Matilde Bolaño García

Tecnologías educativas para la inclusión


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uso del celular u otro dispositivo electrónico en casa o en actividades sociales y de integración familiar? ¿Colocar en la casa carteles que promuevan las buenas prácticas sobre el uso de tales dispositivos electrónicos? ¿Reglamentar sanciones para quienes excedan los límites establecidos? La reflexión queda a consideración de todos.

      Por otra parte, los avances de la tecnología y la ciencia han afectado directamente la salud de los ciudadanos; un caso que podemos mencionar es la producción de alimentos en los que los conservantes se hacen necesarios para prolongar su vida útil. Los conservantes son sustancias utilizadas como agregado alimentario, ya sea de origen natural o artificial, que detienen o minimizan el deterioro causado por la presencia de bacterias, mohos y levaduras, entre otros microorganismos; algunos alimentos requieren el uso de conservantes o simplemente la utilización de conservación como, por ejemplo, la congelación. El interrogante para considerar sería: ¿qué efectos causan los conservantes alimenticios en la salud del ser humano a corto, mediano o largo plazo?

      Hacia una alfabetización científica y tecnológica

      Es fundamental enfatizar en la implementación de una educación científico-tecnológica si hacemos parte de un mundo colmado de productos y artefactos modernos. La Unesco (1994) expresa que la alfabetización científica y tecnológica supone la dotación de recursos para el acceso al conocimiento, extendiéndose a todo el mundo. Así, los Estados deben garantizar la accesibilidad al conocimiento y transparencia de la actividad científica, alumbrados por la responsabilidad de que la ciencia no solo se hace en la sociedad, sino que es para la sociedad.

      Parece contradictorio, pero estudios recientes como el de Gil et al. (2005) muestran que el panorama en torno a la propiciación de la ciencia en educación resulta alarmante. Dicen en su investigación que la didáctica de las ciencias ha mostrado reiteradamente el grave fracaso escolar, así como la falta de interés e incluso rechazo que generan las materias científicas. Estos autores indican la poca acogida que ha tenido el accionar científico en los procesos académicos. Esto indica una radiografía donde se hace pertinente una alfabetización científica.

      De igual forma, se hace necesaria una reorientación expresada en estrategias para promover la alfabetización científica mitigando el rechazo, enfocada desde el currículo en áreas integradas como ciencia, tecnología y sociedad. Esto hace parte activa de la cultura general en las nuevas sociedades modernas y democráticas, propiciando la responsabilidad crítica y el interés por el estudio de las ciencias y las tecnologías. Garritz (1994) señala 11 características de las ciencias y tecnologías en el proceso educativo:

      1.La identificación de problemas sociales de relevancia para los estudiantes, local o globalmente.

      2.La implementación de recursos locales (humanos y materiales) para la identificación de información útil en la resolución de un problema.

      3.Investigación estudiantil orientada a la resolución de problemas cotidianos.

      4.La resignificación del aprendizaje más allá del aula.

      5.El impacto individual de la tecnología y la ciencia percibido por el estudiante.

      6.La relevancia que tienen los contenidos académicos en su vida académica, profesional y personal.

      7.El énfasis en la importancia de las habilidades que se desarrollan en el proceso, con el fin de resolver sus propios problemas.

      8.La relevancia de la promoción de las carreras científicas y técnicas.

      9.La vinculación de estudiantes en acciones concretas que favorecen la solución de los problemas de su comunidad.

      10.La caracterización de medios para el impacto de la ciencia y la tecnología en el futuro de la sociedad.

      11.La estimulación a la autonomía del estudiante en el aprendizaje.

      Finalmente, es evidente la necesidad de orientar la tecnología, la innovación y la ciencia hacia la conformación de un modelo más reflexivo, responsable y fructífero para la inclusión y la competitividad social, económica y política de Colombia, tomando como eje de desarrollo el paradigma del conocimiento, teniendo muy presente que las sociedades industrializadas y globalizadas evolucionan a un ritmo vertiginoso.

      El currículo como medio para fortalecer los procesos formativos

      La construcción del currículo debe obedecer a una perspectiva, si se quiere profética, de lo que se espera lograr con los educandos, por lo cual el docente requiere conocer muy bien los lineamientos del MEN y el contexto de su comunidad, para así adaptar las estrategias y actividades a las características de sus estudiantes, y no lo contrario, que sean los estudiantes quienes deban adaptarse a las estrategias del docente (ver la ilustración 2).

      Ilustración 2. Las TIC en el currículo escolar

      Fuente: Elaboración propia.

      Es decir, el docente estará formado e informado de los procesos que se vienen llevando a cabo con los educandos para poder en cierta medida garantizar aprendizajes significativos en los y las estudiantes; un currículo donde los procesos sean continuados. Por ejemplo, que se articule coherentemente un grado con el siguiente, recordando siempre el propósito preestablecido para cada nivel. En Colombia, existen los estándares por niveles de grados, donde se indica lo que precisan saber cómo mínimo todos los estudiantes del país, y, con base en ese parámetro nacional, se evalúan todas las instituciones. Esto es algo un poco enigmático, porque en el interior del país existen regiones divididas en subregiones que forman diferentes comunidades, donde cada una cuenta con particularidades diferentes. Por ello, en el momento de evaluar los desempeños de los escolares, deben examinarse factores como su cultura, su lengua y su ubicación geográfica. ¿Puede usarse el currículo como medio para fortalecer el aprendizaje y la cualificación académica? En efecto, el currículo es la mejor manera para lograr que las sociedades se desarrollen y alcancen mejores niveles de calidad de vida para sus ciudadanos. Para esto, los docentes deben elaborar y desarrollar currículos que apunten a ese propósito, haciéndose necesario atender a políticas, culturas y prácticas más inclusivas, lo cual abordaremos más adelante.

      Ahora bien, haciendo énfasis en el currículo integral, uno de los aspectos con más carencia en esta nueva época son los valores, requiriendo una relación directa con las bases teóricas y prácticas para la transformación social. Generalmente, la ruptura familiar ha originado una inestabilidad emocional acompañada de una nula orientación y vigilancia tecnológica. Seguramente, ello redundará en el uso inadecuado de la tecnología y un rendimiento escolar poco satisfactorio (Parra Logroño, 2020).

      Por tal motivo, se abordará una de las tendencias, no solo educativas sino culturales y sociales de la actualidad: las TIC y la necesidad de vincularlas eficientemente en este proceso educativo.

      En el curso del tiempo surgen nuevos modelos que traen como resultado avances y mejoras a nivel educativo. A continuación, se hablará del modelo disciplinar y el modelo integral. El modelo tradicional está basado en contenidos orientados bajo una asignatura y que excluyen por completo el aprendizaje fuera del aula; en este modelo no hay un aprendizaje significativo o situado, los alumnos aprenden de los contenidos dados por los docentes, pero no son guiados al aprendizaje a través de las experiencias. Por tal razón, comienza a tomar auge, aun con los fundamentos del modelo tradicional, la globalización curricular propia del modelo disciplinar, el cual es el que predomina hoy día en las escuelas; este modelo es caracterizado por la rigidez del tradicional, por el currículo y los contenidos tomados del texto, los cuales deben ser abordados por el profesor en el aula de clases.

      Siendo sus bases tan similares a las del modelo tradicional y en busca de óptimos resultados, se fundamenta el modelo integral, el cual da un giro a la educación. Este aparece bajo el nombre de modelo integrador, caracterizado por actividades que van enfocadas al contenido, que tienen en cuenta las capacidades,