Elena Buixaderas

De sombra y terciopelo


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Seifert, está ausente de voces femeninas.

      Más adelante, tras la Segunda Guerra Mundial, el Grupo 42, caracterizado por su admiración por la literatura anglosajona, reconoce a una mujer entre sus integrantes: Jiřina Hauková. Junto a poetas como Jiří Orten, Josef Kainar y Ivan Blatný, esta escritora ejerce una gran influencia en las nuevas generaciones. De la misma época es Bohumila Grögerová, que, junto a su marido Josef Hiršal, es representante de la poesía experimental. Estos dos grupos tuvieron mucha importancia en la lírica posterior, en especial en la poesía beat checa, cuyo máximo exponente fue Václav Hrabě. Es en este momento cuando empiezan a aparecer nombres femeninos relevantes, como Vladimíra Čerepková e Inka Machulková. Tras 1968, la invasión de Checoslovaquia hace que el movimiento poético se fragmente en tres partes: la primera, en fiera oposición, se va al exilio; la segunda se queda y capea el temporal como puede, en parte yendo a la semiclandestinidad, publicando en ediciones samizdat; y la tercera se pasa al underground, utilizando la música como fuente de protesta, con lo que abundan en ella los cantautores. No hay muchas mujeres visibles en este periodo, aparte de nombres como Věra Linhartová y Viola Fischerová, pertenecientes al Grupo del 36 junto a Václav Havel y Jiří Kuběna. Caso aparte merecen Jana Štroblová y Karla Erbová, ambas prohibidas hasta 1989.

      El nuevo surrealismo surgido en los años setenta, cuenta entre sus poetas mujeres a Jana Švankmajerová, que suele estar siempre a la sombra de su marido, el artista Eva Švankmajer, y a Alena Nádvorníková, ambas poetas pero también artistas plásticas. Otra autora de esa época, Sylvie Richterová, se va a Italia y sólo aparece en samizdat hasta después de la Revolución del Terciopelo, cuando se publican sus poemarios en forma de libro. Otros nombres de la misma generación son Lydie Romanská y Hana Fousková, también rescatadas del olvido tras 1989 y muy ligadas a otras artes, como la música y la pintura, respectivamente.

      Es, sin embargo, tras la Revolución del Terciopelo, en 1989, cuando la poesía checa se inunda repentinamente de voces femeninas. Algunas autoras vuelven del exilio, otras publican después de muchos años de estar prohibidas u olvidadas. Una de las autoras más características de esta nueva época es Svatava Antošová, que no ha podido formar parte de esta antología por criterios de edad, pero que debería estar presente en cualquier tratado de poesía checa de la época junto a sus contemporáneos masculinos, como J. H. Krchovský o Petr Hrbáč.

      Es necesario mencionar aquí que las revistas literarias checas han jugado un papel importantísimo en el florecimiento y la expansión de la poesía, especialmente en los años ochenta y noventa del siglo XX. La mayoría de los autores con peso han publicado y publican en revistas como Tvar, Welles, Host, Aluze, Souvislosty, H_aluze, A2, Psí víno, Texty, Kontexty y otras. Durante estos años se han convertido en un referente de calidad literaria y en una especie de escaparate de lujo donde exhibir la diversidad de la poesía checa contemporánea. Asimismo, los premios literarios han ayudado a esta labor de reconocimiento de la literatura y especialmente en el ámbito de la poesía. A finales de los años ochenta del siglo XX se instauran algunos de esos premios que se han convertido en la norma de calidad de la literatura checa. El premio Jiří Orten se concede, desde 1987, a escritores o escritoras de prosa o poesía en lengua checa menores de treinta años. Algo más recientemente se han instituido los premios Magnesia Litera, que tienen una modalidad de poesía además de otras de prosa y ensayo. Estos premios se han convertido en los galardones más mediáticos de la literatura en la República Checa. Otro de los premios literarios importantes, que sirve como marca de calidad poética, es el Premio Lírica de Dresde (Dresdner Lyrikpreis), se concede en Alemania y se otorga a autores checos, alemanes, austriacos y suizos con el fin de impulsar el intercambio cultural entre países de habla alemana y la República Checa. La mayoría de las autoras presentes en esta antología han recibido alguno de estos premios y han colaborado o colaboran con las revistas literarias antes mencionadas.

