Francesc Bailón

Los Inuit


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de Alaska a la Secretaria del Interior de los Estados Unidos que pedían un trato más justo en la selección de las tierras del nuevo estado de la Unión. En este sentido, uno de los incidentes más llamativos fue el que se conoció como Duck-In,29 un acto civil de desobediencia organizado por los Iñupiat de Barrow, y que se produjo en la primavera de 1961, después de que varios Iñupiat fueran arrestados por cazar patos eider fuera de temporada. Después de este suceso, más cazadores Iñupiat dispararon a los patos y los llevaron ante las autoridades que controlaban la caza en la zona, con sus declaraciones escritas para tal efecto. Igualmente, los Iñupiat presentaron una petición, dirigida al presidente John F. Kennedy, exigiendo cambiar las normativas que regulaban la vida salvaje con el fin de no interferir en la caza como medio de subsistencia tradicional. Consecuentemente, todos los cargos fueron retirados y no hubo más intentos para hacer cumplir el Tratado de Aves Migratorias (Migratory Birdy Treaty), que era contrario a la caza del pato como medio de subsistencia en Alaska. El incidente fue uno entre muchos que se convirtieron en los precursores de la resolución de las reclamaciones de tierras en Alaska.30

      También en 1961 se fundó la Iñupiat Paitot (patrimonio de los pueblos), una organización política creada como respuesta a la amenaza de desaparición del medio de vida nativo, motivada por la explotación de los recursos que había en la zona. Estaba formada por representantes de las regiones Iñupiat de North Slope y del mar de Chukchi. Dos años más tarde, se unió en confederación con la Alaska Native Brotherhood y el Tanana Chiefs. Esta asociación fue la precursora de la Alaska Federation of Natives (AFN), creada el 18 de octubre de 1966. Dicha organización estatal, social y política de los pueblos indígenas de Alaska quería hacer frente a la creciente preocupación por la reclamación territorial de los nativos, sobre todo a raíz del descubrimiento de reservas petrolíferas y de gas natural en la bahía Prudhoe (océano Glacial Ártico), que junto a la construcción de un enorme gasoducto y oleoducto y a una fuerte inversión económica, supondría una violación de los derechos territoriales que tenían los nativos para poder llevar a cabo sus tradicionales actividades de subsistencia.

      Por otra parte, el 15 de enero de 1966 se creó en Barrow la Arctic Slope Native Association (ASNA), precursora de la Arctic Slope Regional Corporation (ASRC). Posteriormente, en agosto de 1971, se fundó la Iñupiat Community of the Arctic Slope (ICAS), una entidad gubernamental tribal de North Slope, organizada a través de la Indian Reorganization Act (IRA) y dirigida a los Iñupiat que consideraban insuficientes las disposiciones de la Alaska Native Claims Settlement Act (ANCSA). Un año después fue creado el North Slope Borough (NSB): a este municipio, que cubre unos 143.000 km2, se le añadieron ocho aldeas Iñupiat.

      El NSB es un ejemplo de Gobierno municipal, con privilegios estatales, aceptado por sus fundadores para permitir el control Iñupiaq sobre una amplia gama de actividades municipales tradicionales: ordenación territorial, educación, servicios sociales, desarrollo económico, seguridad pública y planificación del uso del suelo. Además tiene otros organismos relacionados con la gestión de la vida silvestre y la preservación del patrimonio cultural Iñupiaq. En líneas generales, esto es lo que ha sucedido hasta ahora, pero como la población del municipio y en especial de su ciudad más grande, Barrow, se ha vuelto más étnicamente mixta, los Iñupiat no han sido capaces de controlar todas las decisiones del Gobierno local. Una de las cuestiones más polémicas ha sido la venta de alcohol, ya que la mayoría de los «no nativos» desean un acceso más fácil y la mayoría de los Iñupiat quieren establecer restricciones. En Barrow, que su población es casi 50% «no nativa», se ha dado la circunstancia que la ciudad ha cambiado varias veces de «mojado» a «seco» y luego a «húmedo»: es decir, el alcohol puede ser importado para el uso personal, pero nunca para la venta local.31

      Dentro del ámbito educativo y en el desarrollo de la lengua Inupiaq-Inupiatun, cabe señalar que el 1 de octubre de 1962 se imprimió la primera edición del periódico Tundra Times, gracias a su editor y fundador Iñupiaq Howard Rock o Weyahok (1911-1976), convirtiéndose en el primer diario nativo de Alaska, aunque en 1997 dejó de publicarse. Asimismo, en otoño de 1974 la Universidad Iñupiaq abrió sus puertas y en 1976 empezó la educación bilingüe en las escuelas de esta región.

