Madrigal-Pérez
Mauricio Luna-Galván
Iván Vargas-Chaves
Anna María Franco-Gantiva
Retos de la academia en materia de cambio climático
Adriana Sánchez
Acnur | Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados |
ALC | América Latina y el Caribe |
APP | Asociaciones público-privadas |
Cepal | Comisión Económica para América Latina y el Caribe |
CMNUCC | Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático |
Conaldef | Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación y otros Crímenes Ambientales Asociados |
Conpes | Consejo Nacional de Política Económica y Social |
COP | Conferencia de las Partes (de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) |
DNP | Departamento Nacional de Planeación |
ECDBC | Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono |
EICDGB | Estrategia Integral de Control a la Deforestación y Gestión de los Bosques |
EIECC | Estudio de Impactos Económicos del Cambio Climático |
EIRD | Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas |
FAO | Siglas en inglés de Food and Agriculture Organization of the United Nations (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) |
Farc-EP | Antes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (hoy Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) |
GEI | Gases de efecto invernadero |
GtCO2e | gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente |
I + D | Investigación y desarrollo |
Ideam | Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales |
IPCC | Siglas en inglés de Intergovernmental Panel on Climate Change (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) |
MDL | Mecanismo de Desarrollo Limpio |
MRV | Monitoreo, reporte y verificación |
NDC | Siglas en inglés de nationally determined contributions (contribuciones determinadas a nivel nacional) |
OCDE | Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico |
ODS | Objetivos de Desarrollo Sostenible |
OIM | Organización Internacional para las Migraciones |
OTCA | Organización del Tratado de Cooperación Amazónica |
PDET | Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial |
PIB | producto interno bruto |
PNACC | Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático |
PNCC | Política Nacional de Cambio Climático |
PNUMA | Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente |
POD | Plan de Ordenamiento Departamental |
POT | Plan de Ordenamiento Territorial |
REDD | Siglas en inglés de reducing emissions from deforestation and forest degradation (reducción de las emisiones de la deforestación y la degradación de bosques) |
REM | Siglas en inglés de reducing emissions from deforestation and forest degradation early movers (movimientos tempranos para la reducción de las emisiones de la deforestación y la degradación de bosques) |
Sisclima | Sistema Nacional de Cambio Climático |
UNGRD | Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres |
UNU-EHS | Siglas en inglés de United Nations University-Institute for Environment and Human Security (Instituto del Medio Ambiente y Seguridad Humana de la Universidad de las Naciones Unidas) |
WWF | Siglas en inglés de World Wildlife Fund (Fondo Mundial para la Naturaleza) |
Retos para enfrentar el cambio climático en Colombia
Gloria Amparo Rodríguez*
Los problemas derivados del cambio climático1 se han convertido en una cuestión de vida o muerte debido a sus potenciales efectos devastadores. Las universidades y, en general, todos los sectores de la academia desempeñan un papel clave en el diseño y ejecución de medidas de adaptación y mitigación de dichos problemas. Sin embargo, es evidente que, pese a la importancia del tema, la investigación sigue siendo escasa y este sector apenas empieza a ajustar su ruta de navegación en aras de aportar al debate y establecer la forma como puede proponer, desde las diversas disciplinas, instrumentos para enfrentar esta situación.
El cambio climático se ha convertido, por lo demás, en una prioridad de los Gobiernos de todo el mundo y, en este contexto, el papel que deben desempeñar los centros de estudio se erige como pilar de las estrategias que estos asumen de forma individual o colectiva. Por ejemplo, en la 21.a Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 (COP21), se resaltó el hecho de que hay mucho por mejorar respecto a las acciones de las instituciones de educación en la implementación del Acuerdo de París2.
El trabajo tanto de la educación como de la investigación consiste en explicar, desde las ciencias aplicadas o exactas, las consecuencias del cambio climático y sus efectos adversos, lo cual exige, además, adoptar un enfoque integral e integrador sobre las diversas aproximaciones correctivas, preventivas y de intervención sobre cualquier impacto social, económico o ambiental que este genere, a partir de estrategias pedagógicas para lograr la resiliencia y la sostenibilidad.
Desde el sector educativo se deben aportar elementos de educación e investigación dado que las consecuencias del cambio climático que afectan a la población son diversas. Entre ellas se encuentra el aumento de la temperatura a nivel mundial, el calentamiento del mar, un mayor nivel de los océanos, el descongelamiento de las capas de nieve y hielo, además de las variaciones de las precipitaciones y las modificaciones extremas de los fenómenos meteorológicos. Estos cambios en los sistemas naturales contribuyen a que se agudice la inestabilidad de los terrenos y los movimientos de tierras, así como la alteración de la calidad del agua dulce, los niveles de oxígeno y las transformaciones en los sistemas agrícolas y forestales (Useros, 2013).
Además de los impactos del cambio climático mencionados, está el relacionado con la seguridad alimentaria, que si bien no se analizará en esta obra, toda vez que se hará en una próxima publicación, podemos anotar que la crisis climática y sus manifestaciones en la modificación de las temperaturas, precipitaciones y vientos innegablemente tienen influencias negativas en la producción agrícola y, en consecuencia, en los medios de vida de las personas cuyo sustento se basa en esta actividad, y quienes, de hecho, se encuentran en un mayor estado de vulnerabilidad. Las sequías, tormentas e inundaciones constituyen amenazas a las que nos enfrentamos todos los seres humanos y que pone en peligro la sobrevivencia de los trabajadores agrícolas, lo que hace necesario el fortalecimiento de su capacidad de resiliencia, de anticipación y recuperación eficiente y sostenible ante los desastres naturales (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 2018).
Con un enfoque particular, las corporaciones educativas en todo el mundo empiezan a responder de forma positiva a esta necesidad, desde cambios en los contenidos de enseñanza, redefinición de ejes en materia de investigación hasta soluciones dentro de los campus, con inversiones en infraestructura física y despliegue de actividades de concientización dirigidas a toda la comunidad educativa.
En todo caso, no deja de ser pertinente mantener un llamado de atención a todas las instituciones para que, de forma interdisciplinaria, aborden los desafíos que prevalecen en este ámbito. Más allá de los planes