      Si algo he aprendido durante la traducción de esta selección de poetas checas contemporáneas es que conforman un grupo heterogéneo y polifacético, en el que cada autora es un mundo y presenta su visión existencial y su propia voz. Como si, a pesar de estar localizadas temporalmente y geográficamente en un recinto reducido del planeta, el punto de referencia de cada una de ellas fuera tan significativo que esto hiciera resaltar aún más su descarada individualidad.

      Al escribirme o verme con alguna de ellas he podido comprender que, al igual que cada ser humano es una combinación genética diferente, un fenotipo único, cada una de sus poéticas es individual, diferente, y viene marcada por un conjunto de factores que no se puede homogeneizar fácilmente en el siglo XXI. Son mujeres, es verdad; y, si las mujeres han hecho algo revolucionario en la poesía, esto ha sido, probablemente, rescatar temas o hacer resaltar algunos que estaban enterrados, olvidados o arrumbados por no estar tradicionalmente en el centro de los intereses masculinos. El papel de algunas mujeres poetas en estas últimas décadas ha sido recobrar esos temas, llevarlos al lugar que merecen y dotarlos de la importancia y de la universalidad que les corresponde. No obstante, ser mujer no es en realidad un factor determinante que cree un hilo conductor en la lírica de estas poetas contemporáneas. Es posible que ciertas temáticas aparezcan con mayor frecuencia en escritoras mujeres debido a la tradición cultural patriarcal que aún llevamos a cuestas: labores domésticas, familia, hijos, el lado físico y fisiológico de la maternidad (este último ausente de las poéticas masculinas por causas evidentes). Sin embargo, los temas utilizados por todas estas poetas son universales y pertenecen al bagaje psicológico-cultural que compartimos en Europa desde hace al menos cinco siglos.

      Las actitudes poéticas ante estos temas son también dispares y variopintas. En esta antología, el lector hallará cierta ironía y cinismo al referirse al contexto histórico de su país en Sylva Fischerová; una pasión por la naturaleza y el paisaje en Jitka Srbová y Věra Rosí; un erotismo refinado y plagado de imágenes sensoriales en Kateřina Rudčenková y Tereza Riedlbauchová; una melancolía y cierto hermetismo en Wanda Heinrichová y Janele z Liků; la espiritualidad de lo cotidiano en Irena Šťastná, Klára Goldstein y Marie Šťastná; la seducción de los viajes y de estar en otra parte en Marie Iljašenko y Simona Racková; provocación y reivindicación en Jana Orlová; la influencia de la tecnología en nuestras vidas en Anna Beata Háblová; ciertos toques surrealistas en Petra Strá y Božena Správcová; la poetización de algunas labores domésticas en Olga Stehlíková; por mencionar algunos de los muchos asuntos que atraviesan sus versos. Todas ellas navegan entre un tema y otro, se transforman de un poemario a otro, sus poéticas son dinámicas, flexibles, colmadas de diferentes niveles entretejidos. Todo un reflejo del mundo cambiante y complejo en el que vivimos, de esta época ante la que las autoras no son indiferentes, sino que reaccionan de forma proactiva: escriben.

      He tenido el privilegio de convertirme en la médium de todas ellas, para trasladar sus poéticas a mi lengua materna, y espero que el proceso haya merecido la pena para el lector. Por descontado ha merecido la pena para la traductora, que se ha enriquecido con todas ellas. Desde aquí quiero agradecer a todas la ayuda que me han brindado con la selección de sus textos, por su paciencia al responder a mis preguntas, a veces casi imposibles (qué hay más difícil de explicar que un rapto de inspiración al escribir un verso o una metáfora inverosímil o la invención de un neologismo), especialmente dadas las circunstancias excepcionales en las que se ha gestado esta antología (en medio de la pandemia), lo que ha impedido un contacto más continuo y cercano con algunas de ellas.

      Asimismo quiero disculparme por haber tenido que elegir a estas diecisiete que aquí aparecen y haber dejado fuera de esta selección a otras autoras, que sin duda también se merecerían estar aquí. Espero que el tiempo y el clima literario me permitan en un futuro traducirlas y llevarlas hasta el lector hispanohablante.

      Y para finalizar quisiera agradecer la inestimable ayuda de Tereza Riedlbauchová y Denisa Škodová durante la labor de traducción de los poemas y la revisión general de la antología.

      ELENA BUIXADERAS

      SYLVA FISCHEROVÁ

      (PRAGA, 1963)