Carmen Gloria Fenieux y

Sexo y psicoanálisis


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de lo que acontece en el encuentro, en la relación, podemos decir, la capacidad metafórica con la que se experimento el encuentro con el objeto parcial dependiente de la capacidad de juego o capacidad metafórica materna y su capacidad de supervivencia condiciona la riqueza del goce en el encuentro amoroso.

      Como en la canción el ritmo latino, el “devórame otra vez” se da en una dimensión de juego, que permite tomar al otro como objeto y devorarlo en el juego erótico a la vez que permite amarlo en el sentido de respetar su alteridad.

      Nos podemos preguntar si a la capacidad metafórica como capacidad de juego en el psiquismo siempre la ha de acompañar una mayor capacidad de juego erótico. La capacidad metafórica y su creatividad pueden o no trasladarse de la capacidad del juego al juego erótico, dependiendo de los avatares edípicos e identificatorios además de la experiencia de supervivencia del objeto .

       Si los efectos de seducción de la madre se dieron dentro del marco de la neurosis, o sea, si se pudo establecer una adecuada represión primaria frente al despertar del deseo y su apetencia pulsional se podrá utilizar las defensas neuróticas, la postergación como defensa obsesiva, la evitación como defensa en la fobia y la insatisfacción como defensa en la histeria.

      En la posición perversa el juego debe ser fijo, estereotipado, rutinario, hay una mayor rigidez en la fetichización. Se reniega la dependencia y se pasa al dominio sobre el otro. Podemos pensar que se colapsa el juego en tanto capacidad de variación, Winnicott lo conceptualiza como patologización de la transicionalidad.

      Lazo libidinal: discurso epocal y la vergüenza de amar y de enamorarse

      Freud diferencia entre retracción de la libido a la fantasía con conservación de libido objetal y retracción narcisista donde la libido se desliga del objeto y retorna al yo.

       Winnicott plantea la escisión como una defensa primaria que acontece en los tiempos presubjetivos de la dependencia primaria. Podemos entenderla como una desligación libidinal aun mayor a la que planteaba Freud. Dado que en esta escisión la retracción se daría en tiempos previos a la constitución del yo, de la discriminación yo no-yo, de ahí que la retracción deviene escisión. Podríamos pensar que se conservaría el mínimo lazo para la supervivencia, pero toda la pasión y el erotismo contenido en el verdadero self, quedarían excluidos del acoplamiento inicial con la madre como objeto parcial. Esto lo podemos ver en la patología de falso self.

      Winnicott desde su enfoque que contempla las vicisitudes de la dependencia –hacia la independencia- concibe el enamoramiento como reedición en otro nivel de la dependencia amorosa ante la salida de la dependencia con los padres.

      Discurso social, escisión y lazo libidinal

      Winnicott sostiene que el indicador clínico de la escisión primaria es el sentimiento de futilidad, un “no sentirse vivo”, expresión de una imposibilidad de creer y confiar como secuela de los fallos de sostenimiento primario. Estas vicisitudes inciden en los lazos libidinales, inciden en la capacidad y en la calidad amorosa de los lazos libidinales. Por otra parte, desde distintos campos de conocimiento se piensa a cerca de los efectos del discurso social actual regido por la lógica del mercado en la subjetividad contemporánea. Estar a merced de las fluctuaciones del mercado nos convierte en mercancía. Somos, sí somos “capital humano”, somos “recursos humanos”, productores y/o consumidores. Esto afecta una condición fundamental en la constitución del narcisismo. El ser visto en la singularidad , el ser investido, el ser “his majesty the baby” en el deseo del Otro, el ser “amado tal cual se es” (Winnicott), condición de poder creer y confiar en que “tengo un lugar en el mundo”, en el deseo del Otro. Winnicott se refiere a los fallos primarios como un “dejar caer”, un quedar a merced de angustias inconcebibles ante el déficit de identificación sensible materno.

      Desde el discurso social reencontramos estos fallos de sostenimiento, esta amenaza de ser “dejado caer”, ser descartable, en el terreno laboral ante la invalidez que nos torna prescindibles, el paradigma lo podemos encontrar en el drama de los refugiados hoy. Ser dejado caer ante la indiferencia del OTRO: Atender a esta dimensión de los efectos del discurso social, de su maltrato social nos permite revalorizar el valor del trato al paciente en el tratamiento (Winnicott). Es un modo de hacer diferencia en transferencia como modo de desnaturalizar los tratos y maltratos contemporáneos. Un modo de relanzar la ilusión de que es posible el ser visto por el otro un modo de incitar a investir al objeto.

