Francesc Bailón

Los Inuit


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el contrario, determinaba el nomadismo del grupo, que dependía de la presencia, abundancia y migración de este animal para su propia subsistencia.

      Los Iñupiat de la región norte de Alaska se dividían en dos grupos básicos: los Tareumiut o Tagiugmiut («pueblo de mar») y los Nunamiut («pueblo de tierra»). Ambos tenían una economía de subsistencia diferente motivada por la diversidad de recursos que existían en las dos áreas culturales. Los Tareumiut vivían en numerosas aldeas repartidas a lo largo de la costa y en la desembocadura de los ríos. Los Nunamiut habitaban en el interior.23 Existía una importante relación comercial entre ambos grupos, ya que les permitía acceder a recursos no habituales en su medio natural. Así los Nunamiut, dedicados enteramente a la caza del caribú, intercambiaban sus pieles para hacer las indumentarias por el aceite de grasa animal (para alimentar sus lámparas) que les proporcionaban los Tareumiut. Este trueque comercial solía realizarse en otoño en las desembocaduras de los ríos procedentes del interior, como es el caso del Colville.

      Dentro de las ceremonias tradicionales destaca la denominada Fiesta del Mensajero, Kivgiq o Kevgiq.24 Se practicaba en algunas áreas centrales de Alaska y entre los Yupiit y los Iñupiat, con las excepciones de la isla St. Lawrence y de las islas Diomedes. En este festejo, que se realizaba en invierno, las aldeas invitadas por el umialik competían para ver cuál era la que hacía más regalos. Se trataba de una ceremonia similar al Potlach,25 en la que el prestigio de cada pueblo o individuo estaba directamente relacionado con el nivel de derroche, e igualmente solía servir para el comercio entre socios y familiares, fruto de los enlaces matrimoniales, de los pueblos cercanos. En esta fiesta también se invertían, por ejemplo, las relaciones sociales normales entre hombre y mujer. Esto se hacía para demostrar a los espíritus de los animales que los cazadores estaban preparados para aceptarlos y recibirlos. Ese evento social y económico reforzaba el sentimiento de unidad cultural entre los participantes. En 1915, se celebró la última Fiesta del Mensajero. Ello se debió en parte a los esfuerzos de los misioneros por acabar con lo que consideraban como «prácticas paganas» y también debido a los enormes cambios sociales entre las comunidades Iñupiat y Yupiit. No fue hasta 1988 que volvió a realizarse un Kivgiq (participaron más de dos mil personas), con la intención de proporcionar a cada Iñupiaq una identidad cultural colectiva y mejorar el sentimiento de pertenencia a una etnia. Actualmente se celebra cada dos años y encarna la reapropiación del poder socio-económico de los Iñupiat, permitiéndoles seguir ligados a sus tradiciones ancestrales.26

      Aparte de la Fiesta del Mensajero, había otra ceremonia Iñupiaq muy importante que también se celebraba en el qalgi y conocida como Nalukataq. Este festival duraba tres días y se efectuaba para conmemorar los éxitos en la captura de las ballenas. Por lo general, se realizaba en junio, es decir cuando terminaba la temporada de caza de estos cetáceos, y el festival era organizado por los capitanes balleneros que más éxito habían tenido y por sus esposas. El fin era honrar a las ballenas que habían sido capturadas. La celebración del Nalukataq variaba de una comunidad a otra, y de un año a otro, dependiendo, en parte, de la cantidad de ballenas capturadas y de las tripulaciones. La ceremonia no se llevaba a cabo si no se capturaban ballenas. Así, el primer umialik o capitán ballenero, recibía un especial reconocimiento.

      En la actualidad, el Nalukataq comienza con un servicio en la iglesia, pero la mayor parte de la celebración tiene lugar frente a los qalgit de los capitanes con mayor éxito en la caza. Los umialiit que tenían la tripulación más exitosa colocaban una barrera contra el viento frente al qalgi y la comida, especialmente la carne de ballena, se servía a la comunidad durante la fiesta del Nalukataq. Igualmente se distribuían grandes cantidades de alimentos que también eran llevados a casa. Cabe destacar que durante el segundo día se distribuía uno de los manjares más apreciados por los Iñupiat, la aleta de la ballena. Las fiestas se podían realizar simultáneamente en uno o varios qalgit o alternarse entre ellos.

