de ese carácter negativo de los hechizos en general. Hay que tener en cuenta que un hechizo actúa directamente sobre otra persona, en beneficio del egocentrismo de otra, y la víctima no elige, mejor dicho, no se defiende porque no sabe lo que le está pasando. Así pues, aunque de amor, los hechizos de este tipo también están regidos por el mal, por lo tanto, también son negativos. A pesar de que nombrarlos no porporciona ninguna información práctica a los lectores (quiero decir, con ello, que no se va a enseñar ninguna brujería), merece la pena explicar algunos de ellos para averiguar qué tipo de pensamiento hay bajo tales hechizos.
Los elementos utilizados para tales hechizos están cargados de mensajes sexuales; la sangre menstrual es básica para conseguir el amor de un hombre, y en el caso de querer obtener el amor de una mujer el esperma será la materia prima para el hechizo. También servirán los pelos o el sudor. El lazo es el símbolo más típico y tópico del amor. Un ejemplo de ello es el hechizo que consiste en enrollar tres cabellos, uniéndolos con tres gotas de sangre sacadas del dedo anular izquierdo, el dedo del matrimonio, el de la «verdad». Todo ello se coloca en una botellita, y se mantiene entre los senos durante nueve días y nueve noches; después, se le da al hombre amado un medallón o colgante. En los hechizos de amor, la principal finalidad del encantamiento se basa en el envío, en el plano físico, de sustancias, símbolos, imágenes que, por correspondencia vibratoria, crean una resonancia en el plano anímico.
En los atados se utiliza preferentemente la imagen del corazón. Quien quiere atar a otra persona dibuja dos corazones superpuestos, uno de ellos dirigido hacia arriba (el masculino), y el otro vuelto hacia abajo (el femenino). En los hechizos de amor son muy utilizados los lazos. Las cuerdas a unir son dos: una representa al hombre y otra a la mujer. El nudo se estrecha, de un modo oculto, en presencia de la pareja. Se actúa con otra técnica durante siete días consecutivos: cada día se hace un nudo, pensando de este modo enlazar a la persona amada. Es mejor iniciar el encantamiento en viernes, el día dedicado a Venus, y por tanto al amor, y utilizar un lazo de color rojo, el color de la pasión.
Otros encantamientos se basan en la atracción, pues del mismo modo que el imán atrae al hierro, puede atraer a la persona amada. La tradición popular aconseja a quien busca el amor que lleve encima un imán, o bien que construya un verdadero atado, haciendo incidir sobre dos imanes los nombres de la pareja, y uniéndolos en viernes. De este modo, también se unen simbólicamente los corazones.
En los ligados de amor se utilizan asimismo las fotografías. Se ponen en un sobre las de las dos personas que forman la pareja, vueltas una hacia otra, y se une alguna parte de sus cuerpos, como por ejemplo los cabellos. Se coloca el sobre en un lugar oscuro, y cada noche deben enviarse pensamientos de amor hacia la persona que se desea atar.
Otro importante ingrediente de los atados de amor lo constituyen las hierbas, que la mayoría de las veces son suministradas en los alimentos.
Por último nos queda la denominada atadura del huevo. Se toma un huevo fecundado; en la parte terminada en punta se escribe el nombre del hombre, y sobre la parte más redonda el de la mujer. Después, se tiene en la mano izquierda (la del corazón) hasta que alcance la temperatura corpórea. Al mismo tiempo se envían intensos pensamientos de amor hacia la pareja. Después, se coloca el huevo en el propio dormitorio, en un lugar oscuro, y en el ángulo dirigido hacia la casa del amado. En esta ligazón el huevo representa el acto fecundante (pues es una célula), que cataliza los pensamientos de amor proyectándolos hacia la pareja.
Vistos los hechizos de amor, vayamos a ver de qué manera se puede frenar un hechizo o, mejor dicho, hacer que el hechizo no llegue a su fin, es decir, a someter a la víctima. Los que no quieran enamorarse de alguien que les está hechizando, tomen nota de este apartado. El efecto que origina un estado de hechicería en el atacante, provocado por la víctima, recibe el nombre de contrahechizo. Hay tres tipos de contrahechizo: el efecto boomerang, el contrahechizo de disgregación y el contrahechizo de absorción. El primero es involuntario (parecido al mal de ojo) y se caracteriza por el hecho de que el atacante recibe todo aquello que había planeado para la víctima, automáticamente; en este contrahechizo la víctima no recibe ningún mal. El segundo no es tan simple. Exige la dirección de un buen mago, que no hechicero, porque se trata de enviar una energía opuesta al atacante, de forma que es necesario saber «qué cantidad de energía negativa ha sido enviada», a la par que hay que lograr que el método que se emplee para el contrahechizo sea meramente de defensa y no de «contraataque». El último de ellos es el que se caracteriza por el uso de cristales y piedras preciosas que son unos muy buenos absorbentes de la energía negativa; más adelante, cuando hablemos de la protección hacia los hechizos explicaremos de qué se trata.
