DANIELA CASTRO FALCONÍ

Ética y práctica en Psicología Clínica


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pequeño grupo de colegas decidimos convocar a nuestros pares a una pequeña reunión en la cual se planteó la problemática y la necesidad de realizar un conversatorio alrededor de la ética en la práctica psicológica.

      Realizamos este conversatorio en la Universidad Católica del Ecuador, institución en la cual nos habíamos formado muchos años atrás. Al finalizarlo, en medio de las conclusiones y debate que tuvo un auditorio con bastante convocatoria, se nos planteó la posibilidad de proponer una investigación a la PUCE con la colaboración de docentes de la Escuela de Filosofía y de la Facultad de Psicología, con el liderazgo de Ruth Gordillo desde Filosofía y Daniela Castro desde Psicología.

      El equipo de investigación se conformó finalmente y empezamos la investigación bajo los parámetros que la Universidad Católica nos solicitó. Cabe recalcar que iniciamos las discusiones, propuesta y trabajo un año antes de que la PUCE nos otorgara el visto bueno para arrancar con la investigación. Durante ese tiempo tuvimos largas y profundas discusiones acerca de la postura desde la cual haríamos la investigación, sobre el acuerdo consensuado de realizar un trabajo reflexivo que no concluya en la creación de un Código de Ética, ya que, si bien ese trabajo es importante para nuestra realidad en Ecuador, nos parece que el aporte desde la academia indiscutiblemente debe abrir preguntas y reflexiones, antes que obturar, censurar o cerrar a través de una propuesta normativa.

      Es de esta manera, que construimos la herramienta metodológica para dar inicio a la investigación, situación que no fue nada sencilla, dado que el campo de la ética, así como de la práctica psicológica en medio de una relación terapeuta-paciente, no solo es compleja, singular, sino que está acompañada de muchas subjetividades. Es por ello que nuestros colegas encargados de la metodología, con apoyo del resto del equipo, tuvieron un arduo trabajo, mismo que desembocó en los instrumentos que utilizamos y en los resultados que ustedes podrán leer a continuación, sobre los cuales reflexionamos previamente a la realización de la “guía ética”, que es otro de nuestros productos desprendido de este trabajo.

      Dentro del trabajo investigativo, optamos por invitar a varios profesionales reconocidos en el medio académico, además del de la práctica, para enriquecer la discusión con conferencias y debates, situación que generó mucho interés, tanto dentro como fuera de la PUCE.

      Como parte de este esfuerzo inicial realizado por el equipo de investigación que consta de psicólogos clínicos con especialización en psicología social, politología, psicoanálisis y docencia, además de filosofía, obtuvimos el contacto e interés de otros grupos de investigación internacionales sobre ética en la práctica psicológica, quienes a su vez nos han compartido sus experiencias y con quienes nos hemos enriquecido en un intercambio que tan solo inicia, y pensamos que puede continuar dentro de un marco internacional en América Latina. La realidad de América Latina requiere de reflexiones propias de nuestro entorno, más allá de contar con las valiosas herramientas bibliográficas que existen al respecto de consideraciones éticas, códigos deontológicos, entre otros, de diversas partes del mundo.

      Finalizamos esta fase de la investigación con esta publicación, además del lanzamiento en medios de comunicación de una campaña que trabaja en los imaginarios sociales existentes en Ecuador sobre nuestro oficio, los derechos de los pacientes, así como la divulgación de información acerca de las distinciones necesarias que toda persona debe conocer antes de acudir a un proceso terapéutico.

