renovada, las cuales tuvieron varias ediciones por los mismos impresores:
– López de Mendoza, Iñigo, Marqués de Santillana, Bías contra Fortuna, Sevilla, Estanislao Polono, 1502; Toledo, Pedro Hagembach, 1502?.
– López de Mendoza, Íñigo, Marqués de Santillana, Los proverbios. Tractado de providencia contra fortuna, Sevilla, Estanislao Polono, 1500 (3 junio); Toledo, Pedro Hagembach, c. 1500.
– El doctor Juan Infante, Forma libelandi, Sevilla, Estanislao Polono, 1497; Sevilla, Estanislao Polono, 1500 (19 marzo); Toledo, Pedro Hagembach, 1500 (5 agosto); Burgos, Fadrique Biel de Basilea, ca. 1500; es un libro de procedimientos de derecho.
– Séneca, Proverbios, Toledo, Pedro Hagembach, 1500 (10 febrero); Sevilla, Ungut y Polono, 1495. Existen otras ediciones anteriores de Zaragoza (Pablo Hurus, 1491) o de Zamora (Antonio de Centenera 1482).
– Arcipreste de Talavera, El arcipreste de talavera que fabla delos vicios delas malas mugeres E complexiones de los hombres, Sevilla, Meinardo Ungut y Estanislao Polono, 1498 (10 mayo); Tratado contra las mugeres que con poco saber mezclado con malicia dicen e facen cosas no debides, Toledo, Pedro Hagembach, 29 octubre 1499; El arcipreste de talavera que fabla delos vicio dlas malas mujeres E con lexiones de los onbres, Toledo, Pedro Hagembach, 1500 (20 julio).
– Alonso de Madrigal, el Tostado, Confessional, Burgos, Fadrique Biel de Basilea, 29 enero 1500; Toledo, Pedro Hagembach, 1501-1503.
– Bocados de Oro, Sevilla, Meynardo Ungut y Estanislao Polono, 1495; Toledo, Pedro Hagembach, 1502.
– San Antonino de Florencia, Confessionale «Defecerunt». Suma de confesión, Sevilla, Meinardo Ungut y Estanislao Polono, 7 abril 1492; Burgos, Fadrique de Basilea (1492) y Fadrique de Basilea, 6 julio de 1499; [Salamanca, Hans Gysser, ca. 1500]; Sevilla, Ladislao Polono y Jacobo Cromberger, 1503; Toledo, Sucesor de Hagembach, 1504.
– Leyes del estilo y declaraciones sobre las leyes del Fuero, Pedro Hagembach, 1498; Burgos, Fadrique de Basilea, 1498; Salamanca, Tipografía de Nebrija, 1500; [Toledo, Pedro Hagembach, c. 1500]28, Salamanca, Juan Gysser, 1502.
– Juan de Mena, Las trezientas, Sevilla, Ungut y Polono, 1496, 12 de enero; Sevilla, con la glosa de Fernán Núñez, por tres alemanes, 1499; Toledo, Pedro Hagembach, 1501 (7 diciembre).
– Juan de Mena, Coronación, Sevilla, Estanislao Polono, 1499, 12 de noviembre; Salamanca, s.i., 1499; Zaragoza, Pablo Hurus, 1499; Toledo, Sucesor de Pedro Hagembach, 1504.
Si a ello añadimos que Estanislao Polono fue el impresor de varias obras de Pere Deguí o Daguí sobre Ramón Llull (quien murió en Sevilla en 1500 y dejó muchos discípulos, entre otros a Jaime Janer, Arnaldo Descós y el propio Cisneros),29 y que el único personaje real conocido de la edición de la Comedia de Calisto y Melibea fue Alonso de Proaza, gran lulista, al igual que el arzobispo de Toledo, quien potenció la edición de sus obras y la creación de las cátedras lulistas en las universidades de Valencia y Alcalá de Henares,30 nonos debería extrañar que en la estampación de la Comedia estuviera detrás un personaje tan ilustre como el Arzobispo de Toledo y/o los Reyes Católicos31 y que esta obra entrara dentro de sus esquemas educativos y potenciadores de una nueva religiosidad.
