Bartolome Mitre

Rimas


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sentir, y por lo tanto de hacerse comprender en el lenguaje que le es peculiar. Cito los versos en que así lo da á entender, porque son admirables y dignos de un gran poeta:

      Y con acento suave

       Se queja una simple ave,

       Y en amorosa prision

       Así aliviarse pretende;

       Que al fin la queja se entiende

       Si se ignora la cancion.

      Pero dejando aparte esta profunda cuestion fisio-ornitológica; de lo que no hay duda es, que el verso precedió á la prosa, y sus mas antiguos monumentos así lo atestiguan. Esto se prueba con la historia de los tiempos primitivos.

      El Ejipto, cuna de la civilizacion del mundo, donde estudiaron la música Moises y Pytágoras, tuvo en su orígen cantos para todos los trabajos, calculados para reglar el movimiento de los trabajadores por médio del ritmo, pues sus habitantes como grandes observadores de la naturaleza habian descubierto ya el fenómeno fisiológico que se ha esplicado en nuestros dias, de como la música y las canciones hacen sobrellevar por mas largo tiempo la fatiga con menos cansancio del hombre. Este pueblo, que tenia sin duda el órgano de la simetría, y que sujetaba al ritmo hasta los trabajos de campo, las ceremonias religiosas y las revoluciones de los astros, no puede haber hablado en sus primeros tiempos otro lenguaje que el métrico; y aunque ni los Árabes ni los Griegos hagan mencion de sus poetas, esto no prueba que su modo de hablar dejase de ser cadencioso, como el de todos los pueblos primitivos pues de esto á lo que propiamente se llama poesía hay una gran distancia.

      Los primeros civilizadores de la Grecia fueron músicos y poetas. Los sacerdotes, los sábios los médicos los filósofos y los matemáticos, fueron los primeros poetas griegos.

      Anfion, por el poder irresistible de las armonías de su lira, segun cuenta la fábula, puso en movimiento las piedras y levantó los muros de la ciudad de Tebas.

      Orfeo, que hizo parte de la espedicion de los Argonautas, cuyo viage es tan cierto como el de Colon, domesticó á las fieras con los blandos sonidos de su lira, segun cuenta la misma fábula. Aun cuando pueda ponerse en duda este milagro y el de Anfion, ahí están sus Himnos de Iniciacion para comprobar que antes de que hubiese prosa hubo un poeta. Ahí están para mayor abundamiento los mitos y las poesías Índicas, anteriores á las leyendas y á los himnos de Orfeo.

      Homero y Hesiodo, su contemporáneo, que ennoblecieron el dialecto jónico, reasumieron en sus poemas toda la civilizacion de un mundo, concretaron todo un ciclo histórico, y ensanchando los límites del corazon y de la intelijencia, pusieron al hombre en relacion con todos los objetos de la naturaleza de que estaba rodeado.

      Solo ochocientos años despues de Orfeo, y cuatrocientos años despues de Homero y Hesiodo, apareció por primera vez la prosa en Grecia, en el año 600 (antes de J. C.) Segun algunos eruditos, el honor de esta invencion corresponde á un indio llamado Bidpai; segun otros, á un esclavo frigio llamado Lokman, que no falta quien diga que es el mismo Esopo. Plinio sostiene que la gloria de la prosa corresponde al filósofo Pherecydes, y á Cadmo de Mileto la de la historia. Otros piensan con Strabon que deba darse la prioridad á Cadmo. Ambas opiniones encontradas convienen empero en un punto, y es, que tanto la prosa de Cadmo como la de Pherecydes, su contemporáneo, eran todavia una imitacion del lenguaje poético, consistiendo toda su innovacion en romper la medida del verso.

      Pytágoras, la cabeza mas matemática que haya producido el mundo, sin escluir la de Pascal, continuó pensando en verso, y en verso continuó hablando á sus discípulos, que en sus Versos Dorados nos han transmitido las lecciones de aquel gran maestro y de su inmortal escuela.

      Hasta la época de Platon no se acreditó la prosa entre los filósofos griegos.

      Los latinos no conocieron la prosa sino 307 años despues de la fundacion de Roma, en que con motivo de una arenga pronunciada ante el Senado por Apio Caecus, para exitarlo á que no hiciera alianza con Pyrro, se introdujo el uso de este lenguage en la vida civil.

      Los Arabes no escribieron en prosa hasta el siglo VI de nuestra era, es decir, bajo la dominacion de Mahoma; y en Irlanda no se hizo uso de ella hasta el siglo XII.