La limpieza de los utensilios utilizados para los hechizos recibe el nombre de neutralización. En ocasiones, los hechizos son realizados con posesiones de las víctimas, por lo que estas deben liberarlas de la energía negativa que hay impregnada en ellas. Los objetos utilizados para el hechizo reciben el nombre de frutos que con la neutralización vuelven a un estado normal. El profano en la materia, para llevar a cabo la neutralización, deberá mojarse las manos en agua salada y untarse las yemas de los dedos con cera blanca antes de tocar cualquiera de los frutos; después deberá envolver todos los frutos en papel negro. El experto tendrá suficiente con un talismán protector.
Vampirismo
El vampirismo es un tema que está muy atado a la hechicería y a la magia; en seguida veremos por qué. Lo que es cierto es que el vampirismo existe, aunque no de la forma que la literatura y el cine nos los han presentado, es decir, como hombres con unos largos colmillos que persiguen a la gente en las noches de luna llena para morderles el cuello y exprimirles hasta la última gota de su sangre. Los médicos han diagnosticado una enfermedad que se caracteriza por la falta de sangre y la necesidad de continuas transfusiones a las personas que la sufren; tal enfermedad recibe el nombre de hematodipsia. De todas formas, volviendo a la leyenda popular, hay que tener en cuenta que el vampirismo se puede entender como el abuso de unas personas a otras, del dominio de unas personas sobre otras y, de hecho, la sangre es el símbolo más conocido y tópico del alma, la sangre se entiende, en vampirismo, como símbolo vital.
Pero para tratar el tema de la hechicería y los males de ojo, hay que fijarse con más hincapié en el significado implícito de vampirismo, esto es, en la absorción que ejerce una persona sobre otra. El mismo canibalismo es una forma de vampirismo, puesto que no se come a los hombres con finalidad nutritiva, sino para adquirir las cualidades del individuo. Por tanto, el canibalismo es una forma de homeopatía, con la que, por la asimilación de la carne de una persona, se cree poder adquirir todas las cualidades, fuerzas y conocimientos. Este ritual era utilizado en las tribus salvajes, en donde el jefe era devorado, tras su muerte, por los habitantes del poblado, que creían poder tener de este modo todos sus conocimientos.
En la Antigüedad, se utilizaban técnicas muy particulares para alejar la vejez, la más común de las cuales era la de hacer el amor con jóvenes vírgenes, para nutrirse de su fuerza vital. Una costumbre medieval consistía en que el padre del esposo tenía derecho a la primera noche de bodas.
Los hebreos y los sirios se bañaban en la sangre de los jóvenes para recuperar la juventud, y chupaban leche mezclada con sangre de jóvenes o con sangre de los senos de las jóvenes esclavas nodrizas. Durante la luna llena, chupaban directamente la sangre de los jóvenes esclavos, y después comían perejil con azúcar como afrodisíaco. También comían la médula de los osos jóvenes y los testículos de los tigres, para poder de este modo asimilar su fuerza.
En el año 1400, se realizó una transfusión de sangre al papa Inocencio VIII, que estaba a punto de morir. Un médico dijo poder hacer inmortal al Papa inyectando en sus venas sangre de joven. Fueron desangrados tres muchachos, que murieron para proporcionar la sangre necesaria, pero el Papa también murió, por incompatibilidad de los grupos sanguíneos.
El vampiro hechicero es el que se alimenta de las energías de los demás. Los vampiros más comunes son las personas mayores, los abuelos, y los espíritus de los muertos, que se resisten a aceptar la muerte y exprimen la energía de personas más jóvenes que ellos, en el primer caso, vivas, en el segundo, porque tanto en un caso como en el otro, les sirve para creer que evitan su destino. Ha habido casos de esquizofrenia, que no han resultado ser tales, sino que se trataba de