Olivier Aymar

Historia Del Pueblo Zaza


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      - País de Hahhum

      - Meluhha

      - Aratta (Azerbaiyán)

      - Marhasi

      - Larak

      - Elam (Irán)

      - Apoum

      En estos dos documentos que datan del periodo del rey Sargón y de su nieto Saram Sin, entre los pueblos de Anatolia y Mesopotamia que lucharon contra los acadios no se menciona en ningún momento el nombre del pueblo kurdo, ya que los kurdos y los armenios llegaron a tierras de Anatolia a partir del 1200 a. C.26

      Como también se indica en el libro de L’Histoire des tribus Kurdes (Şerefname 1597), los Kurmanjs —cuyos ancestros se llamaban Bacnavi y Boht—, después de su llegada a la región del sureste de Anatolia, fueron asimilados por los asirios, así que el nombre de “kurdos” es actual de nuestros días. Los políticos kurdos lo tomaron de las palabras “asur”, “sumer” y “akkad”, lo cual significa en castellano “fuerte”; y de “Karda Lulu”, que es el nombre de la divinidad de las montañas de los sumerios, hattis y hurritas.

      Los diecisiete reyes de Anatolia, del norte de Siria y de la confederación de Zagros que combatieron bajo el mando del rey Hatti son mencionados: Pamba contra el rey acadio Naram Sin, Memendah que comandaba los ejércitos Lulubi; Lolán, así como otros reyes como Sipan-Süphan, Nur Dagan (rey de Puruşhattum) (Karahöyük), Madakina (rey de Armani), Ilkü Nail de Turukku, y Huwaruwas de Amurru.27

      La principal razón por la que los habitantes de Hatti-Lulubi (luvitas) en el centro de Anatolia y los habitantes de la región de Amanos-Hatay pudieron cooperar políticamente con los pueblos guti, lulubi y turukku que vivían en el Zagros situado a unos 2000 km fue que estaban relacionados por los lazos de parentesco sumerios-hatti lulu, hurritas-lulu, guti-lulubis y turukku.

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      El monumento de la victoria dedicado a la diosa Ishtar, de Anubanini, rey de Lulubi (Lolán, tribu zaza) sobre el precipicio de Sare Pul-i Zohap (que significa en zaza: ‘sobre los hombros de Zohap’) en Irán (2000 a. C.).

      Los reyes sometidos son representados según la tradición de Anatolia, en términos zaza “bıne dare” (bajo el árbol). Sobre el monumento de las victorias, en escritura acadia, el rey indica que las tierras conquistadas pertenecen a los sumerios, antepasados de los acadios.

      Los lulubis, que se unieron a la confederación dirigida por el rey Hatti Pamba, con otros siete reyes, eran los parientes más cercanos del pueblo hatti, asentado en Anatolia.

      Por esa razón se encuentran inscripciones de victorias de los reyes de origen hatti-lulubi en los enormes peñascos que rodean las ciudades de Sari Puli, Zuhap, Kirkuk, Süleymaniye y la llanura de Raniya.

      Así pues, en la actual Anatolia, los xıdan, los hormek, los lolan, los dimili y los goranes viven como sus antepasados: los hattis, hurritas, luvitas y gutis. En el tercer milenio, vivían en un sistema de ciudades-estado que tomaban sus nombres de las regiones situadas entre las tierras de los hattis, los elam y los sumerios.

      Los kurdos, que hoy en día sugieren que los zazas son también kurdos, olvidan que el término “kurdo” que continúa vivo en la cultura popular de Anatolia y Mesopotamia tiene su origen en la palabra “Kardaki” o “Kardakoi”, que en zaza es el nombre de la deidad de las montañas.

      Además, en Anatolia y en Mesopotamia nos encontramos con nombres de localidades así como nombres propios con connotación zazaki, muy extendidos, y eso no se debe al azar.

      Entre estos nombres figura en primer lugar el nombre del hijo del rey de los hititas Suppiluliuma I, Zananza.

      Cuando el rey de Egipto Tutankamón murió súbitamente en 1327 a. C., su reina viuda Ankhesenamón escribió a Suppiluliuma I y le pidió que le enviara a uno de sus hijos para casarse con ella, pues no podía soportar la idea de casarse con un sirviente. Suppiluliuma I envió a su hijo Zananza a Egipto para que se casara y se convirtiera en faraón. Zananza, sin embargo, nunca cruzó las fronteras egipcias porque fue asesinado.

