Muchas gracias al grupo Apega 5 Donostia por su participación: Adalys Vázquez, Ana Belén Frías, Beatriz San Millán, Begoña Emparan (in corde), Carmen Pérez, Idoya Pérez, Jenny González, Josu Goikoetxea, Julia de Castro, Laia Vals, Natalia Gómez y Sandra Ruiz.
Uno de los puntales de la formación en traumaterapia es el trabajo personal del terapeuta. El equipo rector y docente del posgrado es consciente de que el abordaje de las historias de vida y la salud mental de los profesionales es una condición a la que no se puede ni se debe renunciar si queremos programas formativos de calidad y éticamente comprometidos con la infancia.
Participan en este libro dos colegas que hicieron hace años el taller de la caja de arena: B y S. He querido incluirlas porque, transcurridos unos años, estas cajas de arena aún siguen presentes en la memoria de estas personas como imágenes de resiliencia. Porque, como dice Dora Kalff, una vez que las imágenes emergen, «estas tienen tanta fuerza que pueden lograr cosas increíbles»2.
También ha participado en esta obra Tatiana Cáseda Fernández, psicóloga, miembro de la Red Apega de profesionales y del equipo docente del posgrado de traumaterapia sistémica infanto-juvenil de Barudy y Dantagnan. Su relato versa sobre cómo se desarrolló el taller de la caja de arena celebrado en abril de 2021, dentro del posgrado, que dio origen a la creación de este libro.
Finalmente, contamos con la participación de Nerea Benito Herce, estudiante del grado de Psicología de la Universidad del País Vasco, a las puertas del último año académico. Nerea también participó, como parte de sus prácticas, en el taller de la caja de arena. Ella aceptó el reto de colaborar en el libro para explicarnos su valoración de esta técnica, la cual contrasta con la formación académica que los alumnos reciben en la facultad.
Durante el taller nos dimos cuenta del beneficioso impacto que el uso adecuado (con un buen acompañamiento dentro de un proceso terapéutico) de la técnica de la caja de arena tiene en la sanación de las heridas de apego y trauma que pueden presentar los profesionales que trabajan con niños, así como de su potencial resiliente3. Esto fue lo que nos motivó a escribir Traumaterapeutas en la caja de arena. Una técnica para sanar las heridas emocionales de los profesionales que trabajan con la infancia.
No cabe duda de que el reencuentro entre alumnos y profesores, tras un largo periodo de clases online motivado por la pandemia causada por la COVID-19, tuvo su influencia, propiciando una explosión de oxitocina4 que transfiguró las realidades vividas, haciéndolas afectivamente más cercanas, compasivas, mágicas y entrañables. No obstante, todos los talleres de la caja de arena son siempre una profunda experiencia de conexión emocional, muchas veces inefable.
En el libro encontrará, amable lector, primero, una breve descripción de la técnica de la caja de arena, destinada sobre todo quienes se acercan a esta obra sin saber nada de ella (capítulo 2). A continuación, en el capítulo 3, nos centramos en la formación del psicoterapeuta y apostamos por el «modelo tripartito» preconizado por Mario Marrone (2017). Seguidamente, destacamos el papel de la técnica de la caja de arena en la formación del psicoterapeuta, ofreciendo como colofón dos impresionantes ejemplos de experiencias vividas por dos profesionales que años atrás hicieron los talleres conmigo (capítulo 4). Tras describir por parte de Tatiana Cáseda las características de los seminarios de la caja de arena que celebramos en el posgrado de traumaterapia (capítulo 5), los profesionales del grupo Apega 5 nos cuentan sus vivencias con la técnica (capítulo 6). En el capítulo siguiente, disertamos sobre la caja de arena y el paradigma de la mentalización (capítulo 7); para cerrar con la visión que una estudiante de Psicología, Nerea Benito, tiene sobre la técnica a las puertas del último curso de la carrera (capítulo 8). Una de las cualidades interesantes de este libro es comprobar que a veces diferentes profesionales coinciden en apreciaciones similares sobre aspectos relevantes de esta maravillosa técnica. El lector observará que existen concordancias entre los autores en puntos importantes en el uso de la caja de arena, lo que le otorga credibilidad y coherencia a esta obra.
Esperamos que este texto sensibilice sobre la necesidad del trabajo personal del terapeuta. Deseamos que sean muchos más los profesionales que se sumen a hacer terapia y que utilicen la caja de arena como parte de este proceso.
Burgos, 18 de agosto de 2021
_________________
1 Apega es el nombre que reciben las diversas promociones de profesionales que han participado en el programa formativo del posgrado de traumaterapia de Barudy y Dantagnan. Con el guarismo que acompaña a la denominación, designamos el número de promoción, junto con la localidad donde se ha cursado el programa. Apega 5 Donostia se refiere, en consecuencia, a los profesionales pertenecientes a la quinta promoción del posgrado cursado en la ciudad de San Sebastián-Donostia, País Vasco, España.
2 Expresión escuchada en: La caja de arena. Dora Kalff. Material didáctico preparado en casa Jung. Medellín, Colombia. https://www.youtube.com/watch?v=E7rPD1LHkt4&t=3s
3 El uso de esta palabra, con su popularización, ha perdido parte de su valor. Por ello, quiero aclarar que la resiliencia es siempre un fenómeno que difícilmente puede brotar en soledad. Esta es fruto de un entorno de apoyo, afectivo y solidario. (Ver artículo de El País escrito por Jorge Barudy: https://elpais.com/elpais/2016/03/22/actualidad/1458660245_345067.html).
4 Es una hormona segregada por el cerebro cuando existe un vínculo afectivo entre las personas, por lo que puede considerarse la hormona de los buenos tratos, tal y como lo exponen Barudy y Dantagnan (2005).
PRÓLOGO
JORGE BARUDY Y MARYORIE DANTAGNAN
Cuando José Luis Gonzalo Marrodán nos pidió que escribiéramos el prólogo para este libro, tras explicarnos cómo se gestó el proyecto de escritura, no dudamos en ponernos manos a la obra. Esta petición nos ha abierto una nueva oportunidad para retribuir lo que nos ha aportado desde que nuestras trayectorias se juntaron hace más de 20 años, en este difícil, pero digno, empeño compartido, para contribuir a aliviar y reparar el dolor visible e invisible de las personas afectadas por traumas. Nos referimos al de los niños, las niñas y los jóvenes, así como al de los adultos traumatizados cuando eran niños o en la actualidad.
Nuestra posición privilegiada como fundadores de la diplomatura en traumaterapia sistémica infanto-juvenil nos ha permitido crear una profunda conexión con José Luis, que nos permite afirmar sin ninguna duda que se trata de una persona bondadosa, sabia, amigo de sus amigos en la forma más completa y bella de la amistad.
Su valentía y su compromiso lo llevaron a unirse a nuestro proyecto de formación con el que quisimos compartir el modelo de terapia reparadora de las secuelas sufridas por traumas, resultado de nuestra investigación.