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El derecho ya no es lo que era


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publicó un artículo titulado «Empresas gigantes por encima de los estados» en el que se afirmaba que las 50 mayores empresas del mundo tenían un potencial económico mayor que los 150 estados más pobres. Ese texto resultó clave para darse cuenta del enorme poder político «privado»14 acumulado por las compañías y la imposibilidad de muchos estados de ejercer un poder soberano sobre ellas. Los acuerdos entre empresas y estados parecían más bien fruto de negociaciones diplomáticas que imposiciones unilaterales por parte del detentador del «monopolio de la violencia». Parte de este poder político privado se transmutaría en público como veremos al analizar las nuevas formas de regulación. Si el poder de las empresas individuales se agigantó, la capacidad de las empresas transnacionales de imponer su voluntad cuando actúan de consuno se volvió irresistible. La expresión más documentada de este poder conjunto fue la presión de las empresas multinacionales estadounidenses y europeas que condujo a la aprobación de los acuerdos ADPIC (Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio) en defensa de la propiedad intelectual en 199415. Por esta razón, Juan Ramón Capella incluye el poder estratégico conjunto de las transnacionales como uno de los nodos del «soberano supraestatal difuso»16.

      3. LA FINANCIARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA

      Los bancos comerciales y las actividades que realizan constituyen la parte del sector financiero con la que la población en general tiene un contacto más directo y en la que se suele pensar cuando se habla de economía financiera. Hay, sin embargo, muchos otros tipos de operaciones distintas de la toma de depósitos y la concesión de préstamos, así como otras clases de entidades que se inscriben dentro del sector financiero y que son diferentes de los bancos comerciales. Entre estas actividades se encuentran la participación en emisiones de valores y la prestación de servicios relacionados con las mismas (tareas propias de los bancos de inversión), la gestión de carteras individuales y colectivas, la suscripción y colocación de seguros, el cambio de divisas, la emisión y administración de tarjetas de crédito o la concesión de avales, entre otras.

      3.1. Concepto de «financiarización»

      La financiarización de la economía consiste, cuando menos, en dos cosas: el predominio de los intereses del capital financiero sobre los de cualquier otro agente económico y el sometimiento del estado, las empresas no financieras y las economías familiares a la lógica financiera. Esta preponderancia del capital financiero se manifiesta con mucha claridad en el caso de EE UU: en primer lugar, se puede constatar una gran diferencia entre la rentabilidad (y tasa de beneficio) de las empresas financieras y las no financieras en favor de las primeras. En segundo lugar, el porcentaje de los beneficios de las entidades financieras en relación con el total de las ganancias empresariales ha ido creciendo constantemente a medida que avanzaba la globalización. En tercer lugar, las empresas no financieras han obtenido mayores beneficios de sus operaciones financieras que de las propiamente productivas. Puede constatarse también que el volumen de los activos financieros ha crecido de forma exponencial hasta alcanzar dimensiones inusitadas en relación con la economía real o productiva.

      3.2. Las bases del poder financiero

      Tres de los elementos en los que se basa el incremento de poder del sector financiero son los procesos de desregulación, informatización y cientifización que ha experimentado el mundo de las finanzas.

      La actividad de los bancos y demás instituciones financieras se ha desregulado durante el proceso de globalización, es decir, han disminuido las restricciones que les imponía la ley y se han relajado o vuelto inoperantes los mecanismos de control de su actividad. Esta relajación de la regulación ha aumentado el margen de maniobra de las entidades financieras y ha facilitado la circulación de capitales por todo lo largo y ancho del mundo. Es especialmente relevante la difuminación de la distinción entre la banca de depósitos y la de inversión, así como la aparición en escena de numerosas entidades financieras que no son legalmente bancos por lo que no se encuentran sometidas a los controles que afectan a estos.

      La eliminación o atenuación