Liliana Aguilera

El libro púrpura de las mujeres extraordinarias


Скачать книгу

Identifico y hablo de lo que me sucede. Reconozco cómo me siento y qué necesito: cuidarme y atenderme

      Reconozco que ya no puedo sola con la situación. ¿Qué haré para sentirme mejor? ¿Qué sí puedo hacer por mí? ¿Qué es lo que siento?

      • Hoy sé que mi tristeza o enojo están ahí y, más allá de culparme o de culpar a alguien más, busco cómo sentirme mejor y asumir la responsabilidad de mi vida.

      • Sé que el miedo, la angustia, la ansiedad, la ira, la tristeza, la culpa o cualquiera de esas emociones se encuentran dentro de mí y que hoy son las que me han traído hasta aquí para tener el coraje de buscar ayuda y salir adelante.

      • Estoy decidida a encontrar la calma que se halla en mi interior. Comienzo a buscar conectar conmigo a través de mi respiración. Aprendo a estar en el presente, en él estoy a salvo. El pasado me sirve para enfrentar decisiones, y desde el aquí y el ahora construyo mi futuro.

      • Aceptar que callo o guardo cosas es un paso importante. ¿Qué tanto he callado? ¿Lo he ocultado por el qué dirán? ¿Por vergüenza? ¿Por culpa? Al final, liberarme me hará sentir mejor; aquello que guardo y que me duele se queda en mi interior. El paso que daré es para liberar toda emoción que esté ahí lastimando mi ser. El decirlo no cambiará mi realidad, aunque sí mi ser. Y a partir de hoy me ocuparé de mí misma.

       Tal vez en la infancia o en la adolescencia no se ocuparon de mí como yo hubiera querido o como necesitaba. Hoy decido ocuparme de mí misma y eso implica dejar de estar en el lugar de la víctima. Hoy asumo el sitio de la protagonista de mi vida.

      • Busco ayuda. ¡Sí, la requiero! Busco ayuda profesional para manejar mis emociones, una psicóloga, un psicólogo, un psiquiatra, la Red de Mujeres Púrpura o lo que decida, pero busco ayuda y me comprometo a ser constante. Busco ayuda gratuita en las instituciones públicas o sociales.

      • Soy constante en el Grupo de Mujeres Púrpura, el trabajo en mi persona es prioritario.

      • Hago consciencia de que todo es temporal, pasajero. Decido construir algo mejor para mí.

       El buscar ayuda no me hace débil, al contrario, me fortalece saber que no estoy sola y que puedo decir lo que siento.

      Es imprescindible en este primer paso renunciar al miedo, tomarlo en mis manos y enfrentarlo, no paralizarme. Avanzaré hacia un camino incandescente, con más luz para mí. Esto implicará dejar de caminar con algunas de las personas que han «acompañado» mi camino hasta ahora.

      • Por último, en este paso de buscar ayuda, renuncio a lo que los demás piensen y opinen de mí, no busco la aprobación de los demás, solamente la mía.

      Tal vez me he sentido vulnerable a causa de alguna relación y eso no me hace débil, me hace humana. Ahora sé que mi estado natural es la alegría y busco conectarme con ella, busco conectarme con mi tranquilidad, busco conectarme con mi paz integral.

      • Convertirme en la observadora de mi vida me permitirá ver la película que estoy haciendo de mí, para de este modo poder redirigirla hacia donde yo quiero.

      • Decido volverme más consciente. El estado de consciencia es aquel en el que estoy realmente atenta a lo que sucede en mi vida sin taparme los ojos, sin cubrir mis oídos y sin desgastarme de más en las situaciones conflictivas. Seré mi propia observadora.

       Si observo de forma consciente, si reconozco claramente lo que siento, si lo hablo abiertamente, si busco ayuda, si tomo decisiones, mi vida cambiará para mi mayor y más alto bien.

image

       Yo decido atenderme a mí misma, conocerme, aceptarme, creer en mí, amarme, saberme valiosa, saberme importante, ser mi prioridad. Nadie absolutamente nadie pasa por encima de mí

       El comienzo de un cambio para sentirme mejor se basa en mi autoconcepto y mi autoestima

      Si no me respeto ni me valoro, los demás me tratarán igual. Si me respeto, no permitiré que alguien me agreda de ninguna forma y ese alguien lo sabrá. La autoestima implica ser coherente conmigo misma y con los demás. Si me siento sola es porque no estoy conectada conmigo. Mi más grande compañía y el primer amor de mi vida soy yo.

      • Hoy tengo la oportunidad de conocerme a mí misma y, por lo tanto, de cambiar mi vida.

      • Hoy decido cambiar mis creencias y mis emociones para cambiar mi vida.

       Lo importante es elevar mi consciencia, identificar cómo me siento y sobre eso construir.

      A las mujeres nos han educado de modo que nos ubiquemos en el segundo o en el último lugar «por amor». Primero nuestros hijos, primero nuestros padres, primero nuestros hermanos, primero nuestra pareja, primero los demás. Nos han enseñado que «el amor todo lo puede» y hoy reconozco que no tengo que poder con todo, que tengo límites, entre ellos protegerme, cuidarme y hacerme cargo de mi felicidad.

      ¿Cuáles son esos límites que no estoy dispuesta a ceder? Esos que he cedido y que me causan malestar.

      La cuestión es que debemos vernos a nosotras mismas de otra manera, como nuestra prioridad. Siempre he pensado que cuando en la familia educas con amor a una niña y trabajas en su autoconcepto y autoestima, será muy difícil que ella tenga una pareja no saludable. Su amor propio será tan grande e inmenso que no permitirá que alguien le pase por encima. Sin embargo, si no está cultivado el amor propio, la probabilidad de estancarse será mayor.

      Comencemos por ponernos en primer lugar. Algunas formas de hacerlo pueden ser las siguientes:

      • No me aíslo, permanezco en contacto con mi Grupo de Mujeres Púrpura apoyándonos unas a las otras, sin juzgar, sin criticar. Me apoyo en ellas cuando siento que todo lo malo regresa, que vuelvo a retroceder.

      • Busco una actividad que me guste, que disfruto o disfrutaba hacer.

      • Leo las lecturas semanales del Grupo de la Red Púrpura.

      • Establezco mis límites personales. Hoy me pregunto: ¿Qué necesito y todavía no me he dado por esperar a que mi pareja me lo dé?

      • ¿Qué puedo hacer para proveerme de eso que necesito y deseo?

      No quiere decir que con tu pareja no desees disfrutar lindos momentos, pero primero debes aprender a dártelos tú misma. Si esa persona desea vivirlos contigo ¡qué mejor! Sin embargo, si no es así tú sabrás qué quieres para ti. ¡Bienvenida a la decisión de amarte a ti misma y proveerte de lo que necesitas en todos los aspectos! De esta manera no estarás con alguien por necesidad, ni para cubrir carencias en ningún sentido. Te quedarás únicamente porque te sientes muy bien estando con esa persona y porque la pasas muy bien a su lado, con su compañía.

       Mi valor no depende del valor que me da alguien más, sino del valor que me doy yo misma.

      • Siento que no me falta nada y, si me falta, yo misma me lo proveo.

      ¿Qué tanto me conozco? ¿Cuál es mi perspectiva de la vida? ¿Cómo respondo quién soy sin contestar mencionando en dónde trabajo y, en caso de ser madre, sin hablar de mi maternidad? ¿Quién es esa mujer que vive en mí?

      Ahora entraremos al terreno de las creencias y los estereotipos,