pero en ese momento, siendo niños, no sabíamos nada. De verdad. Quiero decir que sabíamos tan poco que ni siquiera sabíamos que no sabíamos nada.
A los peluqueros, efectivamente, les gustaron las invisibobbles que enviamos con los Tangle Teezers, y gracias a que las hair ties eran tan pequeñas no les era difícil encontrar un lugar donde ubicarlas. Hicimos un acuerdo por el cual podían comprar 100 hair ties por USD 56 y les enviábamos una jarra tipo pecera sin costo adicional para colocarlas. La idea era que fuera fácil para un cliente comprar un paquete de invisibobbles después de cortarse el cabello. Gastar cerca de USD 5,60 en un pack de 3 invisibobbles no era nada en comparación con lo que seguramente habría pagado por su corte o por su lujoso secado de cabello.
Y a pesar de poner a prueba la paciencia del papá de Felix, logramos tener los paquetes de gomas para el cabello listos para la exposición de Frankfurt. Yo no pude ir porque se acercaba la época de exámenes en Warwick, pero lo que sucedió nos voló la cabeza. Mi papá había manejado su propia empresa y se había interesado por invisibobble, por lo que le envié las novedades.
Mail De: YoPara: TvedeEnviado: Jue 17/5/2012, 12:56 p. m.Asunto: pequeño updateEn la exposición en Frankfurt había un tipo que es el dueño de 10 peluquerías y tiene contacto con más de 600 salones de Alemania que mostraron un fuerte interés en nuestras hair ties.No parece estar interesado en ofrecernos una ganga, pero si logramos que esto funcione, sería increíble porque podríamos, potencialmente, vender nuestras gomas para el cabello en 600 peluquerías de todo el país, y sería un gran comienzo. ¡Si esto sucede, obtendríamos una publicidad impresionante y tendríamos mayores posibilidades de vender en grandes tiendas departamentales! Todo es muy emocionante.Sophie |
El tipo de las peluquerías se llamaba Rick Vahr, e hizo un pedido de algunos cientos de invisibobbles para vender en sus propios salones. Si se vendían bien, sería fácil para él entregar muestras a su equipo de ventas para llevar el producto a otras peluquerías, gracias a que las invisibobbles son muy pequeñas. Si eso resultaba exitoso, podría llegar a firmar un contrato con nosotros para distribuir a cada uno de los 600 salones. Debíamos ubicar 15.000 invisibobbles, por lo que necesitábamos seguir adelante.
8. Al momento de la presente edición, 1 GBP representa USD 1,36. Unificaremos las referencias monetarias en USD por su uso universal.
9 . En español, ‘submarino amarillo’. (N. del T.)
10. En español, ‘verde tortuga’. (N. del T.)
11. En español, ‘azul espacial’. (N. del T.)
4.
Mi papá apostó la casa
LO QUE APRENDÍ:
• Las opiniones de otras personas pueden ser molestas.
• Sin embargo, también pueden darte ideas con las que nunca habías soñado (gracias, Debbie la peluquera).
• No hay un hada de las gomas para el cabello.
Durante los primeros nueve meses, lo único en lo que podía pensar era en si nuestras hair ties realmente funcionaban, y en perfeccionarlas hasta alcanzar la mejor versión posible. No quería encontrarme en una situación en que las personas compraran invisibobbles porque se veían novedosas o diferentes (en un buen sentido) pero luego no estuvieran realmente felices de usarlas. Nuestras invisibobbles debían ser perfectas.
Mi cabello es largo y fino, el típico estilo nórdico, y necesitaba comprender cómo nuestro producto funcionaba en otros estilos. Por entonces teníamos un focus group 12 de una persona —yo— por lo que entregaba hair ties a estudiantes alrededor del campus y observaba mientras se sujetaban el cabello.
Esas conversaciones solían ser así:
Yo: —Hola, ¿has visto este nuevo tipo de hair ties?
Estudiante: —¿Esta es una hair ties? ¿No se enreda?
Yo: —¿Te gustaría probarla en forma gratuita?
Estudiante: —¿Gratis? ¡Seguro! Oh, aunque probablemente la pierda.
Yo: —¿Te molestaría que observe mientras te sujetas el cabello ahora?
Estudiante: —Okaaaayy…
Cuando inventas algo que nunca jamás se vio antes, te obsesionas por completo con la forma en que las personas lo usan y con saber quiénes son aquellas personas que lo usan. Te obsesionas realmente por completo. La primera vez que vimos a una mujer que usaba una invisibobble en un parque de Múnich, Felix y yo la perseguimos por todos lados durante un laaargo rato, con los ojos muy abiertos y expresión de sorpresa, haciendo gestos de chocar los cinco en silencio y a sus espaldas. Las demás personas nos podían ver haciendo esta pequeña danza de victoria, pero ella no. No pueden imaginar la sensación de saber que alguien vio tu producto e invirtió dinero en él.
Ahora, en serio, la razón por la que quería observar a las personas que usaban el producto era que necesitaba comprobar que se sintieran de la misma manera que yo; que las encontraran fáciles de usar y de quitar. Algunas semanas más tarde, veía a las mismas estudiantes en el campus y notaba que continuaban usando sus invisibobbles porque las llevaban como brazaletes, que era exactamente lo que hacía yo. Eso nunca fue parte de nuestro plan, pero todas simplemente lo hacían.
El hecho de que llevaran las invisibobbles en sus muñecas demostraba que estaban contentas de usarlas de la misma forma en que usaban gomas comunes para el cabello, a pesar de que se veían muy diferentes. Esto me dio confianza. Había algo del producto que funcionaba, porque muchas de las personas a las que les contaba sobre las invisibobbles todavía no lo comprendían. Las chicas tenían una forma de sujetarse el cabello con la que decían estar contentas y, aun así, pensaban en las hair ties de la misma forma en que pensaban en el papel higiénico: como una necesidad aburrida.
En un principio, nuestras hair ties no eran exactamente increíbles. Se estiraban y no volvían automáticamente a su forma original, por lo que debimos hacer muchas mejoras. A pesar de eso, sabía que había solucionado el problema de las marcas y las jaquecas, y me repetía a mí misma, en forma constante, que si yo veía el valor del producto, otros también lo harían.
También sabía que necesitaríamos la opinión de expertos en materia de hair ties. Y aquí es donde entraron en juego los peluqueros. Nos dimos cuenta de que el producto no solo no dejaba marcas u ocasionaba jaquecas, sino que, además, no dañaba el cabello de las personas cuando se lo quitaban. Esto hizo que los peluqueros amaran el producto y lo comentaran con sus clientes. Significaba, también, que nuestros empaques podían decir “amable con el cabello”.
La mayoría de las peluquerías hacían pedidos una o dos veces al mes, pero comenzamos a recibir encargos de una mujer, Debbie, cerca de dos veces por semana. Tal vez tenía un enorme salón justo en medio de la ciudad que estaba abierto día y noche, o tal vez tenía vendedores brillantes.
Envié un mensaje de texto a Felix el 3 de septiembre de 2012.
Yo
¡Debbie lo hizo otra vez!
Félix
¿Cuántas pidió esta vez?
Algo así como 300 paquetes
¿Acaso los está comiendo como golosinas?
Debbie resultó ser una peluquera común y corriente en una ciudad alemana común y corriente, y utilizaba las invisibobbles de una manera