AAVV

Texto, edición y público lector en los albores de la imprenta


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      Fig. 19. Missale, 3

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      Fig. 20. Incunable Constituciones del Arzobispado de Toledo

      Las entregas de cantidades en metálico ordenadas por Cisneros a los Gorricio con vistas a la financiación de ediciones de libros comienzan, de acuerdo con las Cuentas, en 1497, año en que se da orden a Juan de Viana de pagarle a Francisco 4.100 maravedíes, a los que se suman otros 2.750 maravedíes de las rentas del receptor de Toledo dos años más tarde, en 1499, sin que se especificara de qué libros se trataba ni quién habría de recibirlos, aunque lo lógico es pensar que iban destinados a la impresión de las Constituciones.

      Pero el flujo de dinero culmina en 1498, cuando el prelado ordena hacer entrega a Melchor de 150.000 maravedíes como anticipo del pago de los 40 misales y otros tantos breviarios que el mercader editor entrega a lo largo de los años 1501, 1502, 1503, 1504, a la reina Isabel, al propio Cisneros, a la Capilla Mozárabe, al camarero don Carlos de Mendoza, al Vicario general, doctor Villalpando y a la iglesia de San Marcos de Toledo.

      Por consiguiente, la información contenida en las Cuentas pone de relieve el hecho de que el auténtico financiador de la edición de los misales toledanos de 1500 había sido Cisneros, que había adelantado en 1498 los fondos necesarios a cargo de las rentas de la diócesis, y recuperaba su inversión años después en libros cuyos precios, variables en función de sus características, se hacen constar, pero que, además, había pagado una parte del costo de la edición del Breviaro Toledano llevada a cabo en Venecia por su predecesor. En realidad ambos hermanos actúan como sus agentes, tal como indica Alvar Gómez de Castro, que se refiere únicamente a Melchor.

      Sin embargo, este último no interviene sólo en las ediciones litúrgicas del cardenal, que aparece ordenando, el 18 de febrero de 1505, el libramiento a su favor de 12.980 maravedíes, 2.580 destinados a sufragar los gastos de impresión de algunas obras de san Juan Clímaco, y los 10.400 restantes los de 104 ejemplares de las obras de la beata Ángela de Foligno y otros 104 volúmenes de otras obras de san Juan Clímaco en romance y otros 106 en latín, con la particularidad de que los 4 y 6 respectivamente que sobrepasan la centena impresos en pergamino.

      Es importante entresacar la fi de libros de literatura mística por el Cardenal, pero también el pago a Francisco Gorricio para la impresión, probablemente, de las Constituciones del Arzobispado de Toledo, impresas en Salamanca, pero con un claro afán de enseñar a los niños dependientes de su arzobispado.

      Pedro Sainz Rodríguez ya hizo un avance de las publicaciones cisnerianas, con obras como las de San Antonino, Confessionale «Defecerunt» (en castellano), Summa de confesion, [Burgos, Fadrique Biel de Basilea, c. 1497]; Constituciones del Arzobispado de Toledo, ordenadas por Fr. Francisco Jiménez de Cisneros. E la Tabla de lo que han de enseñar a los niños, a expensa de Francisco Gorricio, 22 diciembre, 1498 [Salamanca, Tip. de Nebrija]; Missale Toletanum, Toledo, Pedro Hagembach, Melchioris Gorricii, 1 de junio de 1499; Petrus Dorlandus, Viola Animae, seu Dialogus de hominis natura, 31 de agosto de 1500 (lleva escudo del arzobispo de Toledo al fin); Missale mixtum secundum regulam beati Isidori, dictum mozarabes, 9 de enero de 1500, a cargo de Melchioris Gorricii; Proceso de la vida de Angela de Fulginio, [Toledo, 1500?, Pedro Hagembach?]; Antonio García de Villalpando, Instrucción de la vida cristiana, impresa en Toledo, el 25 de febrero de 1500 por Pedro de Hagembach; Alfonso Balboa, Dechado de religiosas, Toledo, Pedro Hagembach, 10 septiembre, 1501; Breuiarium secundum regulam beati hysidori, [Al fin]: Toleti, impensis Melchioris Gorricij, per Petrum Hagembach, 1502; etc. Únicamente he intentado centrarme en los años 1498-1502, periodo que nos interesa por ser cercano al de las impresiones de la Comedia.

      En relación al mercader y librero Melchor Gorricio es intersante su predilección por la edición de libros literarios y docentes, caso de Los Comentarios de Julio César (Toledo, Pedro Hagembach 1498, a costa de Melchior Gorricio); Egidio Romano, Regimiento de Príncipes, trad. de Juan García de Castrojeriz, e impreso en Sevilla por Meynardo Ungut y Estanislao Polono, 1494, a costa de los mercaderes de libros Conrrado Alemán y Melchior Gurrizo; Julián Gutiérrez de Toledo, Cura de la piedra y dolor de la yjada, Salamanca, Pedro Hagembach a costa de Melchor Gorricio Mercader, Toledo, 1498; etc.

      Resalta en estos mercaderes-libreros su relación con altos cargos políticos y religiosos a los que ofrecen sus servicios (Reyes Católicos, Cristóbal Colón, cardenal Mendoza, cardenal Cisneros, obispo de Burgos, etc.), así como su interés por obras docentes y religiosas (la mayoría de las veces financiadas por los reyes, arzobispados u obispados). Las obras religiosas tiene mucho que ver con la nueva espiritualidad, caso de las Meditaciones de la vida de Christo del Cartujano, traducidas por fray Ambrosio de Montesino, estampadas por Polono en Alcalá de Henares en cuatro volúmenes, y patrocinadas por Isabel la Católica.

      ¿Por qué los Gorricio u otros libreros y comerciantes al servicio del Arzobispo de Toledo o incluso de los Reyes Católicos no pudieron ser también los editores y financieros de la Comedia de Calisto y Melibea, tanto de las estampaciones de Toledo, Burgos y Sevilla, como la más que probable de Salamanca? Por los datos que poseemos, parece ser que sí. Aspectos que retomaré más adelante.

       Reflexiones finales

      A partir de lo analizado sobre los talleres de impresión de las tres ediciones conocidas de la Comedia, podemos establecer una serie de paralelismos con otras obras más o menos literarias, que probablemente pasaron a ser modelos imitativos en la educación, junto