El director artístico lo era Evaristo Vélez López, que por sus facultades pudo haber llegado a ser actor de fama si se hubiese dedicado con ahinco al arte lírico-escénico.
Entre las muchas obras nuevas que se dieron a conocer, figuró la zarzuela en un acto, de asunto nativo, titulada "El 12 de Mayo", letra del Lcdo. Don Antonio Moreno Calderón y música del autor de estas anotaciones, circunstancia por la que nos abstenemos de hacer un solo comentario.
La Gira Artística, fué muy aplaudida no tan sólo por el público de San Juan, si que también por los de Ponce, Mayagüez y otros de la Isla, viniendo a probar, que hay de sobra elementos en Puerto Rico para, con buena dirección, atender a muchas de las manifestaciones del arte.
Desde 1905, empezaron a organizarse bandas escolares en algunos pueblos de la Isla, siendo sufragados los gastos por las Juntas Escolares y en algunos pueblos, mitad por ellas y la otra mitad por los municipios. Durante algún tiempo el Departamento de Instrucción autorizaba el pago de los profesores y por lo tanto, el funcionamiento de dichas bandas durante todo el año natural, pero en 1910, el Auditor de Puerto Rico, pasó una orden al Comisionado de Instrucción notificándole, que, para los efectos de la legalidad en los pagos de las Juntas, los profesores de música solamente podían ejercer, como tales, durante el año escolar.
Esta anómala orden trajo como secuela, la desorganización constante de dichas bandas, pues durante los tres meses de vacaciones, que es cuando el maestro puede disponer de mayor tiempo para la enseñanza, los alumnos, se quedan sin lecciones y hasta sin prácticas de los instrumentos, ya que al cesar el curso, son recogidos los mismos, cesando para el profesor todas las obligaciones. Si a ésto añadimos los cambios constantes en el personal de las bandas, así como en el de los directores, es lógico deducir, que resulta completamente nula la enseñanza musical que se dá en las referidas bandas cuyo objetivo o finalidades son, más recreativas que de instrucción.
Lo mismo ocurre con la enseñanza de música en los grados escolares, pues a pesar de que se ha aumentado el número de preceptores de música y hay una inspectora general para aquella, los resultados aun no han podido apreciarse satisfactoriamente. Consideramos que si con el dinero que se invierte en profesores de música y directores de bandas, se crease una verdadera escuela de música completamente separada de la instrucción general, se daría un verdadero paso de avance en pro del arte musical.
En 1911, 16 de febrero, el Municipio de San Juan creó la banda de bomberos que, dirigida por el Profesor Tizol e integrada por veinte y dos instrumentistas, tuvo que ser disuelta, porque según el revisor de cuentas municipales, previa consulta que hiciera al Auditor de Puerto Rico, el gasto era ilegal por no estar de acuerdo con los preceptos de la Ley Municipal entonces vigente.
Con la implantación en 1900 del gobierno civil, coincidió la creación del regimiento de infantería de Puerto Rico, al que dotaron de banda de música, que dirigida los primeros meses por un profesor americano, desde el 14 de junio de 1901 lo fué, y es en la actualidad, por el joven compositor utuadeño Don Luís R. Miranda.
Dicha banda está constituída por 23 músicos con el siguiente reparto instrumental: 1 flautín, 1 requinto, 5 clarinetes, 1 fagote, 2 saxofones, 5 cornetines, 2 barítonos, 3 onóvenes, 3 trombones, 2 bastuvas, 1 helicón, 1 bombo, platillo y caja-redoblante.
La pericia del Director, la delicada atención que presta al estudio de las obras que interpreta la banda, la selección de los programas, y la conciencia artística que revela el conjunto, han hecho que el público la aplauda donde quiera que hace acto de presencia.
El 11 de enero de 1909 debutaba en San Juan un Octeto, organizado por el profesor Tizol Marquez, que vino a llenar la necesidad que había de un núcleo orquestal, propio para amenizar veladas, banquetes, recepciones y demás actos similares. El octeto estaba constituído así: Violín solista, Julián Andino; 1° señora Luisa Lecompte; 2os. Domingo Andino y Sergio Lecompte, Jr.; Viola, Sergio Lecompte Aspurúa; Cello, Francisco Rooms; Contrabajo, Manuel Tizol Marquez; Flauta, Rafael Márquez; Oboe, Andrés Fernández y Piano acompañante, Joaquín A. Burset. La selección del personal, pues eran los mejores instrumentistas de la capital, así como la habilidad del Director y el esmero en la confección y ejecución de los programas, cautivando al público, les proporcionó gran cosecha de aplausos y beneficios, ya que era la orquesta preferida para todos los actos sociales de mayor resonancia.
