de construir bases para asegurar la equidad de la transacción comercial entre productor y consumidor, necesidad más apremiante cuando el consumidor es el final, el cual está prácticamente obligado a confiar en las declaraciones de los fabricantes, pues no posee la capacidad de verificarlas de manera eficiente; la asimetría en la información es menos acentuada cuando los actores de la transacción son industrias.
Las dificultades para implementar estas ideas cuando están involucradas tecnologías emergentes es el conocimiento incompleto acerca del tema. Para las nanotecnologías, las dificultades respecto a los nanomateriales manufacturados incluyen la falta de acuerdos para:
a) Identificarlos mediante un nombre.
b) Identificar sus características físicas y químicas relevantes.
c) Determinar los métodos de caracterización y medición correspondientes.
d) En su caso, emitir instrucciones y advertencias sobre su empleo o desecho.
e) Distinguir el nivel de información necesario para el usuario, que no comprometa los derechos de propiedad intelectual del productor.
Los normalizadores internacionales en la materia, la iso, inevitablemente han abordado el tema del etiquetado de productos con nanomateriales manufacturados destinados al consumidor final, en medio de intensos debates en los que afloran las prioridades de las economías orientadas a la competitividad de su industria y aquellas más comprometidas con la seguridad de sus sociedades. Después de algunos años de discusiones, se vislumbra que en breve, probablemente a fines de 2013, se emita un documento sobre el tema con el consenso de los interesados.
EFECTOS POTENCIALES EN LA SALUD Y EL AMBIENTE
Como en el desarrollo de toda tecnología emergente, aparecen en primer lugar los productos novedosos con implicaciones en muchos casos sorprendentes, y después viene el descubrimiento o predicción de efectos no intencionados, que en algunos casos se convierten en potenciales riesgos para la salud humana o para el ambiente. Mientras que los nanomateriales presentan posibilidades aparentemente ilimitadas, éstos tienen un nuevo reto para entender, predecir y administrar los riesgos potenciales a la salud y la seguridad para los trabajadores en las plantas de producción que ocupan nanomateriales.
Parece lógico que las economías den preferencia al desarrollo de productos novedosos que incrementan su competitividad y mejoren así sus economías, y después lleven a cabo lo necesario para evaluar los efectos indeseados de dichos productos, cuyo valor comercial no se expresa, pero repercute en la calidad de vida de la población.
No es tarea sencilla determinar con nitidez los efectos de los nanomateriales manufacturados; sin embargo, hay tendencias identificadas en algunos casos:
El National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) ha desarrollado una plan estratégico para investigar sobre varios aspectos de las nanotecnologías en salud y seguridad ocupacional. Después de un extenso estudio que se prolongó por varios años sobre los efectos del TiO2 —material usado ampliamente en las industrias de pinturas y barnices, cosméticos, plásticos, papel y alimentos (como agente blanqueador)—, el NIOSH ha considerado otros estudios sobre los efectos observados en los pulmones de las ratas que fueron dosificadas con dióxido de titanio ultrafino, concluyendo que debe considerarse el potencial carcinogénico de nanopartículas de TiO2 cuando los trabajadores están expuestos por inhalación a concentraciones promedio de 0.3 mg/m3 durante 10 horas al día en jornadas de trabajo de 40 horas semanales15 . Estos riesgos no se presentan cuando se trata de partículas de tamaños mayores, denominadas también partículas finas, lo que implica que el potencial carcinogénico no radica en la naturaleza química del material, sino en su tamaño, y más específicamente en la alta área superficial que presentan como nanopartículas.
Las nanopartículas de plata tienen efectos nocivos al exponer embriones de ciertas especies de peces a concentraciones de 0.5 mg/L por algunos días,16 hallazgo no sorpresivo en vista de su uso como biocida en desinfectantes.
Este asunto ha tomado muy alta relevancia para algunos gobiernos. A partir de la información confiable disponible, el de Dinamarca auspició un estudio amplio sobre los riesgos potenciales para la salud y el ambiente de nanomateriales con impacto potencial en la salud o ambiente en términos de la amplitud de su utilización en el país, la exposición de las personas a ellos, su potencial descarga directa al ambiente y su perfil toxicológico.17 Este estudio incluye fullerenos, dióxido de titanio, hierro cero-valente, dióxido de cerio, plata, nanoarcillas y dióxido de silicio. El estudio reconoce las limitaciones en general de la información disponible, sin embargo da cuenta de altos potenciales de exposición al ambiente y a las personas de fullerenos, nanopartículas de plata, de dióxido de titanio y de dióxido de silicio, cuando se utilizan como componentes de cosméticos y productos de cuidado personal.
Si bien en México no existe un esquema formal de la regulación sobre los riesgos de los productos nanotecnológicos para la salud y la seguridad, el marco legislativo prescribe como sujetas a regulación:18
Las características y/o especificaciones que deban reunir los productos y procesos cuando éstos puedan constituir un riesgo para la seguridad de las personas o dañar la salud humana, animal, vegetal, el medio ambiente general y laboral, o para la preservación de recursos naturales.
Las condiciones de salud, seguridad e higiene que deberán observarse en los centros de trabajo y otros centros públicos de reunión.
PRODUCCIÓN. MANEJO DE NANOMATERIALES EN AMBIENTES LABORALES
De particular importancia son los efectos en los operarios de los procesos de manufactura expuestos a nanomateriales manufacturados. En general, están sometidos a exposiciones mayores que el resto de la población, y dada la tendencia evidente a la expansión de las nanotecnologías, se esperaría un incremento sustantivo del número de operarios expuestos a los nanomateriales en pocos años.
El riesgo potencial a la salud de un nanomaterial manufacturado depende de múltiples factores que incluyen la toxicidad inherente de éste, su persistencia en el organismo, la magnitud y duración de la exposición y la vía de exposición. Tomando en cuenta estos factores, es claro que los riesgos asociados a un nanomaterial manufacturado no pueden estimarse como extrapolaciones de materiales de la misma naturaleza en cantidades macroscópicas.19
En cuanto a la persistencia, debe subrayarse que en algunos casos el organismo no tiene mecanismos para enfrentar la presencia de nanomateriales manufacturados y destruirlos o desecharlos, por lo que se acumulan y sus efectos se hacen evidentes a largo plazo.
Como se mencionó, los efectos de los nanomateriales son aún muy pobremente conocidos. En ambientes laborales la inhalación de nanoobjetos como vía de exposición es una de las más probables y frecuentes, por lo que su estudio ha propiciado algunos trabajos cuyos resultados indican que algunas nanopartículas pueden atravesar diversas barreras del organismo y acumularse en órganos como los pulmones, el cerebro, el hígado, la médula espinal y los huesos, causando efectos tóxicos de naturaleza pulmonar, cardiaca, reproductiva o renal.20
Tampoco hay claridad sobre el origen de la toxicidad de los nanomateriales manufacturados. En algunos casos puede deberse simplemente a su morfología; los nanotubos de carbono muestran efectos similares a las fibras de asbesto simplemente por la similitud de sus formas. En otros casos, los efectos se deben a las propiedades químicas de sus superficies, cuya actividad es proporcional a la superficie que el nanoobjeto presenta para posibles interacciones. En estos casos,