En 1510, Proaza editó la Disputatio Raymundi et Hamar Sarraceni primo habita inter eos in urbe Rugiae Sermone Arabico, postea translata in Latinium ab eodem Lullo, en la ciudad de Valencia, en el taller de Jofré, impresión en la que incluyó la Bartholomeo Gentili Epistola, una carta-prólogo muy similar a la «Carta del autor a un su amigo» que hallamos en Celestina y que sirve para agradecer al genovés su ayuda económica en la labor de la estampación.32 Volvemos otra vez a las relaciones entre editores-mercaderes-libreros italianos con la nobleza y curia eclesiástica para la edición de textos específicamente filosóficos y docentes.
Podríamos pensar, ¿qué tienes que ver toda esta escuela filosófica con la Celestina? Ya comenté hace tiempo que «en el texto del «antiguo Auctor» está compendiada la problemática entre las diferentes escuelas intelectuales de la época, donde se pone en cuestión la escolástica,33 el uso abusivo de las autoridades, la primacía de la razón sobre la fe de la escuela tomista, las falacias de la lógica tradicional, e incluso las fórmulas compositivas poéticas, invirtiendo todos los esquemas de la enseñanza tradicional».34 Tanto la Metaphysica de Daguí35 como el de Nova logica y el Ars inventiva veritatis (editados estos últimos por Proaza) reconstruyen una lógica crítica con la escolástica aristotélica, configurándose una síntesis escotista-lulista más de acorde con la tradición parisina y franciscana.36 Aspectos que resurgirán con fuerza a propuesta de Cisneros años después en la nueva universidad de Alcalá a través de las ediciones lulianas de Arnao Guillén de Brocar y financiadas de nuevo por el Cardenal.37 También sucederá lo mismo en el Estudio General de Valencia, con la figura de Proaza y posteriormente de su discípulo Joan Bonllaví, editor del Blanquerna, y de la Logica Nova. La edición valenciana del Blanquerna aparece en un contexto de relaciones estrechas y constantes entre los diversos núcleos peninsulares: Valencia, Alcalá, Barcelona, y el insular de Mallorca.38 Los gastos de impresión corrieron a cargo de Gregorio Genovart, canónigo mallorquín que había sido maestro de Nicolau de Pacs o Pax.39
Pero además de todos estos aspectos que relacionan la filosofía luliana con la Comedia de Calisto y Melibea, habría que incluir otros conectados con la filosofía moral (ética). A partir de la traducción de la Ética a Nicómaco por Leonardo Bruni en el siglo xV, se desarrolló una amplia controversia en los círculos nobiliarios y universitarios, en la que participaron grandes humanistas como Pier Cándido Decembrio, Filelfo, Lorenzo Valla, etc., y en España se escribieron muchos tratados morales pensados y dirigidos a los diferentes círculos nobiliario-eclesiásticos: corte de Alfonso el Magnánimo, corte de Juan ii y Enrique iV, círculo de los Mendoza y círculo del arzobispo Alfonso Carrillo, del arzobispo Cisneros, etc.40
Me centraré en Alfonso Ortiz, canónigo de la catedral de Toledo, personaje para mí de gran importancia en los últimos decenios del siglo xV. Desde 1496 colaboró con el arzobispo de Toledo en la recuperación del rito mozárabe de la diócesis, y fue el encargado de revisar las impresiones del Missale Toletanum (Toledo, Pedro Hagembach, a cargo de Melchor Gorricio, 1 de junio de 1499) y del Missale mixtum secundum regulam beati Isidori, dictum mozarabes (9 de enero de 1500, también a cargo de Melchor Gorricio). El propio Ortiz ya había colaborado en la reedición de muchos textos litúrgicos de obispos anteriores. Además, es autor de un Diálogo sobre la educación del príncipe don Juan, una Consolatoria por la muerte del príncipe Don Juan, Los tratados, publicados en Sevilla en 1493 y un Liber dialogorum, en manuscrito y nunca editado, escrito entre 1467-1475 y dedicado al Arzobispo Carrillo. Como ya comenté en otro trabajo,41 Ortiz ataca en el Liber dialogorum al De vita beata de Lucena, y tiene puntos en común con el De Vero Bono