Eugenio Carrero Puertas

Cómo me convertí en millonario


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cuando estamos sumergidos en nuestro día a día. Por ejemplo, la contabilidad de cada mes o el diseño de tu nuevo logo.

       la consultoría es una actividad conjunta entre el consultor y el cliente destinada a resolver un problema concreto y a aplicar los cambios necesitados o deseados en la organización.

      Son muchos conceptos o diferencias profesionales, y yo tan solo marqué alguna de las principales, pero creo que es necesario comprender los ámbitos de aplicación.

      Si quieres conocer más en profundidad los múltiples y diferentes expertos que imparten formación de una u otra manera, te muestro algunas de estas categorías: asesor, mentor, formador, coach o entrenador, consultor, consejero, especialista, marketer, experto... La lista es interminable.

      Volviendo a mi persona, por si en alguna de las fases finales me tienes que etiquetar, me identifico más como consultor, aunando a su vez algunos de los valores motivacionales para alcanzar el éxito. Los que más me conocen dicen de mí que tengo alma de escritor y que soy un gran comunicador. Algunos de mis anteriores jefes me lo criticaban como si fuera algo malo o improductivo. Es curioso que la escritura, que fluía dentro de mí hasta un tiempo reciente, podía ser mi destino sin ser consciente de ello.

      Reúno en dicho sentido estos dos principales valores que me caracterizan: la escritura y la capacidad de comunicación.

      El objetivo de este libro es el de mostrarte las herramientas que quizá te faltan en este momento, unido a diferentes elementos motivadores extraídos de algunos de los mejores mentores que sigo habitualmente, con los cuales aprendí a ser próspero y exitoso en la vida.

      Los distintos expertos indican que tienes que llegar a más personas aportando a la sociedad algo necesario o diferente. ¿Te has preguntado cuál es tu valor diferenciador? Identifícalo cuanto antes porque es algo capital. ¡De ello dependerá tu destino!

      En mi caso, he ido realizando esta función de comunicación, análisis, escucha activa y asesoramiento, pero poco a poco, como las hormiguitas, y unitariamente. La nueva idea que todos los expertos proponen es dar a conocer tu mensaje de una forma expansiva ¡y a cuantas más personas mejor! Hay que impactar, llegar a más, traspasar las fronteras. Estamos en un mundo globalizado y disponemos de internet para estar conectados. No hay nada, absolutamente nada, que nos frene.

      A cuantas más personas consigas impactar, más grande te harás. Si te fijas, a lo largo de la historia, algunos de los líderes que consiguieron movilizar a grandes masas son los mejores valorados y los más cotizados.

      REFLEXIONA Y ESCRIBE

      1 ¿Cómo te identificas profesionalmente, cuál es tu fuerte o aquella habilidad especial en la que destacas? ¿Qué te hace diferente de los demás? Puede ser tu estima, tu dedicación, tu esfuerzo, tu coraje…

      1 ¿A cuántas personas llegas o impactas actualmente y cuál es el número que consideras que debes conseguir para crecer de manera exponencial? Recuerda, a cuantas más personas llegue tu mensaje, más y mejor te prepararás para seguir avanzando.

      Capítulo 4

      Dinero limpio versus dinero sucio

      En mi casa, como en muchas otras, había cierto número de discusiones en su mayoría relacionadas con la falta o escasez de dinero, lo cual me generaba una sensación agridulce. Por un lado, ansiaba conseguir el tan preciado dinero; pero, por otro lado, tenía un sentimiento negativo hacia el mismo.

      Desde nuestra más tierna infancia, todos hemos escuchado numerosas frases asociadas a la supuesta cara negativa del dinero: «el dinero no da la felicidad», «el dinero no nace de los árboles, hay que trabajar muy duro para conseguirlo», «el dinero separa familias», «el dinero es la raíz de todos los males», «el dinero corrompe»... Disponemos por ende de mil y una creencias que nos limitan y un sinfín de conceptos negativos que nos han inculcado desde una edad temprana, lo que irremediablemente nos puede haber condicionado de antemano.

