Rubén Zamora

Descubre a tu ángel personal


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de sexo propiamente dicho, pero sí tienen apariencia antropomórfica, es decir, muy parecida a la apariencia humana, tanto femenina como masculina. También pueden tener una voz suave y aguda, o grave y estentórea, lo que nos lleva a adjudicarles, desde nuestro particular punto de vista, un género determinado.

      Estamos hechos a la imagen y semejanza del universo (o multiverso) entero, desde las partículas subatómicas hasta la forma completa a la que dan lugar las moléculas, los electrones y las células.

      Decimos que los ángeles son bellos y hermosos porque desde nuestra perspectiva los adecuamos a los cánones de belleza de moda, estética y armonía de nuestra cultura y de nuestro tiempo. Así, los orientales ven a sus seres de luz bajo la estética oriental, los africanos los ven negros y los occidentales los ven blancos y acorde a lo que las pantallas de cine, televisión y otros medios de comunicación nos dicen que es la belleza.

      Son bellos siempre, pero los miramos bajo el prisma de lo que creemos que es la belleza y, en muchos casos, esa misma belleza los hace andróginos, es decir, hombres de belleza, y a veces voz, femenina; o bien barbados, viriles y de voz gruesa y potente.

      Los sumerios veían a sus ángeles barbados y viriles.

      Se parecen a nosotros en todas las formas y colores, pero los interpretamos; cada quien los mira desde su propia experiencia y perspectiva, cuando en realidad son seres de luz que van tomando forma parecida a la humana a medida que se acercan a nosotros. Algunos, como mi querido Uriel, son siempre luz, con ciertas características humanas pero siempre luz, sin carne ni huesos.

      En las culturas prehispánicas, sobre todo en la mal llamada azteca, hay seres de luz que son todo huesos, desencarnados pero con aspecto humano.

      Divinidad azteca.

      Todos ellos nos acompañan, son y existen en un plano muy cercano al nuestro; y nos pueden ver y oír, aunque nosotros no nos demos cuenta de su presencia. Algunas veces se nos acercan y nos hablan al oído, nos guían o nos inspiran, aunque no sean nuestro ángel personal.

      El aspecto de los ángeles según la tradición judeocristiana

      Según la tradición judeocristiana los ángeles están repartidos en tres jerarquías y en tríadas, según sus funciones y atributos:

      Tríada superior Serafines, Querubines y Tronos

      A este nivel, como señalaba en El poder de los ángeles, estos seres angelicales se dedican a contemplar a Dios y a cantar para él letanías eternas que tienen como fin ir creando almas y mundos hasta el final de los tiempos. Forman el noveno coro, su aspecto suele ser juvenil o infantil, y es casi imposible que alguno de ellos sea tu ángel personal.

      Serafines, los Inspiradores

      Son ángeles cercanos a los hombres, y se encargan de dar impulso a nuestras decisiones, nos avisan de lo que está pasando en otro lugar y despiertan nuestra intuición con señales de alerta.

      Muchas de las actividades artísticas, científicas, deportivas, así como de las iniciativas humanitarias y de las actividades empresariales, están dominadas por los Serafines, sin que nosotros, los orgullosos humanos, nos demos cuenta. Por supuesto que la última palabra la tenemos nosotros, y que en nadie más recae la responsabilidad de nuestro albedrío, pero sin el impulso y la creatividad que nos regalan los Serafines, sin pedirnos nada a cambio, posiblemente no haríamos ni la mitad de las cosas que hacemos.

      También son ángeles protectores, porque se sienten muy vinculados a nuestra creación y en muchas ocasiones se sienten responsables de nosotros, pero necesitan de nuestro impulso propio para atender nuestras peticiones. Muchos de los santos a lo que rezamos en busca de ayuda no son otra cosa que Serafines o aspirantes a Serafines, e incluso hay quien los asimila a las nueve musas:

      -Calíope, cuyo nombre significa “la de la bella voz”, no sólo es la musa de la elocuencia, la belleza y la poesía épica, sino de todo lo que se escribe, canta o se cuenta, es decir, de la escritura misma. Se le representa escribiendo con un estilete sobre una tabla de donde brotan notas y letras.

