angelicales, viven encantados con la presencia y cercanía divina, muy lejos de la Tierra y de los seres humanos, a los que generalmente ni siquiera conocen o desconocen definitivamente su existencia.
La excelsa divinidad de los Tronos.
Para unos los Tronos viven en las estrellas y están encargados del orden celestial, evitando el caos y creando nuevos mundos y nuevas estrellas donde los seres de luz elegidos gobernarán como dioses algún día, incluidos los seres humanos lúcidos y elevados que alcancen dicha distinción.
Alejados de la conciencia humana y dedicados a trabajos más excelsos como la custodia del universo entero, no son ángel guardián más que de las obras superiores de la creación.
Tríada intermedia Dominaciones, Virtudes y Potestades
Estos ángeles se dedican principalmente a dar forma a las creaciones de sus predecesores, formando, personalizando y caracterizando las obras de Dios y de sus hermanos.
Dominaciones
Son mensajeros de los dioses. Zadkiel, por ejemplo, pertenece a las Dominaciones y se encarga de velar por la buena marcha de la religión, intentando influir en los hombres las ideas rectas y provechosas, para que la palabra de Dios se expanda por todo el universo.
A pesar de su nombre y de sus buenas intenciones, las Dominaciones no dominan a los hombres, sólo les señalan el camino. Es decir, no son responsables de lo bien o de lo mal que hagamos las cosas.
Intentan guiar, además, a todos aquellos que tienen un puesto de responsabilidad, y siempre están dispuestos a dar un buen consejo. Desgraciadamente el hombre, por su condición física y materialista, está más cerca de los demonios (o de los elementales) que de los ángeles, y más a menudo de lo deseable sigue los consejos de estos últimos, a pesar de saber que el buen consejo proviene de los ángeles.
Por supuesto, los buenos consejos de las Dominaciones no siempre son fáciles de seguir, ya que hacer las cosas bien a veces cuesta más trabajo que hacerlas mal, o al menos eso es lo que nos parece a los hombres.
De cualquier manera, quien desee un buen consejo siempre puede recurrir a esa parte de la conciencia donde se pasean las Dominaciones.
Virtudes
Son ángeles muy energéticos y vitales, que nos empujan a las cosas sanas y agradables de la vida. Algunos son como el famoso Cupido griego, ya que nos inclinan al amor y a la procreación, pero no de la misma manera que los elementales, que nos inclinan al placer sin más sentido que satisfacer nuestro ego.
La alegría, la expansión y la solidaridad bien entendida son aspectos que nos comunican las Virtudes o, en otras palabras, nos ayudan a disfrutar de la vida sin necesidad de caer en la ordinariez ni el pecado.
Interceden a nuestro favor con el arcángel Miguel, ya que en ciertas ocasiones forma parte de esta Orden Celestial, y prácticamente no hace falta invocarlas, pues hacen todo lo posible para estar cerca de los seres humanos.
Su ausencia estaba ligada en la antigüedad con la languidez, la pereza, la nostalgia, el abandono y la tristeza, es decir, que perfectamente las podríamos vincular con las depresiones de hoy en día.
Potestades
Las Potestades son los pequeños guerreros celestiales, los que dan ánimo a la lucha diaria, al esfuerzo y a la voluntad. También son activos guerreros contra los demonios y los elementales, sobre todo en aquello que concierne al esfuerzo y el trabajo cotidiano.
Los pequeños detalles de la vida están adscritos a las Potestades, así como los pequeños triunfos y todo aquello que por sí solo parece poco, pero que sumado conforma una buena y sustancial causa.
Las Potestades mismas, cuando se unen para combatir a las fuerzas del mal, abanderadas por Uriel, son verdaderas huestes celestiales, ejércitos potentes y estrategas consumados, a pesar de su aparente fragilidad cuando están solas.
A pesar de su luz y angelical poder, la verdad es que el ejemplo de la guerra no ha sido nada benéfico para los seres humanos: matar, destruir, someter, humillar, ejercer la violencia y vejar a otros con el pretexto de que son malos, extranjeros o enemigos, es algo que deberíamos erradicar de nuestras almas, de nuestros corazones y de nuestros diccionarios. En verdad, les digo que romantizar el poder, la violencia y la crueldad no tiene nada de positivo.
Reflexionen, reflexionen, nos grita siempre nuestro ángel personal, con la esperanza de que algún día le hagamos caso.
Tríada inferior Principados, Arcángeles y Ángeles
Su misión es la de preservar, cuidar y defender las obras de Dios, luchando contra los enemigos del creador como verdaderos guerreros celestiales si hace falta.
Desde el punto de vista material, es decir, desde nuestro punto de vista humano, la jerarquía celestial se invierte aparentemente en importancia. Esta polarización de posiciones ha confundido a cientos de autores a través de los años, ya que no comprenden cómo puede ser que un serafín, que se dedica a tocar las trompetas celestiales para mayor gloria de Dios, también sea de los primeros en contactar con los hombres.
Los Principados
Además de ser los que se encargan de hacer llegar los mensajes de los hombres a Dios y de defender al Señor de los ataques de sus enemigos, son ángeles guías en otras dimensiones y en otros mundos. Por ejemplo, los Principados ayudan a los que mueren en su camino hacia la luz, cuidan las puertas de acceso hacia el más allá y velan por las personas que hacen viajes astrales.
Se les encuentra en los sueños, en las meditaciones, en los rezos, en la oración y en cualquier trance místico o religioso, incluso se hacen presentes en las crisis a las que puede verse sometido el hombre.
No es nada raro, por tanto, que en los momentos más difíciles de la vida, cuando se está a punto de morir o cuando se franquean las puertas que delimitan nuestra realidad, nos encontremos con este tipo de ángeles.
El famoso Guardián Azul, el que cuida la puerta del más allá, sería lo más parecido a un Principado. Con él me encontré una vez, pero entonces mis conocimientos sobre temas esotéricos eran muy limitados, y no tuve la agilidad ni el tiempo de preguntarle nada. No lo he vuelto a ver más, y supongo que la próxima vez que lo haga no podré volver a este mundo para contarlo.
Los Arcángeles
Se encargan de cumplir las órdenes de Dios y suelen llevar sus mensajes hasta los oídos de los hombres.
Los arcángeles, además, son guerreros que pueden ser crueles devastadores, así como también pueden conventirse en grandes salvadores.
Su funcionamiento, al menos dentro de la concepción occidental y judeocristiana, es eminentemente militar, algo nada conveniente para los seres humanos, pues estos sufren heridas, dolor, hambre, sufrimiento, locura y muerte en todas y cada una de las guerras y batallas en las que participan, y los Arcángeles no.
Nosotros podemos ser asesinos o víctimas y los Arcángeles no, así que no tiene nada de positivo copiar o emular su carácter militar y guerrero. Nuestras luchas deberían ser de otro tipo.
Uriel Arcángel
Para algunos Uriel es el más poderoso de los arcángeles, entre otras cosas, porque es un ángel redimido, un ángel que conoció el infierno y la ira de Dios en los primeros tiempos, cuando Lucifer protagonizó la revuelta.
A pesar de su furor en la batalla, Uriel es la puerta o la bisagra que abre la posibilidad de acercarse a Dios, a los Principados y a los otros árcángeles. Es por eso que en muchos Grimorios se utiliza su nombre para invocar y dominar a otros ángeles o demonios.
Uriel comanda la Tierra entera y tiene una especial relación con los signos de este elemento: Tauro, Virgo y Capricornio, a los que intenta unir y llevar por un mismo sendero espiritual, pero sin ser el ángel personal de nadie.