bola de luz antes de soplar hacia fuera como un pequeño estelar. No le sorprendió este fenómeno ... haber visto las cosas más impactantes que una nube de rayos. Lo que le llamó la atención fue que seguÃa pasando en el mismo lugar.
¿Qué estoy haciendo aquÃ? Preguntó a la estatua de la sacerdotisa que se parecÃa mucho a ella, sabiendo que no recibirÃa una respuesta. Las nubes enojadas de la tempestad que se acercaba no habÃan llegado tan lejos y la luz de la luna brillaba como si estuviera poniendo de relieve el santuario virginal.
Kyoko se acercó, examinando el extraordinario detalle de la estatua y preguntándose por la centésima vez. Eran casi exactamente iguales ... ella y la estatua ... pero habÃa sido tallada hace más de mil años en este mundo ... no el suyo. ¿Una vez más, se preguntó quién podrÃa haberlo puesto y por qué? ¿Cómo podrÃa tallarse algo con una cara que nadie habÃa conocido o visto antes de su creación?
Kyoko suspiró otra vez preguntándose qué estaba haciendo. Era casi medianoche y le habÃa dicho a los guardianes que no volverÃa hasta la mañana. Pero mientras estaba acostada en su cama blanda, en su mundo relativamente seguro, no podÃa dormir debido a un sexto sentido que le decÃa que las cosas iban a cambiar. Si esos cambios eran para bien o para mal, no podÃa decir ... y los sueños del enemigo no estaban ayudando.
Sus pensamientos giraron entre el cristal del corazón guardián y el talismán destrozado que se habÃa convertido. Como siempre, sus ensueños y pesadillas pasaron por el guardián que ella nunca habÃa pedido, y los demonios peligrosos que trajeron con ellos.
Sus pensamientos se volvieron instantáneamente hacia Hyakuhei, su enemigo. No podÃa entender cómo alguien tan sorprendentemente hermoso podÃa ser tan cruel y peligroso. Kyoko vio otro destello de rayo en el cielo a lo lejos. Ella arqueó una ceja recordándose a sà misma que las miradas podÃan engañar.
Hermoso o no ... como un rayo, Hyakuhei era muy peligroso. SabÃa que mientras Hyakuhei recogÃa trozos del talismán disperso, se volvió mucho más fuerte ... aunque era muy poderoso para empezar. Ãl ya tenÃa la habilidad de tomar a los demonios débiles y bajos en sà mismo y prosperar en su poder oscuro. También podrÃa liberar ese poder con efectos devastadores cuando llegara el momento ... como en la batalla.
Con una habilidad como esa ... ¿por qué se molestarÃa con el Corazón de Cristal del Guardián? ¿Qué tendrÃa que ganar reuniendo el talismán? ¿Realmente creÃa que ganarÃa todo lo que deseaba una vez que estuviera completo y en su poder? Una vez más, éstas eran preguntas que sólo conducÃan a más preguntas y secretos que nunca se querÃa conocer.
Kyoko miró los ojos de piedra de la doncella preguntándose qué secretos tenÃa. Alzando la mano, tocó la mejilla de mármol con suavidad y preguntó: -Hyakuhei parece casi imparable incluso sin la ayuda de los talismanes, asà que ¿por qué está tratando de encontrarlos? El silencio fue su respuesta.
Al darse cuenta de que estaba de nuevo hablando con un objeto de piedra, Kyoko cerró la boca para que guardara sus pensamientos para sà misma. "Vaya, realmente necesito amigos," murmuró. Bajando la mano, volvió la espalda al santuario que la transportó entre mundos.
Reanudando sus pensamientos, se mordió el labio inferior mientras imaginaba al enemigo dentro de su mente. Como Hyakuhei ganó más del talismán disperso, se volvió más peligroso para tratar. Si alguna vez ganó todas las piezas del talismán, entonces podrÃa romper la barrera entre el demonio y el mundo humano. Esta fue la verdadera respuesta a su pregunta.
Si eso sucediera, ni el mundo serÃa capaz de detener su obsesión mortal con el poder de la oscuridad. -No dejaré que eso suceda, ¿sabes? Sus hombros cayeron con el peso de mantener esa promesa.