      -Clío es la musa de la Historia con mayúsculas, y no sólo de los hechos pasados, de los datos, las crónicas, las leyendas, los mitos y los cuentos, sino de los cambios profundos y reales del pasado, del presente y el futuro, de lo que está escrito y de lo que puede escribirse. Por lo tanto, es la musa de la verdad, agradable o dolorosa, que inspira a los humanos para que tomen el mejor camino. Se le representa con un pergamino entre las manos.

      -Erato es la musa de la poesía lírica, la que no habla de guerras ni de dioses, sino de sensaciones, emociones y sentimientos humanos como el amor, el desamor, el despecho, los celos, la felicidad y la tristeza. Se le representa cantando y llevando una lira entre sus manos.

      -Euterpe, cuyo nombre significa “el buen placer”, es la musa de las musas, pues es la señora que inspira el maravilloso lenguaje de la música. Se le representa tocando un instrumento musical, especialmente la flauta doble.

      -Melpómene es la gran musa del teatro, de la tragedia, del drama, de las pasiones, de las emociones intensas y de todo aquello que representa la consecuencia de determinados actos. Se le representa con la máscara de la tragedia sobre el rostro y una espada o puñal en la mano derecha.

      -Polimnia es la más parecida a los serafines clásicos, pues es la musa de los cantos sagrados y la poesía sacra que se ofrece a las divinidades. Se le representa como una hermosa mujer sencilla, humilde y meditativa, con una lira o un arpa entre las manos.

      -Terpsícore, cuyo nombre quiere decir literalmente “la que deleita con la danza”, es, por supuesto, la musa de la danza, de la expresión corporal y de la poesía coral que entona el corifeo en las obras clásicas. Se le representa como una hermosa danzarina.

      -Talía, la hermosa musa del humor, la comedia y la poesía natural, popular y bucólica. Se le representa como una hermosa mujer con la máscara de la comedia sobre el rostro y el cayado de pastor.

      -Urania, señora de las estrellas y del conocimiento, y por tanto musa de la astronomía, poesía didáctica y las ciencias exactas. En sus representaciones aparece con una esfera en la mano izquierda y una espiga en la derecha, y va vestida con un manto cubierto de estrellas.

      Querubines

      Los querubines son seres de luz dedicados a la alabanza de su Creador, con cara de niño y alas, pero sin cuerpo, aunque Ezequiel, en sus visiones, cree ver un cuerpo con forma de mano humana. Por tanto, sólo los profetas, los santones y los seres humanos elevados pueden verlos cabalmente.

      Cuenta la leyenda bíblica del Génesis que Eli (Dios) los puso a vigilar las puertas del Paraíso tras expulsar a Adán y Eva, para que los hombres no volvieran a entrar en él, con lo que se les relaciona con el arcángel Miguel y su espada de fuego. Parecen niños, sí, pero son terribles guerreros y despiadados guardianes, y no sólo por proteger las entradas del Paraíso, sino porque además tomarán parte en el Apocalipsis alabando y cantando la gloria de su Dios, mientras este destruye la Tierra y a los humanos impuros que la ocupen.

      El mismo Lucifer, antes de la creación de este mundo y sus ocupantes, fue un hermoso querubín, el más querido de su creador.

      Son bellos e implacables, poco dados a la humanidad, a la cual no desprecian, pero sí les es indiferente su destino.

      Los hermosos y terribles Querubines.

      Ezequiel también los visualiza como seres monstruosos de cuatro cabezas, una de león, otra de buey, otra más de águila y la última de aspecto humano, capaces de grandes proezas y de alterar el rumbo del tiempo, así como de viajar por diversos mundos y planos del universo, pero sin dedicación especial ni específica a ser humano alguno.

      Tronos

      Como