Лопе де Вега

Comedias inéditas


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      Testimonios, ¿para qué?

      Ana.

      Verdades, traidor, serán.

      Pad.

      Vente conmigo, Martin,

      Que yo no escucho locuras.

      (Váyanse don Juan y Martin.)

      Ana.

      Yo sé que mis desventuras

      Tendrán con el pleito fin,

      Que yo tengo más accion,

      Como la más ofendida.

      (Váyase doña Ana.)

      Beat.

      ¡En qué ha de parar, mi vida,

      Pleito, amor y confusion!

      DON ÁLVARO.

      Álv.

      Quiero pedirte albricias

      De que vino tu esposo con su alteza.

      Beat.

      Si de mí las codicias,

      Pídeselas, señor, á mi tristeza,

      Que, pues la aumentas tanto,

      Bien las mereces de mi pena y llanto.

      Álv.

      ¿Búrlaste por ventura?

      ¿No sabes que me enojas? pero advierte

      Cuanto tienes segura

      En don Juan de Aragon la mayor suerte

      Que mujer ha tenido:

      ¡Qué gentil-hombre viene y qué lucido!

      ¿Qué dama no tuviera

      De haberle merecido tanta gloria

      Que el alma enloqueciera

      Desde la voluntad á la memoria?

      Porque el entendimiento

      No merece tan dulce sentimiento.

      Alégrate.

      Beat.

      No puedo.

      Álv.

      ¿Pues no es tu esposo?

      Beat.

      No.

      Álv.

      Ya estás casada.

      Beat.

      Con tanta fuerza y miedo,

      Ni pude entónces ni quedé obligada;

      Desto tengo testigos.

      Álv.

      ¡Hijos, quién os llamó sino enemigos!

       Beat.

      Si yo respeto esposo,

      Es don Juan de Padilla.

      Álv.

      ¿Estás furiosa?

      ¡Cuando ves que es forzoso

      Que don Juan de Aragon te llame esposa!

      Beat.

      Del Padilla te advierto

      Que es de mi pecho, el otro del desierto.

      (Vase.)

      Álv.

      ¿Si tomaré venganza

      Desta disolucion y atrevimiento?

      Pues no ha de hacer mudanza,

      Matarla quiero.

      DON JUAN DE ARAGON, galan, de camino, y SANCHO, criado.

      Arag.

      ¿Qué mayor contento

      Que llegar como llego?

      Sanch.

      Toda ausencia en amor aumenta el fuego.

      Álv.

      Este es mi yerno, quiero

      Disimular.

      Arag.

      Señor, seas bien hallado.

      Álv.

      Tú, bien venido.

      Arag.

      Espero

      Que lo seré, señor, pues he llegado

      Al centro del deseo

      Donde pararse la esperanza veo.

      ¿Sabe mi dulce esposa

      Que ha venido su alteza y que he venido?

      Álv.

      Será cosa forzosa.

       Arag.

      Pues ¿cómo tanto amor padece olvido?

      Pues ¿cómo no la veo?

      ¿Áun esto no le debe mi deseo?

      Álv.

      Entra, Sancho, y advierte

      Á Beatriz de su dicha, y pide albricias.

      Arag.

      Á mi dichosa suerte

      Se las pide mejor, si las codicias.

      Álv.

      ¿Llegastes muy cansado?

      Arag.

      Como lo puede estar quien ha llegado;

      Si fuera á la partida,

      Seguro estais que encarecer pudiera,

      Hasta perder la vida,

      Lo que sentí, como si eterna fuera

      Una ausencia tan breve,

      Tales ánsias de amor Beatriz me debe.

      Llegué cuando se hacian

      Fiestas en Compostela y con las luces

      Del cielo competian

      Luminarias de torres y de cruces;

      Holgóse el Rey de verme,

      Hízome la merced que suele hacerme,

      Y aquellos caballeros

      Quisieron que ayudase á una sortija

      De veinte aventureros;

      Yo, no sabiendo qué invencion elija,

      Saqué el amor bizarro

      De plumas de oro en un triunfante carro,

      Y para testimonio

      De mi dicha, le puse en una mano

      El dulce matrimonio

      En una imágen de oro, á quien en vano

      Se atreven las pasiones

      Que rinden los humanos corazones.

      (Sancho vuelve.)

      Sanch.

      De manera me ha quitado

      Tan desdichado suceso

      El instrumento del alma,

      Que no pienso que la tengo.

      Doña Beatriz, mi señora,

      Entra