      En la actualidad de las nueve comunidades que hay en la zona, seis son aldeas Iñupiat cuya economía de subsistencia es marítima y condicionada, además, por la migración estacional de los animales marinos y por las condiciones del hielo y el mar. A pesar de ello, se les ha restringido la caza de la ballena boreal,32 la morsa, algunas clases de foca, el caribú y los pájaros migratorios. El reciente aumento de la población (3.370 Iñupiat en el año 2000) ha provocado una mayor presión sobre los recursos. Añadir que se ha generado una competencia desigual entre la pesca deportiva del «hombre blanco» y la pesca tradicional y necesaria del Iñupiaq.

      Por otra parte, la explotación indiscriminada en el norte de Alaska de algunos recursos (gas y petróleo) está alterando la migración de los animales terrestres y marinos, además de provocar el desplazamiento de los nativos a las zonas menos afectadas, pero también menos ricas. Igualmente, cabe señalar que en 1977 entró en funcionamiento el sistema de oleoducto Trans-Alaska (TAPS), que va desde la bahía Prudhoe hasta Valdez, cruzando de norte a sur el estado de Alaska.

      Asimismo en esta región encontramos problemas de otra índole: la técnica de depósitos de las aguas residuales son inexistentes excepto en la bahía Prudhoe, y en algunas instalaciones militares y públicas de las comunidades más grandes; las aguas residuales y los contenedores de basura, que se vacían infrecuentemente, están creando unas condiciones antihigiénicas perjudiciales para la salud de la comunidad; el sistema eléctrico de generadores extendido en la mayoría de las comunidades es poco fiable; los métodos de distribución del gas, donde existen, están mal diseñados y con un mantenimiento precario; y el transporte por carretera es bastante deficiente, siendo el medio aéreo el más utilizado en la región.

      Esta situación tan dolorosa y lamentable para los Iñupiat de la costa norte de Alaska se manifiesta en dos claros ejemplos (Kaktovik y Barrow), que como ya sucedió con la mayoría de grupos inuit del Ártico en la década de los 50, reflejan una pérdida de identidad cultural de su población nativa, acentuada incluso por un complejo de inferioridad y un aumento de la desesperanza. Marginados socialmente y abandonados a su suerte en las ciudades, tras haber dejado sus pueblos natales, los inuit se vieron abocados a una dependencia gubernamental fomentada por los subsidios (casi el 50% de la población nativa). Aunque en líneas generales el racismo disminuyó a partir de los años 40 (en 1949, se abolieron todas las leyes segregacionistas), los nativos no dejaron de ser simples marionetas en manos del «hombre blanco». Ciertamente se había mejorado mucho desde que, en 1889, el Alaska Development Planning Committee (Comité para el Desarrollo y Planificación de Alaska) dictaminara que los indígenas debían abandonar sus costumbres tradicionales para aprender las del «hombre blanco».33 Pero no fue hasta la década de los 60 que los pueblos de Alaska fueron tomando conciencia de una realidad en constante cambio evolutivo, la cual implicaba una reacción ante las desigualdades sociales y económicas. Esto motivó el desarrollo de un movimiento autóctono que luchó por la igualdad entre el «no nativo» y el indígena, y por su derecho ancestral sobre sus tierras. Por esta razón, como ya hemos visto, se creó la Alaska Federation of Natives (AFN). Y a pesar de que se ha avanzado mucho, en cuanto a los derechos nativos se refiere, no todas las poblaciones han logrado un mismo desarrollo, y algunas de estas parecen todavía estar estancadas en los años 50, como son los casos de Kaktovik y Barrow.

      Kaktovik es una aldea nativa de unas 140 personas, situada en una isla costera al este del mar de Beaufort. Comenzó como un pueblo tradicional Tareumiut, que comerciaba con los aldeanos de Nigalik al oeste, y con los inuit de la costa este de Canadá. La economía del pueblo ahora depende del North Slope Borough (NSB), del Departamento Municipal de Servicios (DMS), de la DEW Line station (respecto al transporte), del empleo corporativo de la aldea, así como también de la subsistencia tradicional. Kaktovik ha sido y continúa siendo, una de las comunidades más pobres del Ártico. Su población nativa se ve afectada por las leyes y las restricciones en la caza, por la competencia con la práctica de la pesca deportiva del exterior, y por el coste de los alimentos y el equipamiento. En la mayor parte de la isla hay residencias privadas. Las aguas residuales no son tratadas adecuadamente. El sistema eléctrico, a través de generadores, es inadecuado