Isamar Anicia Herrera Piñuelas

Acercamiento a una arquitectura sensible


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      Natura·lleza

      Acercamiento a

      una arquitectura

      sensible

      © del texto: Isamar Anicia Herrera Piñuelas

      © diseño de cubierta: Equipo Mirahadas

      © corrección del texto: Equipo Mirahadas

      © de esta edición:

      Editorial Mirahadas, 2021

      Avda. San Francisco Javier, 9, 6ª, 24. Edificio Sevilla 2

      41018 - SEVILLA

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       www.mirahadas.com

      Producción del ePub: booqlab

      Primera edición: noviembre, 2021

      ISBN: 978-84-18996-68-9

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      Natura·lleza

      Acercamiento a

      una arquitectura

      sensible

      Isamar Anicia Herrera Piñuelas

       DEDICATORIA

      Estas lecturas están dedicadas a mi abuela, por su tiempo, su amor y sus palabras cargadas de mensajes. Porque ella ha sido mi segunda piel, la extensión de mi yo y la profundidad de mis emociones, porque ella, ha sido tan ella, que me enseñó a ser mi yo y porque en las palabras me he encontrado y la he encontrado siempre. Gracias, abuela, por enseñarme en el jardín robado de nuestra casa a vivir la arquitectura, una arquitectura sin nombre, completa, compleja, humilde y llena de significados, donde un escalón, era un banco, un borde y una promesa de aventura, porque sin ti, quizás como muchos, fuera intolerante a los insectos, gracias por mostrarme lo que es amar, respetar y cuando se puede, rescatar a la naturaleza. Te pido disculpas porque este mundo está cada vez más marrón, cada vez más lejano de lo que hay en tus memorias, pero, quiero que sepas, que mientras mis patas rajadas y mi corazón de choyera estén sobre este planeta, intentaré que las personas aprendan a respetar y a disfrutar de ella, porque a través de ella te conocerán a ti y a todas las abuelas, quienes han sido papiro en la herencia de la tierra.

      Mi abuela disfruta al leer. Contempla la vida, el viento y la tierra. Gracias a su paciencia he aprendido a leer la naturaleza a través de sus manos.

      PREÁMBULO

      Resultaría desatinado hablar de naturaleza desde una perspectiva únicamente ambiental, la naturaleza yace en todo lo existente y que nos rodea, hay quienes incluso afirman que traspasa las fronteras de lo antes delimitado como artífice.

      Para los griegos, la ciencia natural rodeaba el entendimiento de las relaciones del entorno y de la mente, sin embargo, no somos capaces de concebir el arraigo psíquico e intelectual hacia la tierra como sí que creemos que sucede en plantas y animales. La visión renacentista que posterior se asume es una antítesis de la griega, pues desde una visión antropocentrista se plantea un despojo de las capacidades de auto ordenamiento de la naturaleza, asumiendo que solo la lógica y la razón son capaces de producir ese orden. En ambos casos, griegos y renacentistas creían en el orden, pero desde orígenes distintos.

      Las posturas modernas, centradas en el entendimiento histórico evolucionista, fundado desde el entendimiento de los cómos, más allá de los qués, atribuye a la naturaleza un entendimiento global desde el micro al macrocosmos, desde lo subatómico al Universo.

      Ya bien dice Maurice Merleau-Ponty que, así como el cuerpo está en el mundo, en comparativa escalable como el corazón en el organismo, ambos mantienen continuamente en marcha este apreciable festival llamado vida.

      Las semejanzas, diversidades y contrastes de las existencias nutren la realidad para dar forma a sistemas de diferentes escalas y diversidad. A nivel metafísico la naturaleza no solo es el ser físico que nace, crece y se relaciona, sino también aquel inerte que conforma al ser físico. Entender la naturaleza a nivel ontológico podría darnos un mapa físico-sensorial para poder comprender las existencias, materialidades y manifestaciones del ser, de todos aquellos participantes en el mapa natural, no el ser humano, cuyas implicaciones antropocentristas sabemos que han alejado de la lupa la realidad planetaria.

      Para Aristóteles, la naturaleza es causa inerte, no accidental y por ello, tiene la capacidad bipolar del movimiento y de la quietud, por ejemplo. Causas accidentales, sí, en otros objetos inanimados compuestos por naturaleza; naturaleza primitiva.

      La naturaleza es belleza que surge, transforma y comunica, sin embargo, no es arte, y, por tanto, nada del artífice podría llegar a ser cual bella es la naturaleza.

      Índice

       Preámbulo

       La arquitectura no es el libreto [Primer relato]

       Fábulas de la tierra [Segundo relato]

       Las historias de los abuelos [Tercer relato]

       Falacias [Cuarto relato]

       De vértigo y deconstrucciones [Quinto relato]

       La arquitectura líquida [Sexto relato]

       Entornos para sentir [Séptimo relato]

       El disfrute, el placer y la belleza [Octavo relato]

       La realidad vibrante [Noveno relato]

       El ímpetu contra del tiempo [Décimo relato]

       Al canto del abismo [Undécimo relato]

       Referentes

       Epílogo

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      La arquitectura no es el libreto

      [Primer relato]

       … Es el silencio

      Toda forma artística tiene sus orígenes de una disciplina, la forma artística