      Podríamos pensar que la lógica representada por el poder que adquiere “la empresa” su lógica mercantil, la lógica del mercado neoliberal promueve angustia de desamparo (Freud) como fenómeno epocal. Y que la exposición a la angustia de desamparo promueve la escisión como defensa en la subjetividad contemporánea. Con Winnicott sabemos que la escisión primaria responde a esta exposición. Defensa de escisión, que lleva a la desensibilización que impide la empatía y aleja de la investidura libidinal objetal. Podemos pensar que estas son condiciones desde el entorno social que pueden incitar a la desligación afectiva. Respecto del amor, invitar a la valorización fálica del objeto en el sentido de valorar lo que hay que tener para cotizar en el mercado. Las nuevas tecnologías pueden ser utilizadas para exhibir la cantidad de amigos y de conquistas, para exhibirse y no desaparecer. La ansiedad de ser visto y no desaparecer pueden incrementarse reactivando vivencias de desinvestidura súbita. Una amplificación de recursos para desplegar la competencia, el ser visto en el mercado, que siempre existió pero que hoy se amplifica, produce fenómenos que también pueden perturbar la necesidad de iniciar el duelo cuando se termina una relación, son recursos tentadores que reactivan lo imaginario según Barthes, por ejemplo mirar el facebook del ex, ver con quien está, si existe mi foto o la bajó.

      No es lo mismo vivir en épocas de amor romántico donde existieron epidemias de suicidios, o en épocas donde se exalta la independencia, el consumo, y existen las realidades virtuales. Depende de la posición subjetiva que una mayor independencia libere de la endogamia familiar y permita enamorarse, o se transforme en una incitación a la soledad y al aislamiento de los “selfies”. Bajo la fachada de la independencia, debemos prestar atención en la clínica a estas cuestiones, a lo sentimental en términos de Barthes. Sabemos que la oferta erótica, el negocio de la prostitución y sobre todo el de la droga, forman parte de los juegos de poder que también incitan la desligazón afectiva y el ejercicio de una erótica fetichista, y que esto tiene mayor incidencia en los sectores más vulnerables o en los momentos vulnerables como lo son el dolor del desengaño amoroso. Internet permite múltiples despliegues del autoerotismo , del sexo virtual. Facebook puede dar cuenta de la búsqueda del raiting “amoroso”, puede brindar múltiples recursos para establecer nuevos lazos libidinales, promover encuentros y reencuentros relanzando el amor, la amistad y brindando nuevos espacios transicionales. Vale la pena estar advertidos de las ventajas y riesgos del “estar comunicados” por whatsapp.

      Una película Argentina

      “Medianeras” es la historia de Mariana, Martin y la ciudad. Los dos viven en la misma manzana, uno frente al otro, en diferentes edificios, pero no pueden encontrarse. Sus caminos se cruzan sin saber el uno del otro. Ella sube una escalera y él la baja. El monta en un autobús y ella se apea. Coinciden en el videoclub pero les divide una estantería de películas. Se sientan en la misma fila del cine pero la sala está a oscuras. La ciudad les une y a la vez les separa.

      Película argentina que muestra el aislamiento y el refugio en la tecnología, y la dificultad para el encuentro a la vez que demuestra como la tecnología puede ser herramienta de encuentro. Serían las medianeras, metáforas de un individualismo que separa de lo comunitario que pueden reforzar la escisión , y facilitar escindir la satisfacción pulsional de la investidura libidinal con el objeto ¿Modalidades actuales de defensa frente al riesgo amoroso?

      Como analistas podemos ampliar la escucha y el registro de la incidencia del discurso epocal en la subjetividad contemporánea. En la era de la comunicación y de la cultura digital encontrar maneras de que se sostenga la dimensión del encuentro. Encuentro con el cuerpo del otro y su dimensión erótica y sensible, encuentro vivo con el otro. El estar comunicados puede tornarse en nuevas modalidades de adicción que obturan el intervalo,