      Asimismo se realizaban durante el Nalukataq juegos y bailes tradicionales. De hecho, el nombre del festival procede del «juego de la manta», práctica individual en el que las personas son lanzadas al aire y «capturadas» en una manta hecha de pieles de morsa o de foca barbuda. Los saltadores solían competir entre ellos para ver quién lo hacía mejor o era el más acrobático. A veces, el capitán que había tenido más éxito en la caza era el primero en saltar y se esperaba que al hacerlo lanzara algunos premios a la multitud allí reunida.27

      Con la excepción de los pueblos que vivían alrededor del estrecho de Bering y que contactaron con los rusos a finales del siglo XVIII, el primer contacto europeo con los Iñupiat del noroeste de Alaska no fue hasta 1832, cuando el explorador británico Frederick William Beechey (1796-1856) llegó a sus tierras. Después de sucesivos contactos esporádicos con otros exploradores, en 1880 llegaron los balleneros europeos, y con ellos el intercambio comercial con el «hombre blanco». La presencia de estos balleneros afectó al desarrollo cultural de los Iñupiat, como sucedió en otros lugares del Ártico, y las enfermedades y el alcohol provocaron que la población disminuyera en determinadas zonas. Algunos Iñupiat, incluso del interior, fueron a la costa en busca de nuevas oportunidades. Los misioneros, que también habían llegado en 1880, tuvieron aquí más suerte que en el sudoeste de Alaska, sobre todo por el mayor sedentarismo de los nativos, los servicios médicos y la construcción de escuelas.

      Tras la caída comercial de la industria ballenera en 1920, y después de dedicarse durante un tiempo al comercio de pieles de zorro que también decayó a partir del crack bursátil del 29 (esta actividad proporcionó a algunos nativos hasta USD $8.000 anuales), los Tareumiut tuvieron que regresar a su modo de vida tradicional. Además, anteriormente, en 1892, se introdujeron renos en la zona y en 1948 se habían reducido en número de una forma considerable hasta desaparecer, debido a que se mezclaron con los caribúes y a las enfermedades que contrajeron.

      Por otra parte, el 27 de febrero de 1923, unas 37.000 millas cuadradas del área del Arctic Slope fueron designadas como Naval Petroleum Reserve # 4 por la U.S. Navy y por el Departamento del Interior de Estados Unidos. En 1945, contratistas de la U.S. Navy perforaron el primer pozo de petróleo en la Naval Petroleum Reserve # 4. El desarrollo de la Naval Petroleum Reserve Production Act (NPRPA)28 durante la Segunda Guerra Mundial, provocó que una ciudad como Barrow creciera a expensas de otras poblaciones de la costa. Las oportunidades de empleo aumentaron por los yacimientos de petróleo y gas, lo que motivó el desarrollo de una economía monetaria total.

      En 1957, la U.S. Atomic Energy Commission (AEC) presentó el Project Chariot: un plan para enterrar y detonar una serie de dispositivos nucleares. Un año después, esta misma comisión propuso la creación de un puerto artificial de aguas profundas en el cabo Thompson (North Slope) para futuros envíos de minerales, carbón y otros recursos no renovables que se creía existían en la región. Nadie consultó a los Iñupiat de la zona acerca de este proyecto y solo se enteraron cuando visitaron el área en 1959. De hecho, no fue hasta el año siguiente que la AEC informó oficialmente a los Iñupiat que vivían en el norte de Alaska de sus planes, negando además que pudieran tener efectos nocivos para la salud y dañar el medioambiente.

      Ya en 1961, el Departamento de Salud de Point Hope escribió al presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy (1917-1963), su oposición al Project Chariot. Igualmente, científicos de la Universidad de Alaska (University of Alaska Fairbanks), así como grupos pacifistas y ecologistas, se opusieron a este proyecto. Ese mismo año, los Iñupiat y los Yupiit de Alaska se reunieron en una conferencia en Barrow como un primer paso para unir esfuerzos en el desarrollo de una política que representara la voz de ambos pueblos y defendiera sus intereses. Y aunque los Iñupiat consiguieron que el Project Chariot fuera finalmente abandonado, en 1962, el Departamento de Energía de los Estados Unidos siguió adelante con las pruebas secretas para trazar el movimiento de residuos radiactivos en las aguas subterráneas. Sin saber lo que estaba sucediendo, los Iñupiat de Point Hope continuaron viajando, cazando, y utilizando los recursos de la región contaminada. En septiembre de 1992, los Iñupiat de Point Hope supieron que en 1962 la AEC había enterrado material radiactivo en el cabo Thompson como parte de un proyecto de investigación. El objetivo era simular la lluvia radioactiva para determinar si esta podía contaminar las aguas subterráneas. Muchos residentes de Point Hope siguen creyendo que el aumento anómalo de casos de cánceres entre la población se debe a esos treinta años que