economías del turismo tienen en el continente americano, no sorprende que los latinoamericanistas hayan examinado los efectos que los viajes internacionales tienen sobre la sociedad y la cultura de América Latina8. La región andina también ha brindado ricos estudios de caso etnográficos sobre los efectos locales del turismo (Gascón, 2005; Hill, 2007; Maxwell, 1992; Seligman, 2000; Silverman, 2002; Van den Berghe & Flores Ochoa, 2000; Zorn, 2004). No obstante, estos se concentran abrumadoramente en las consecuencias contemporáneas del mismo. El presente libro complementa el estudio etnográfico del turismo en los Andes porque nos brinda una perspectiva histórica más profunda.
En segundo lugar, este libro es una contribución al creciente campo de la historia del turismo en América Latina. Cuba, México y el Caribe vivieron algunos de los primeros auges turísticos significativos, y por ende captaron el grueso de la atención de quienes estudian la historia del turismo en Latinoamérica (Berger, 2006; Berger & Wood, 2010; Cocks, 2013; Fonda Taylor, 2003; Merrill, 2009; Ruiz, 2014; Schwartz, 1997; Skwiot, 2010; Strachan, 2002). De otro lado, se ha prestado escasa atención al desarrollo histórico de esta actividad en los Andes. Es más, los estudios históricos del turismo en Latinoamérica han analizado su crecimiento fundamentalmente a través del lente del Estado nación. Esto se debe principalmente a que en muchas repúblicas latinoamericanas, como México y Cuba, el turismo efectivamente apareció como un proyecto cultural o político nacional. Dichos estudios no han ignorado los factores transnacionales, en particular la creciente influencia económica y política que los Estados Unidos representan. Sin embargo, pocos trabajos académicos han analizado el desarrollo histórico y la influencia del turismo a nivel regional. Los historiadores del turismo en los Estados Unidos han sostenido la importancia que tiene el examen de cómo este influyó sobre la identidad, la política y las economías regionales (Brown, 1997; Capó, 2017; Cox, 2014; Gassan, 2008; Norkunas, 1993; Revels, 2011; Rothman, 1998). Y solo recientemente ellos comenzaron a examinar los efectos que tiene en Latinoamérica a nivel regional (Covert, 2017). Descentrando el Estado, este libro examina las conexiones existentes entre lo regional y lo global para así examinar los efectos que el turismo ha tenido en el sur andino.
Una tercera contribución de este trabajo es su examen de la relación entre regionalismo y transnacionalismo. Los investigadores han llamado nuestra atención tanto sobre la historia de la formación de la identidad regional como sobre la importancia que tiene entender la tensión existente en Latinoamérica entre región y nación (Applebaum, 2003; Romo, 2010; Vergara, 2015; Weinstein, 2015). Afortunadamente, la historia regional del Cusco hace tiempo ha captado el interés de los investigadores. Para estos, una pregunta clave es la formación de la política y la identidad regionales después de la Independencia (Glave, 2004; Walker, 1999). Los historiadores y los antropólogos históricos han investigado el estallido de movimientos culturales y proyectos folklóricos regionales en el Cusco durante el temprano siglo XX, el del indigenismo en particular (De la Cadena, 2000; López Lenci, 2007; Mendoza, 2008). El Cusco también fue un estudio de caso para el análisis de los retos del cambio político y el desarrollo en el sur andino peruano (Rénique, 1991; Tamayo Herrera, 2010). Este libro nos brinda una perspectiva regional clave de la historia de los efectos económicos y culturales del turismo, que pasaron a ser una de las fuerzas más importantes en el Cusco del siglo XX. De este modo, el libro contribuye también a un creciente campo de estudios, el cual llamó nuestra atención sobre la comprensión de la relación existente en los Andes entre las fuerzas regionales y globales9. La historia del turismo en el Cusco muestra cómo la formación de la identidad regional no es solo un proceso local, sino también transnacional.
Al ver más allá de las fronteras del Estado peruano, el presente libro no ignora su importancia. La última contribución que hace es usar al turismo para examinar los giros en las políticas y en la estructura del Estado nacional peruano en el siglo XX. Aunque el Estado peruano usualmente ejerció menos influencia sobre el turismo que muchos de sus pares latinoamericanos, jamás estuvo ausente de su desarrollo. En realidad, la historia del turismo en el Cusco a menudo reflejó los cambios políticos y económicos que se producían en Lima o reaccionó a ellos. En el Perú, las políticas turísticas pueden ilustrar estos giros más amplios en relación con las políticas regionales. Su examen asimismo ayuda a ampliar nuestra comprensión de la rivalidad histórica entre el Cusco y la capital nacional, librada en torno al lugar que la cultura indígena ha de tener en el Perú. El estudio de las herramientas y estrategias usadas por el Estado peruano para alentar el turismo en el Cusco puede ayudarnos también a rastrear el giro económico nacional de la ortodoxia liberal al desarrollo dirigido por el Estado y luego, en última instancia, al neoliberalismo. Además, y tal como lo mostraron las historias del turismo en Europa, el Estado frecuentemente es consciente tanto del potencial que el turismo internacional tiene para los debates en torno a la identidad nacional como de la amenaza que le presenta (Endy, 2004). El caso de Machu Picchu desarrollado en este estudio muestra la influencia que el turismo tiene sobre el nacionalismo en Latinoamérica.
Mapa 1 El Perú y la región del Cusco