      ¿Qué significa esto? Pues que no contamos con las mejores cartas para empezar la partida, ¿verdad? Por lo tanto, el primer paso es tomar conciencia de nuestra situación actual y poner nuestro contador a cero. Acto seguido, es necesario desaprender todo lo negativo aprendido para coger esa nueva baraja sin las cartas marcadas y poder jugar la mejor partida jamás orquestada.

      Volviendo a mi situación, pocas conversaciones tuve de pequeño con mi padre, porque en aquella época, la verdad, no se dialogaba tanto con los hijos y quizá sí había más órdenes. Se me ha quedado grabada la siguiente frase: «Cuando seas padre, comerás huevos». Aquí acababan todas las discusiones y, si no, también estaba la zapatilla por si te había quedado algún tipo de duda.

      Con relación al dinero, mi padre tenía dos perspectivas conforme a sus creencias. Sus dos caras fundamentales: el dinero limpio y el dinero sucio.

      El dinero limpio y honrado tenía que venir al cien por cien del trabajo, esfuerzo y sudor de tu frente.

      El dinero sucio o deshonesto era aquel que se ganaba rápidamente, sin sacrificio.

      Seguramente mis padres no tendrán toda la culpa, ya que sus padres y los padres de sus padres les transmitieron el mismo mensaje, como aquel anillo o joya que pasas de generación en generación con la mejor intención. Pero el que algo siempre se haya hecho de determinada forma no significa que sea siempre lo correcto.

      Centrémonos ahora en los pensamientos positivos sobre el dinero. Con el dinero puedes ayudar a la familia, colaborar con las personas más necesitadas, conocer mundo, mejorar tu alimentación, mejorar tu estado físico mediante el deporte, conseguir seguridad económica, disfrutar de mil y una experiencias, etcétera.

      Como todos sabemos, aparte de alcanzar el ansiado dinero, otro asunto no menos importante se refiere a la capacidad para poder retenerlo. Hay ciertas personas que, de un modo u otro, están o se encuentran conectadas con el dinero. Son capaces de atraerlo, pero, de la misma forma que les llega, lo queman o malgastan. Este tipo de personas acaba frecuentemente con sus bolsillos vacíos, llegando incluso a acumular deudas. Es decir, son personas que poseen una alta capacidad para generar dinero, lo cual es muy importante, pero no la tienen para retenerlo. En este sentido, da igual lo que ganen, que de una forma u otra la mayor parte del tiempo estarán en números rojos.

      La expresión de «tanto tengo, tanto gasto» se suele aplicar aquí a rajatabla. Cuántos de nosotros, en un momento de nuestra vida, hemos dicho: «Si tuviera un tanto por ciento más de dinero en mi poder, se acabarían mis problemas».

      Curiosamente, con un cambio de trabajo, una subida de sueldo, incluso un dinero extra de una herencia, la situación de incremento monetario se produce, pero otra vez volvemos a gastar conforme a este nuevo estatus alcanzado. Con lo cual, el simple hecho de tener más dinero, si no lo canalizamos de forma correcta, nos dejará sin remedio en la misma mala situación en la cual nos encontrábamos.

      Por otro lado, hay que aprender a amar el dinero, pero desde una forma honesta y transparente; si queremos dinero simplemente por llevarle la contraria a alguien, por odio o algo similar, no nos hará sentir felices. Igual situación ocurre cuando, por ejemplo, le dices a tu hijo: «No hagas esto» o «totalmente prohibido». Solo por curiosidad o por llevarte la contraria, ¡es lo primero que hace! El hecho de que te prohíban algo suscita una mayor curiosidad por saber qué hay detrás de ello.

      En este momento, y para que vayamos avanzando en la materia, debo introducir un nuevo concepto que me parece muy interesante: la antropomorfia.

      Aunque suene un tanto raro, paso a detallarte. La antropomorfia es el principio que permite pensar en el dinero como si fuera una persona. Puedes ponerle sexo, edad, vestimenta, imaginarte cómo se ve y cómo se comporta e incluso ponerle un nombre. ¡Piensa en él como si fuera un amigo!

      También existe el concepto generalizado de que quizá no hay dinero para todas las personas de este mundo o que cada uno de nosotros solo debe optar a una pequeña porción del mismo porque es lo que nos corresponde. Déjame decirte que esta es una creencia totalmente incorrecta. Nos encontramos