      ¿Cuál es el contexto de la formulación del proyecto?

      a. Delimitación del campo de la psicoterapia y psicología clínica: estatuto de la psicología clínica y psicoterapia

      El gran ámbito de la discusión sobre el estatuto de la ciencia, que por razones históricas alcanza a la Psicología, ha tenido, en las últimas cinco décadas, una importante producción tanto académica como de instituciones e instancias administrativas, jurídicas y productivas. Todas las tesis que sobre este tema se han trabajado, suponen una relación indisoluble entre el conocimiento científico y los complejos procesos de producción; sin embargo, la naturaleza de la relación se define en la medida que la ciencia permite operar de forma exitosa en el mundo. Las preguntas fundamentales se dirigen sobre quién opera, cuáles son los medios y cuáles los fines. Sin desconocer los aportes de la ciencia en el campo del mejoramiento de las condiciones de vida de los individuos, resulta vital responder a las cuestiones señaladas; es, es las respuestas, donde aparecerán las condiciones, no académicas, desde las cuales se definen los límites de la ciencia.

      En el caso de la Psicología y de las disciplinas a ella vinculadas, esto es de la psicología clínica y de la psicoterapia, la pertinencia de abordar la delimitación de la ciencia, es, de suyo, determinante para entender el contexto de formulación de este proyecto. ¿Qué criterios se necesitan para este abordaje? Al menos dos; el primero se refiere a las condiciones desde las que se formulan las hipótesis sobre la naturaleza del conocimiento científico, en este caso, del conocimiento que la Psicología, considerada como ciencia, sostiene; el segundo, remite a la comprensión del objeto del conocimiento que, desde la Psicología, se constituye.

      Primera cuestión, ¿quién opera [hace práctica] en el mundo [con los sujetos] en el caso de la Psicología y de las disciplinas vinculadas a ella [psicología clínica, psicoterapia]? La respuesta no es simple; podría decirse que son “los psicólogos”, es decir, quienes tienen el conocimiento necesario en el campo de la Psicología; sin embargo, detrás de “el conocimiento necesario”, aparecen múltiples preguntas elaboradas desde varias posturas teóricas; podría recortarse el recorrido por esta variedad de posturas si se señala que, históricamente, el conocimiento válido es el que proviene de la ciencia y que esta está definida en el contexto del neo positivismo, heredero de una tradición epistemológica fuerte, aún hoy vigente. Si se asume esta definición, el peligro, también históricamente anunciado, respecto del reduccionismo y del naturalismo subyacentes, harían caer cualquier respuesta a la cuestión al inicio del párrafo planteada. Parece más atinado decir que, “el conocimiento necesario”, es, por decirlo de alguna manera, distinto o más amplio que el conocimiento de la ciencia. No cabe sostener que hay varios tipos de conocimiento científico, eso sí, sería un desatino. De todos modos, ¿cómo definir qué significa “distinto” o “más amplio” en el campo del conocimiento de los psicólogos para legitimar su práctica [operación en el mundo]? La legitimación, en el marco de este proyecto, es significativamente relevante puesto que se propone un documento que actúe como guía de la práctica de la psicología clínica y de la psicoterapia; no hay que olvidar que la ética parece dentro de la misma formulación del tema.

      Segunda cuestión, ¿cuáles son los medios para efectuar tal operación [práctica]? En términos rigurosos la respuesta a esta cuestión sería, los procedimientos señalados en la teoría. ¿Qué teoría? Solamente la Psicología como ciencia da cuenta de tres o cuatro grandes corrientes en las que se insertan una cada vez más creciente variedad de concepciones. Por otro lado, si se habla de teoría, ¿el término remite a la concepción de “teoría científica”? O, en el orden de los señalado en la primera cuestión, ¿hay teorías que no son científicas?, ¿cuáles? y ¿qué características poseen? Es innegable que hay teorías en la filosofía, por ejemplo, y la filosofía no es una ciencia. ¿Quiere decir que es posible pensar en la Psicología como saber no científico?; si la respuesta es afirmativa, entonces, ¿cuáles serían los criterios para legitimar un saber que supone una práctica con sujetos? Esto lleva a dilucidar los medios, o formas que serían apropiadas para dicha práctica. En términos generales podría hablarse de “la constitución de un espacio adecuado” para ejercer dicha práctica. Esta forma de decir del espacio, todavía puede caber tanto a varias teorías de la Psicología que se definen como científicas, cuanto a otras que reniegan de serlo, por ejemplo: el psicoanálisis. Por tanto, el problema de los medios todavía está