«El 73 chileno y su impacto en Europa y América Latina» es analizado por Joan del Alcàzar en esta sintonía histórica, mientras el eurocomunismo italiano buscaba el compromiso histórico con la DC, y los socialistas españoles y los franceses pretendían llegar al poder con moderación y realismo ante el trauma planetario por el fracaso chileno.
Huneeus y Cuevas se preguntan si la democracia postdictadura fue mejor que la previa al 73, como se preguntaban los alemanes por el balance entre la República de Weimar, destruida por los nazis, o la nueva, federal y moderna, tras la Segunda Guerra Mundial. En el caso chileno la respuesta parece ser negativa; más desigualdad, mayor concentración del poder, debilitamiento de las instituciones estatales y pérdida de la política, lo que lleva a la «democracia semisoberana». Este artículo constata, además, el deterioro de la imagen de Pinochet, que cayó a niveles mínimos, mientras en la sociedad chilena creció en la postransición la demanda por mayor igualdad.
En la misma lógica de analizar impactos más profundos, se inscribe el trabajo del filósofo Pablo Salvat con la colaboración de la politóloga Natacha Romero: «El dilema epistemológico tras el Golpe: miedo a la utopía o vigencia del sueño socialista». La violencia de la dictadura y su proyecto fundacional neoliberal, la «culpa» en segmentos de la izquierda y la destrucción de los movimientos sociales claves (la sindicalización bajó del 40 al 7%) habrían creado una suerte de socialistas liberales del orden, escépticos de utopía, dominados por el pragmatismo gestionario.
La Memoria del 73 es un espacio en disputa. Por eso el historiador Edison Ortiz grafica en el partido de Allende, el socialista, los estira y afloja, el uso y abuso, la valoración y la distancia con la figura del presidente y la Unidad Popular: «Las divergentes lecturas socialistas del 73», desde Carlos Altamirano, el secretario general para el golpe, hasta Michelle Bachelet, siguen en curso, conflictivas y polarizadas hasta hoy. Los partidarios de lo posible hablan de la responsabilidad de Allende, los críticos reivindican su mesianismo y el programa de las 40 medidas anticapitalistas. En esta perspectiva de relectura valora– tiva, rescatando reformas que han seguido remeciendo a la sociedad chilena, Esteban Valenzuela y Guillermo Marín sintetizan «Aciertos e “innovaciones” de la up, aquello que perdura»; cambios económicos, sociales y culturales signados por la pasión por la igualdad que han perdurado en sus efectos hasta hoy.
Hay que ser conscientes, sin embargo, de que en la otra orilla política también surge una memoria reivindicada por los partidarios del olvido, si se nos permite el juego de palabras. En el caso chileno los hay que consideran que no hay nada que reprochar al régimen militar, ni por supuesto al general Pinochet. Estos nostálgicos incluso consideran que al general habría que agradecerle a perpetuidad el haber evitado una guerra civil y haber modernizado Chile. Desde esa posición ofrecen, metafóricamente, una especie de propuesta de tablas en una imaginaria partida de ajedrez: los partidarios del olvido (los correligionarios o amigos de los verdugos) vendrían a decir a los partidarios de la memoria (los correligionarios o amigos de las víctimas) poco más o menos: vale más que dejéis de hablar del pasado y que miréis hacia el futuro, porque si hablamos del pasado todos podremos y deberemos hablar. Se trata de la llamada por Steve Stern memoria de la caja cerrada; esto es: no hablemos del pasado, que es peligroso. El artículo «Geomemorias del 73: mapas para no olvidar», del equipo encabezado por el geógrafo Manuel Fuenzalida, es un intento sistemático de poner en imágenes la memoria dolorosa, aquella que impacta. Y el trabajo de cierre del libro, «Pinochet vs. Allende, imágenes para una juventud», de los valencianos Joan del Alcàzar y Berta Rodrigo, nos muestra con intención pedagógica y sin falsas equidistancias el triunfo del presidente socialista sobre las sombras del dictador.
La propuesta del libro va justamente en el sentido de hablar del pasado, pero pensando en el futuro. Y es por ello por lo que se convocó a esta docena de participantes en esta obra, para que escribieran sobre memoria, impactos y perspectivas del Chile de 1973. El espíritu ha sido el deseo de contribuir a la formación de los ciudadanos en los valores de la democracia y la solidaridad, valores que siguen buscando su hegemonía en la vida social, política y cultural de Chile.