      En el texto aquí citado hay primero el nombre del rey hitita, Suppiluliuma I, que en zazaki significa “niña de mis ojos” y el nombre de su hijo, Zananza, que significa “el sabio”.28

      Hay también nombres de localidades: Labarna I rey de los hititas (1680-1650 a. C.) nombró a sus hijos gobernadores de las grandes ciudades de Nenasa (o Nenašša o Ninašša), Landa (o Zanda, al este de Hattusa, hoy día Karamán), Zallara (región de la orilla noroeste del lago Tuz), Purushanda (o Burushattum o Purušḫanda o Purušḫattum o Paršuḫanda) y Lusna (o Lušna). La primera ciudad fue atacada por Shanahwitta (o Sanahuita o Sanahwitta o Šanahwitta).29

      Hattusili I pasó toda la última parte del tercer año de su reinado reconquistando los territorios perdidos. La primera ciudad conquistada fue Nenasa (hoy día Ak Saray), que actualmente está habitada mayoritariamente por zazas. En el quinto año emprendió una campaña al este de Siria. Tras la destrucción de la ciudad de Zaruna atacó la ciudad hurrita de Kizzuwatna, Hassuwa (o Hassu o Hasu), al oeste del Éufrates, entre Milid (o Melid o Arslantepe, hoy día en los alrededores de Malatya) y Karkemish. Hattusili I envió a sus generales Zukraši (o Zukrassi) y Zaludis (o Zaludi) con refuerzos para ayudar a defender las ciudades de Zippasna (o Zippašna).

      El rey hitita no obtuvo un gran éxito al principio de su reinado y Pihhuniya consiguió tomar los territorios al noreste de Hattusa, entre ellos Istitina, y avanzó hasta Zazzïssa (o Zazsa). Mursili II consiguió recobrarse y venció a Pihhuniya, que fue enviado como prisionero a Hattusa.30

      En uno de los conflictos entre el rey de los hititas Muwatalli II y el egipcio Ramsés II, se indicó que las tropas hititas estaban formadas por unos 30.000 hombres y que fueron diezmadas hasta que se rindieron. Pero los shardanes (o sardanes o sherden o shirdana o chardanes) que constituían su guardia, resistieron hasta la llegada de los refuerzos.31

      La palabra “shardan”, “sherdan” o “chardan” significa en zazaki “los combatientes”.

      Como se ha podido ver en los párrafos anteriores, existen muchas palabras con connotaciones zaza con la letra zeta. Además, los elementos siguientes muestran de manera formal que las raíces del pueblo zaza se hallan ocultas en las profundidades de las civilizaciones hattis-hititas, luvitas, hurritas y hasta sumerios.

      Dirigidos por André Parrot, algunos arqueólogos hicieron investigaciones en una localidad de Mari, en Siria, durante los años treinta. Entre sus hallazgos encontraron un templo que llevaba el nombre de Ninni-Zaza. Mediante descubrimientos arqueológicos y epigráficos excepcionales, junto a los de santuarios, destruidos durante el siglo XXIV a. C., y después el descubrimiento del gran palacio real, demostraron que se trataba de uno de los mayores focos de las civilizaciones que se sucedieron en Mesopotamia. Fue destacable que se trataba de la primera vez que en Mari se había descubierto dos santuarios presargónicos relativamente bien conservados y que para uno de ellos los investigadores podían proporcionar un plano completo, el de Ninni-Zaza o Nannu-Zaza. Los dos templos de Ishtarat y de Ninni-Zaza son dos santuarios contiguos, sin ninguna comunicación el uno con el otro. Ishtarat es el nombre de una divinidad concretamente semítica, pero Ninni-Zaza, al contrario, es de carácter sumerio.32

      Una vez más, a través de un nombre zaza que designa una divinidad sumeria podemos ver que existe una relación de parentesco entre los sumerios y el pueblo zaza.

      De hecho, los textos nos indican que el país hitita debió de padecer periodos de grandes hambrunas, acompañados de fuertes movimientos de población que iban a diezmarlo por completo, hasta hacer que desapareciera.

      La situación es diferente con otros textos, en particular con los que se encontraron en Ugarit, que en aquella época pertenecía todavía a los hititas. En ellos supimos que una