      Basta lo dicho para demostrar que la poesía precedió á la prosa, y que esta no es otra cosa en realidad, que el verso roto y descompuesto ajustado á otra cadencia mas grave y menos vibrante.

      Aquí tiene Vd. como al descomponer los versos y ensartarlos unos tras otros, no ha hecho otra cosa que plagiar á los primitivos prosadores, repitiendo sin sospecharlo, uno de los pasos mas gigantescos que haya dado el lenguage universal, cual es la transicion del verso á la prosa.

      Pero lo que en los antiguos era un progreso, en Vd. es un retroceso; y para demostrarle claramente esto que parecerá una paradoja, necesito entrar en algunos detalles técnicos sobre la versificacion.

      En las edades primitivas era mas fácil hacer verso que prosa, porque el lenguage métrico era para el hombre lo que el canto para el pájaro, en razon de que, fundándose los idiomas primitivos sobre sonidos imitativos, eran mas sonoros, mas armoniosos, mas ricos en su pronunciacion, y todas sus palabras, á la manera de esas tres notas musicales que de cualquier modo que se combinen producen una melodía, de cualquier modo que se mezclasen, siempre daban por resultado un verso. Eran tambien, si así puede decirse, mas pintorescos, pues como lo observa un crítico español, "los sonidos prolongados mas bien que articulados, de que están llenas las lenguas salvages, parecen mas propios para conmover la imaginacion pintando, que para hablar al entendimiento definiendo." En tales idiomas, todo el artificio del verso—si es que artificio habia—consistia en la medida de las partes y en los tiempos de la pronunciacion. La inspiracion era todo: el verbo no se habia encerrado todavia—segun la espresion de Nodier—en el tubo de una pluma. Como entre los antiguos la música y la poesía estaban identificadas, pues segun dice Strabon, "hablar y cantar era lo mismo en otro tiempo", el ritmo gobernaba á la melodía. Cada sílaba tenia un sonido y una duracion determinada, y la division de las sílabas en largas y breves, habia asimilado completamente el ritmo poético al ritmo musical. Así es que en Grecia, el descubrimiento de un nuevo metro daba por resultado inmediato la invencion de una nueva música, y las escuelas musicales que conocemos con los nombres de dórica, lidia, frigia, jónica, y eólica, no estaban fundadas sino en la diversidad de metros, siendo los sonidos radicales exactamente los mismos. Cada verso estaba dividido en cierto número de compases, á que damos todavia el nombre de pies, y cuya pronunciacion, alternada dentro de tiempos iguales, producía la cadencia que venia á herir el oido periódicamente, cualquiera que fuese la diversidad de los sonidos. El movimiento alternado de las sílabas largas y breves ó vice-versa, y la combinacion armoniosa de los pies ó compases, era lo que producía la diversidad de metros, la cual fué prodijiosa entre los Griegos y Romanos. Debido sin duda á ese sentimiento de la armonía que se desarrollaba con el hombre, y que dejaba libre la imaginacion para remontar su vuelo, es que las edades primitivas hayan producido poetas tan sublimes como Homero y como Job, poetas que no serán igualados jamás, á menos que la humanidad no vuelva á encontrar la rica prosodia de los primeros tiempos.

      Hoy sucede todo lo contrario. Es mas fácil hablar y pensar en prosa, que cantar en verso, habiéndose multiplicado las dificultades de la versificacion, así por la complicacion del nuevo sistema métrico cuanto por las abstracciones de que las lenguas modernas se han impregnado, al absorver tantas ideas nuevas y complexas como han surgido de la mente humana. La rica prosodia de los idiomas onomatopéyicos ha desaparecido en los idiomas modernos, y con ellos el ritmo y la cadencia de la versificacion primitiva, falta que ha sido necesario suplir con la invencion del actual sistema métrico, cuyos recursos armónicos consisten en períodos musicales, marcados por consonantes ó asonantes, acentos y apoyaturas, arte completamente desconocido de los antiguos, por que esto era totalmente inútil, desde que el ritmo suplía ventajosamente la rima. Los provenzales fueron los primeros que se apercibieron de la dificultad de distinguir las sílabas en largas y breves, como lo hacían los antiguos, y los que á imitacion de los Arabes (á lo que parece) sacando partido de una lengua enérgicamente acentuada, combinaron hábilmente las acentuaciones haciéndolas alternar con las sílabas no acentuadas, y añadiendo