Este es un libro que nace de la colaboración entre personas e instituciones de Chile y de España. El nexo de unión originario es la Universitat de Valéncia (UV), institución con la que los editores del volumen tienen una vinculación explícita. Uno de ellos, Joan del Alcàzar, es catedrático en el Departamento de Historia Contemporánea, mientras que el otro, Esteban Valenzuela, obtuvo el título de doctor en sus aulas. La segunda de las instituciones que ha hecho posible la edición es la Universidad Alberto Hurtado (UAH), particularmente desde su Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, del que son profesores una buena parte del resto de los participantes que aparecen en el índice. El libro, una coedición de la UAH y la UV, por medio de su editorial (Publicacions de la Universitat de Valencia, PUV) es editado en ambos países y, por ello mismo, aspira a llegar a dos públicos diferentes: el chileno y el español. Entendemos, pues, estas páginas iniciales como un recurso obligado para acercarnos a ambos grupos de lectores potenciales.
Valencia/Santiago, junio de 2013
LOS EDITORES
EL ESQUIVO BLOQUE POR LOS CAMBIOS DEL SIGLO XX: FRENTE POPULAR, FRENTE DE ACCIÓN POPULAR (FRAP), UNIDAD POPULAR (UP) Y CONCERTACIÓN
Tomás Moulian, Sergio Valdés y Esteban Valenzuela
INTRODUCCIÓN
El ideal de superación del capitalismo con un modelo socialista y democrático rodeó sin éxito a muchas fuerzas sociales y políticas en Chile, desde la fundación del Partido Obrero Socialista en 1912 hasta la derrota de la Concertación en el año 2009. Esta periodicidad ha provocado que presentemos una breve historia de las coaliciones que en su momento pensaron crear un «Bloque por los Cambios».
La idea de «Bloque por los Cambios» se usó en la renovación socialista tras la caída de la UP, traslapando el concepto de mayoría social y cultural por la solidaridad y la democracia que propuso Gramsci desde la cárcel, adonde lo arrojó el fascismo en los años treinta. Esa idea la tomaron los líderes del eurocomunismo italiano, de Togliatti a Berlinguer, promoviendo el pacto de la izquierda con el Partido Demócrata Cristiano (PDC), que en cierta forma era el pacto de las diversas izquierdas con el socialcristianismo para hacer un compromiso histórico transformador en función de más igualdad por medios democráticos, capaz de sustituir el capitalismo salvaje.
En este artículo presentaremos una historia narrativa que consistirá en un relato de acontecimientos periodizados, los cuales irán acompañados de un implícito análisis explicativo en torno al fracaso de las cuatro experiencias cercanas a dicho ideal. En primer lugar analizaremos el Frente Popular que triunfa en 1938, que apuesta por la educación y la industrialización, pero que fracasa tanto por la «traición» del radical González Videla a los comunistas en 1948, como por el no asumir la reforma agraria y otros cambios indispensables, pareciéndose a un proceso de contención no lograr cumplir su agenda de reformas.
En segundo lugar, analizaremos el Frente de Acción Popular (FRAP), coalición de partidos políticos de izquierda de Chile, la cual estuvo vigente entre 1956 y 1969. Esta coalición tuvo tensiones entre el Partido Socialista y el Partido Comunista en lo que se refiere a la definición de una estrategia política, situación que le impidió llegar al gobierno, aunque pudo pavimentar electoralmente el camino a Salvador Allende como líder de la UP.
En tercer lugar, realizaremos una retrospectiva en torno a la Unidad Popular que no logra integrar al centro político sin las fracciones en el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) y la Izquierda Cristiana (IC), coalición que además sufrió la agresión externa en el contexto de la Guerra Fría y la falta de unidad en el seno de su coalición. En esta parte, analizaremos cómo los actores sociales desbordan el programa por las demandas insatisfechas de la tierra, vivienda y trabajo, que explican las tomas y la agudización del conflicto social, aclamando un nuevo estadio del Estado de Compromiso para el Chile de los setenta.
Finalmente, analizaremos la Concertación, coalición que se constituye una alianza entre el PDC con el mundo socialista