Modificada, por la Legislatura Insular, la Ley Municipal, para que, entre otras cosas, pudiesen los municipios consignar en los presupuestos ordinarios, partidas que cubriesen los gastos de academias o bandas de música, el 1º de julio de 1913 fué restablecida la de Bomberos de San Juan, así, como las Municipales de otros pueblos. La de San Juan fué nuevamente encargado de dirigirla el profesor Tizol, quien le dió la organización siguiente: 1 flautín, 2 flautas, 2 oboes, 1 requinto, 11 clarinetes, 2 fagotes, 5 saxofones, 1 fliscorno, 3 cornetines, 1 tromba, 1 trompa, 3 altos, 3 trombones, 3 bombardinos, 1 helicón, 1 bastuba, 2 bajos, 2 violoncellos, 2 contrabajos de 4 cuerdas, y batería completa. La banda dá dos conciertos semanales en la Plaza Baldorioty y asiste a todos los actos públicos del municipio. El esmero con que últimamente selecciona e interpreta las obras, dando preferencia a las de los clásicos, la permite ser calificada, merecidamente, como una de las mejores de las antillas.
En octubre de 1913 inauguró el citado señor Tizol, que está considerado como un gran organizador, una sociedad de conciertos que, a juzgar por las revistas que hiciera la prensa de San Juan, pues no pudimos oirla, constituyó una nota de progreso artístico.
También, hace más de tres años, viene celebrando mensualmente selectas audiciones musicales, otra sociedad denominada Club Armónico, integrada por buenos artistas, en su mayor parte dilettantes, que con una constancia digna de encomio y gran fervor artístico, se reunen todas las noches en el salón Apolo, para estudiar, minuciosamente, las obras que han de ser ejecutadas en el concierto mensual, prescrito por los reglamentos de la institución.
La sociedad no tiene ningún objetivo de lucro sino únicamente, el de practicar el culto de la música entre los asociados, de los que, un gran número son americanos.
El Club comprende dos secciones, la orquesta de conciertos y la de mandolinas; ambas alternan en los programas de las audiciones. La dirección artística la asume el jefe de la banda de música del regimiento, Don Luís R. Miranda, y como sustituto, el maestro Don Justo Pastor Torres, hábil violinista y concertador, mejicano.
Esta sociedad, está considerada como una de las más altas manifestaciones de cultura artística, que pueden registrarse durante el período de tiempo que relatamos.
Hace poco más de un año, que el Consejo de "San Juan", de los Caballeros de Colón organizó un Orfeón con más de 20 voces, para solemnizar todos los actos de la orden.
Dicho Orfeón, modesto al nacer, pero integrado por buenas voces y entusiastas cultivadores de la música, actualmente se está reconstituyendo con carácter autónomo, pero siempre bajo los auspicios del Consejo, con el fin de darle mayor amplitud. Lo dirige el citado maestro Pastor Torres, y está llamado a registrarse como una gran nota de progreso en los anales del arte portorriqueño.
Como manifestación artística, aunque de carácter privado, debemos anotar un cuarteto vocal con acompañamiento de piano, que se reune todos los miércoles por la noche en la morada del culto caballero suizo, Mr. George Villard, director de los ferrocarriles de Puerto Rico. El cuarteto lo forman: Mr. Villard, 1er. Tenor; D. Miguel Gorbea, 2o. tenor; D. Luís Zubiaurre y D. Luís Esparolini, barítonos; D. Evaristo Vélez, bajo y el pianista, graduado en la academia musical de Lenox, Mass., EE. UU., D. Juan O'Neill López. La música que interpretan, es de la mas selecta dentro del género clásico.
Fuera de San Juan, en las demás poblaciones de la isla, el arte decae considerablemente.
A pesar de los esfuerzos hechos por el maestro Chavier, la Liga Progresista y los profesores Pasarell, Pericás y Cruz, en Ponce, si exceptuamos el certámen que en noviembre de 1913 organizara la referida Liga, y otro convocado en 1914 por la sociedad de escritores y artistas.15 Desde la muerte de Campos no se ha constituído ninguna otra orquesta de conciertos como "La Lira Ponceña". Solamente subsiste la antigua banda de Bomberos dirigida