Su mente volvió al sueño que habÃa tenido hace menos de una hora ... el mismo sueño que la dejó en sudor frÃo y se levantó en su cama. Los sonidos y los sentimientos del sueño habÃan sido tan reales que ella podrÃa haber jurado que habÃa estado realmente allÃ. Era como si estuviera viendo todo suceder y sintiéndolo al mismo tiempo.
"Pero eso es imposible ... ¿verdad?" Miró hacia la estatua mientras el recuerdo del sueño volvÃa a atormentarla. Hyakuhei la habÃa capturado en su sueño y aunque ella lo habÃa luchado ... ¿realmente tenÃa una oportunidad?
Kyoko parpadeó esperando que el recuerdo del sueño pronto desapareciera. No querÃa sentir el temor de que supiera que vendrÃa con la visión que se acercaba a una pesadilla. Al ver la estatua de soltera mirándola fijamente, se le ocurrió a ella. Si realmente habÃa sucedido en el pasado o era verdaderamente el recuerdo de un sueño ... todavÃa era un recuerdo en el sentido más completo de la palabra.
Ella sintió que las imágenes chocaban contra ella, haciéndola sentir como un venado atrapado en los faros. Sus ojos se cerraron de nuevo como si el destino exigiera que lo recordara todo ... incluso recordando los pensamientos del enemigo. Esta vez no fueron las mismas visiones que la anterior.
En el sueño, habÃa atravesado El corazón del tiempo. Pero en lugar de que los guardianes estuvieran allà esperando por ella, habÃa sido el enemigo ... Hyakuhei. Mientras se volvÃa para huir de regreso
La manera en que habÃa venido, él habÃa alcanzado y agarró su muñeca en un apretón de hierro para detener su vuelo. No importaba cuánto luchara por alejarse de él ... parecÃa que cuanto más luchaba, más se acercaba.
Ãl alcanzó su otra mano y agarró su barbilla para elevar su mirada asustada a la suya y ella dejó de luchar en el momento en que sus ojos se cerraron. En lugar de los frÃos ojos negros del enemigo, ella miraba los cálidos ojos marrones.
"Bienvenido de vuelta," susurró Hyakuhei suavemente justo cuando sus labios descendÃan sobre los de ella.
Kyoko se pellizcó tan fuerte que la hizo saltar y el ensueño llegó a una parada repentina como si hubiera apagado un interruptor. ¿Estaban los sueños y las pesadillas tratando de advertirle de algún destino desconocido o si ya habÃa ocurrido y le estaba recordando el error? De cualquier manera, esperaba que la próxima vez que cerrara los ojos para dormir ... no tendrÃa sueño.
"¿Besando a Hyakuhei ...â ella puso sus manos en sus caderas como si se enseñoreara, âqué en el mundo está pasando a través de su chica de la mente?" Se sentÃa como una traidora por decirlo en voz alta. "Eso es ... es casi tan malo como besar a Kyou por llorar en voz alta." Ella sonrió burlonamente ante la comparación, aunque no era tan gracioso.
-La falta de sueño te lo hará a ti -murmuró ella todavÃa. -También hace que uno tenga conversaciones con ellos -continuó antes de suspirar en la derrota. Necesito unas vacaciones.
Sin embargo, a pesar de sus desvarÃos vocales, la imagen mental de besar a Kyou saltó a la vanguardia de su mente y no se irÃa. Una ráfaga de calor viajó desde la parte superior de su cabeza hasta las puntas de los dedos de los pies. Se preguntó de dónde habÃan venido esos pensamientos. Una vez más, la imagen salió de la nada y ella hizo un esfuerzo casi fÃsico para empujarla hacia abajo.
Con un escalofrÃo sin respeto, la mente de Kyoko hizo un boomerang de vuelta a los cinco hermanos que estaban predestinados a ser sus guardianes en este mundo peligroso ... o eso dijeron. Sus pensamientos se centraron por un momento en Kyou, el más antiguo y poderoso de los cinco hermanos. Kyou se presentó tan peligroso y enervante como su tÃo malo Hyakuhei.
Para todos, incluso para sus hermanos, Kyou era un enigma. Con la belleza de un arcángel, él ocultaba dentro de sà el poder de ayudar a destruir o curar este mundo lleno de demonios. Pero ella podÃa decir por su actitud frÃa